6- Paniek aanval

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Maitena ingresaba al hotel en el que se estaban quedando, la carrera había terminado hacía unas horas, y después de cumplir con su trabajo, por fin podía irse a su habitación a descansar.

Presionó el botón para llamar al ascensor y procedió a subir cuando se abrieron las puertas. Antes de que el ascensor se cerrara, vio aparecer un brazo entre medio de las puertas y acto seguido, Max Verstappen entró y se paró a su lado.

Max observó unos segundos a la chica pero no le dijo nada. Ella estaba tratando de ocultar el nerviosismo que le producía estar al lado del piloto en un espacio tan pequeño.

Faltaba poco para que las puertas se abrieran en el piso donde ambos tenían sus habitaciones, cuando el ascensor se paró de golpe y dejó de funcionar.

Maitena se puso aún más nerviosa y empezó a presionar las pequeñas teclas que había, tratando de hacer que la caja metálica volviera a funcionar, pero parecía no servir para nada.

- Hay que llamar a alguien que nos ayude - Habló por primera vez el holandés.

- Mi celular no tiene señal - Dijo Maitena tratando de llamar a su hermana 

- El mio tampoco - le contestó Max fijándose en su celular.

Parecía que el destino quería que estuvieran encerrados a solas.

- ¡Mierda! - Dijo la chica en español haciendo que Max se sorprendiera

- ¿Sabes hablar en español? - Preguntó él sin salir de su asombro 

La chica lo ignoró y se dejó caer en el piso, apoyando su espalda en la pared del ascensor, mientras suspiraba tratando de no perder el control y le pasara lo que mas le asustaba.

Max la imitó y después de unos minutos en un incómodo silencio se decidió a hablarle

- Entonces... soy Max - Dijo sonriéndole 

La chica lo miró por unos segundos y sin devolverle la sonrisa le dijo - Soy Maitena - 

- No respondiste mi pregunta - le dijo él 

- ¿Cuál pregunta? - Preguntó Mai visiblemente confundida 

- La de si sabes español - Contestó Max

- Ah, si, es que soy de Argentina - Comentó ella

- ¿En serio?, Hubiera jurado que eras italiana ya que trabajas para Ferrari - Le dijo él sorprendido y avergonzado, ya que dejó ver que la conocía un poco 

Maitena soltó una carcajada.

- No todos los que trabajan en Ferrari son italianos - Contestó

Ambos jóvenes se mantuvieron hablando un poco y haciéndose preguntas de vez en cuando.

Había pasado al rededor de una hora y Max estaba por quejarse, cuando se dio cuenta de que Mai tenía sus ojos cerrados y la respiración acelerada.

- ¿Estás bien? - Preguntó preocupado 

- No puedo respirar - Dijo Maitena entre jadeos 

Parecía que todo el esfuerzo que había hecho por mantenerse en control no había servido de nada. La chica se desesperaba cada vez más, lágrimas caían de sus ojos, sentía que podía morirse, y Max no sabía que hacer. 

- Tranquila - Dijo sosteniendola por los hombros - Respira conmigo -

El chico empezó a hacer ejercicios para calmar la respiración pero parecía no funcionar. La chica estaba teniendo un ataque de pánico y no podía controlarlo.

En ese momento el ascensor volvió a encenderse y las puertas se abrieron en el piso que tenían que bajar dejando ver a Malena y Charles.

- ¡Dios mío! - exclamó Malena viendo a su hermana

Max, como pudo, levantó a Mai, mientras su hermana se acercaba a donde estaban.
Malena ayudó a su hermana, que parecía haber controlado un poco su ataque, y la llevó hacia su habitación dejando a un Charles impactado por lo que había visto y a Max preocupado por la chica que había estado llamando su atención los últimos días.

ZIELSVERWANTENWhere stories live. Discover now