21- Vaderlijke praat

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Al llegar a Mónaco, Max sorprendió a Mai pidiendole que se quedara con él en su apartamento en lugar de un hotel.
Faltaban unos días para el cumpleaños de la chica y el holandés quería tenerla cerca.

Max había decidido mostrarle un poco la ciudad a Mai, ya que nunca había estado ahí.

El holandés llevó a la chica a una heladería, ya que sabía que era fan de los helados. Y aunque se aburriera, se frenó en cada tienda en donde la argentina quisiera comprar algo.

- ¿Cuál es más lindo? - Le preguntó Mai mientras le mostraba un vestido blanco y otro negro 

Max dudó unos segundos - ¿Por qué no te los pruebas y te digo cuál te queda mejor? - Le dijo 

La chica asintió y procedió a hacer lo que le había dicho Max.

- Entonces, ¿cuál de los dos? - Volvió a preguntar cuando terminó de probarselos

- Me gustan los dos - Dijo Max 

- No te pueden gustar los dos por igual - Le reclamó la chica - Uno tiene que gustarte más - 

- ¿Por qué no te llevas los dos? - Volvió a decir Max 

Lo cierto es que no podía elegir uno ya que creía que los dos vestidos se veían lindos en la argentina.

- ¡No Max! - Dijo la chica exasperada - Solamente tienes que elegir uno -

- Está bien - Dijo el holandés rodando los ojos - El blanco te queda mejor -

- Okay, entonces voy a llevar el negro - Dijo la chica mientras le daba un beso - Gracias por tu ayuda, cariño -

Max volvió a rodar los ojos. Se estaba aburriendo, y lo único que parecía mantenerlo con paciencia, era que parecía ser que su chica estaba contenta.

Cuando terminaron de hacer las compras que Mai quiso, decidieron volver al departamento para cenar y la argentina tuvo la idea de invitar a Seb y Charles.

El primero en llegar fue Charles que automáticamente se puso a hablar sobre Abril y la cita que habían tenido.
Mai estaba contenta de que su plan hubiera funcionado.

Max tuvo, la no tan brillante idea, de cocinar y Charles lo siguió emocionado como un nene para ayudarlo.
La chica sabía que eso probablemente terminaría en un desastre, pero no le importó.

A los pocos minutos el timbre se escuchó por toda la casa. Mai se levantó a abrir y vió a Seb del otro lado. Lo saludó con un abrazo que el alemán devolvió con mucho cariño.

Se pusieron a charlar en el living mientras escuchaban de vez en cuando los gritos de Max y Charles.

- ¿Qué pasa entre ustedes dos? - Preguntó Seb haciendo referencia al holandés y a ella

- Ya te fue Malena con el chisme, ¿No? - Le dijo riendo 
 
Seb asintió riendo también y Maitena le empezó a contar brevemente lo que pasaba con el holandés 

- Él me gusta mucho, parece que yo le gusto, tuvimos una cita y nos besamos - Le dijo haciendo parecer todo más simple de lo que era.

Seb no se sorprendió al escuchar a la chica, él sabía que habia algo entre esos dos.

- ¿Te trata bien? - Preguntó preocupado 

Maitena asintió rodando sus ojos.

- Es que me preocupo por ustedes. Son muy chiquitos y no puedo evitarlo - Dijo Seb en tono paternal 

- Tranquilo papá oso - Rió la chica - Voy a estar bien, y si se porta mal, te voy a avisar para que lo castigues - Terminó, haciendo reír a Seb 

Después de esa charla un tanto paternal con el piloto, Charles y Max sirvieron la comida, que sorprendentemente salió mejor de lo que esperaban.

Los invitados se fueron temprano ya que querían descansar del vuelo. Mai se dispuso a lavar lo que habían ensuciado mientras Max ordenaba un poco el living.

La argentina estaba terminando su tarea cuando sintió unos brazos rodeandola por detrás y unos besos en su cuello que la hicieron sonreír.

Se dio vuelta y pasó sus manos por la nuca del chico. Max la besó suavemente.

- ¿Qué quieres para tu cumpleaños? - Le preguntó cuando se separaron del beso 

- No quiero nada - Dijo la chica mientras le daba otro beso 

- Elije algo, lo que sea, y te lo doy - Volvió a insistir Max 

- ¿Cualquier cosa? - Preguntó Mai 

- Cualquier cosa - Afirmó él 

- Entonces quiero a Cillian Murphy, arrodillado frente a mi, con un anillo - Bromeó Mai

Max rodó los ojos ante la mención del irlandés. Sabía de sobra la obsesión que tenía con el actor desde que habían empezado a ver Peaky Blinders juntos.

- ¿Me estás diciendo que si Cillian Murphy se te declara, me cambiarias por él? - Preguntó haciéndose el ofendido 

La chica asintió sin dudarlo siguiendole la broma.
La verdad era que Mai nunca cambiaría a su chico por nada en el mundo, pero nunca lo diría en voz alta, ya que no quería que el ego del holandés hiciera presencia.

Después de terminar lo que estaban haciendo, decidieron irse a dormir.
Mai sacó una camiseta de Max para estar más cómoda y se acostó sobre su pecho. Max la atrajo más cerca abrazandola.

- Charles se pasó toda la noche hablando de Abril - Comentó el chico 

- Lo sé, Abril hizo lo mismo por mensajes - Rió Mai - Creo que esos dos van a terminar en algo - 

- Entonces el plan funcionó -  Dijo Max - ¿Quiénes van a ser los siguientes? - 

- Lu y Dan - Contestó segura ella

- ¿Y qué tienes en mente? - Preguntó de vuelta 

- Todavía no lo sé, pero se me va a ocurrir algo, estoy segura - Contestó Mai con una sonrisa.

Max le dio un beso y la argentina se abrazó a él como si fuera un peluche para poder dormirse.

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