Celos

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Si hace un año atrás le hubiesen dicho que Uchiha Sasuke sería su novio lo mandaría con Tsunade-sama para que lo revisaran, porque aquella idea le parecía absolutamente imposible, una completa locura, aquello jamás podría pasar, jamás.

No porque ella no se pudiera interesar en el último de los Uchiha; en parte, ya que en ese entonces aún le gustaba Naruto-kun, además el Uchiha la ponía nerviosa. Sino porque creía que su existencia era algo totalmente ajeno y desconocido para él, muchos decían que ella era rara, por lo que no creía que se percatara de su existencia. Además, sabía que Sakura-san aún estaba interesada en el morocho, por lo que era otro contra y uno muy importante, no quería lastimarla, siempre había sido muy amable con ella, se lo debía.

Claro que de algún modo el exvengador se las había arreglado para que incluso la propia Haruno la alentase a que aceptara la propuesta del morocho de ser su novia. Además, no lo podía negar por más tiempo, había caído rendida por sus extraños encantos. No se dio cuenta de como ni cuando había pasado hasta que no hacía otra cosa más que pensar en él.

Hoy iban a celebrar su aniversario de un mes, claro que no le había dicho nada al Uchiha porque sabía que ese tipo de celebraciones le resultaban un fastidio, así que sencillamente irían a una cita como cualquier otra, había preparado un picnic.

Ambos caminaban tranquilamente por la aldea, mientras se escuchaban los murmurios de la gente, que aún se encontraban sorprendidos de que la dulce princesita Hyuga aceptase salir con el oscuro exvengador de Konoha. Sasuke ignoraba olímpicamente aquellos comentarios, le daba igual lo que los demás pensaran o dijeran, Hinata era suya y solo suya.

Por eso, cuando oyó como unos chicos hablaban sobre lo hermosa que se había vuelto su Hinata le hervía la sangre, así que casi sin darse cuenta había activado su sharingan asustando a aquellos pobres chicos, que salieron corriendo despavoridos.

—No deberías hacer eso Sasuke-kun—le reprendió Hinata solo obteniendo un chasquido en señal de molestia.

—Es su culpa, no deberían estar mirando a la novia de otra persona—dijo serio y estoico, pero ella sabía que estaba enfadado.

Aquello también había sido una gran sorpresa cuando habían empezado a salir, el frío Uchiha se ponía celoso muy fácilmente, algo que le resultaba bastante enternecedor, ya que siempre se ponía muy nervioso y protector con ese tema, se veía lindo.

Recordaba perfectamente como el pobre de Kiba-kun había sido su primera víctima. Claro que ella le había dicho miles de veces que el castaño solo era su amigo, su compañero, era parte de su familia, como su hermano, pero aun así para Sasuke parecía que aquello no era suficiente. Si no hubiera sido porque el Inuzuka tenía muy buenos reflejos el chidori de Sasuke lo hubiera dado de lleno. Claro que por aquello se llevó una enorme reprimenda por parte de la peliazul, pero Kiba entendió que lo mejor era no abrazar a su amiga en frente del pelinegro, era demasiado peligroso para su salud el querer provocarlo.

—No deberías ser tan celoso Sasuke-kun—habló ella haciendo que él la mirara.

—No lo soy—contestó tranquilo mientras aceleraba ligeramente su paso, siempre hacía eso cuando quería evadir algo.

La siguiente vez que había tenido uno de esos ataques fue con su Niisan, algo que no comprendía, ¡era su primo!, pero según él el castaño la miraba con ojos que no tenían nada de fraternidad. Claro que no era así, pero todo se complicó porque había oído la conversación que Neji y Hinata había tenido, donde él le decía que no debía seguir con él, que debía buscar a alguien mejor, que la prefería que estuviera detrás del Uzumaki, que con él.

Aquello no le había sentado muy bien y tuvo que evitar que ambos se pusieran a pelear, menos mal que nada ocurrió al final.

—Y lo de Kiba-kun, o Neji-niisan, incluso Naruto-kun—dijo logrando que se tensara.

Si Sasuke debía abogar por el mismo, podía decir que lo de Naruto había sido más culpa de rubio que de él. Era el blondo quien lo había provocado, sabía lo mucho que le molestaba que se acercase demás a Hinata, ya que había sido el primer amor de la peliazul. Por lo que le había dicho muchas veces al dobe de su amigo que no se sobrepasara con la Hyuga.

Pero claro, lo que le entraba por una oreja le salía por la otra, por lo que a la mínima que podía abrazaba a su novia solo para molestarlo, por lo que no podía culparlo por tomar cartas en el asunto para que aprendiera una lección, cosa que llevó al rubio al hospital.

—El usuratonkachi se lo buscó—dijo haciendo que ella sonriera, le encantaba verlo nervioso.

—Entonces... aquel niño o ese gatito también tenían la culpa—dijo con una pequeña sonrisa risueña.

Aquello era jugar sucio, ella sabía perfectamente que lo que había pasado era que como era su primera cita deseaba que todo saliera bien. Pero después de que ellos encontraran a ese molesto mocoso que no se había separado ni un segundo de su Hina hasta que encontraron a sus padres no había podido disfrutar su tiempo con ella.

Y lo del gato había sido igual, ya que en su segunda cita toda su atención se había centrado en aquel negro minino, que por varias cosas prácticamente ahora vivía en la residencia Uchiha.

—Allí no me puse celoso—contestó molesto.

—Te quiero—dijo de repente sorprendiéndolo. —Nunca pensé que yo y tu—pero él la calló atrayéndola a su pecho.

Podía escuchar los latidos del morocho, eran fuertes y rápido, iguales a los de ella, se sentía tan segura cuando la abrazaba.

—El amor de los Uchiha es el más grande de todos, por eso es que nunca dejaré que nadie te aleje de mi lado. Siempre estaré para ti y te protegeré—dijo besándola, para luego mostrarle un collar con el símbolo de su clan. —Feliz aniversario.

Unas delgadas lágrimas descendieron del rostro de la chica, no esperaba que él se hubiera acordado de eso, era tan feliz.

Ella de su bolsa extrajo unos guantes de entrenamiento que ella misma había hecho, bordado con la insignia del clan del chico, sabía que los suyos estaban bastante gastados por lo mucho que entrenaba.

—He traído okaka onigiris y unos tomates, ¿quieres ir a comer? —preguntó con su dulce tono de voz.

Sasuke le dio una ligera sonrisa que la sonrojó, le encantaba verla así, con sus mejillas rojizas, como dos deliciosos tomates maduros, quería comérsela entera. Así que la volvió a besar, para luego morderle una de sus mejillas.

—Creo que prefiero estos adorables tomates—contestó haciendo que se avergonzara más, y el humo empezara a salir de sus orejas.

Era cierto que Sasuke tenía fallos, era un celoso, pero lo quería tal cual como era y no lo cambiaría por nada.

Notas de la autora: esta parte sigue en la siguiente, asi que espero que les guste.

Gracias por leer ya nos vemos.

Historias cortas y Oneshots (Sasuhina) [✔]Where stories live. Discover now