65- Vechten en bedrog?

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Mai suspiró como por quinta vez desde que habían dejado el pequeño café en el que habían estado. Max entró en la habitación del hotel sin dirigirle una palabra a su novia.

- ¿Quieres dejar esa actitud infantil? - Le dijo Mai mientras se sentaba - Quiero disfrutar nuestro último día aquí - 

- ¿Actitud infantil Maitena? - Le respondió Max - ¿En serio crees que es eso?, ese hombre un poco más y se olvida de que estabas conmigo - 

- ¡Estaba siendo amable! - Habló Mai 

-¡No estaba siendo amable! - Se alteró Max - ¡Tenía otras intenciones y lo sabías! -

- ¡Deja de decir estupideces Max! - Le respondió la chica - ¡Era un simple mesero! -

- ¡QUE ESTABA COQUETENADO CONTIGO! - Levantó la voz el holandés - UN POCO MÁS Y TE PIDE TU NÚMERO, ¡ME SORPRENDE QUE NO SE LO HAYAS DADO! - 

- ¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO? - Contestó igual Mai 

- ¡NO TE HAGAS! - Agregó Max 

- ¡LO QUE ME FALTABA! - Exclamó la argentina - ¡AHORA TENGO QUE AGUNATAR TUS CELOS POR UN MESERO ADEMÁS DE LOS RUMORES DE QUE ME ESTÁS ENGAÑANDO CON UNA TAL SALOMÉ! - 

- ¿Qué? - Dijo el chico confundido 

- ¡Que sé lo que dicen de esa tal Salomé y de ti! - Le contestó Mai - ¡No soy estúpida Max! -

- ¡NO ME CAMBIES DE TEMA! - Volvió a levantar la voz Max 

- ¿SABES QUÉ? - Le dijo Mai caminando hacia la puerta - ¡CUANDO CREZCAS Y MADURES VAMOS A HABLAR! - 

Mai salió de la habitación dando un portazo y caminó hacia la salida del hotel, se arrepintió de haber salido sin un abrigo porque hacía un poco de frío, pero no iba a volver a la habitación, no quería ver a Max en ese momento. Se dirigió sin rumbo por las calles de París tratando de despejar su mente, en el fondo, se arrepentía de lo que había dicho sobre Salomé.

Max suspiró en el momento en que vio salir a su novia por la puerta, estaba demasiado enojado por culpa del mesero que había coqueteado con su novia en frente de él, y le molestaba más que Maitena no le hubiera dado importancia. Se metió a la ducha para despejarse un poco, en cualquier situación Max habría ido en busca de su chica, pero estaba muy enojado que en ese momento no le importó que estuvieran en una ciudad un poco desconocida, o que hiciera frío, o que fuera de noche.

Salió de la ducha y se recostó en la cama pensando en lo que había dicho la argentina. No sabía como se había enterado Mai sobre Salomé. Nunca había tenido nada con esa chica, sólo se habían cruzado en una fiesta y luego se empezaron a seguir en Instagram, pero no había pasado nada más. 
Sin darse cuenta, se quedó dormido pensando en todo lo que había pasado. 

Mai llevaba horas caminando, tenía que reconocer que se había perdido entre las calles y que además de tener frío, tenía miedo, porque suponía que era un poco tarde y estaba sola. 
Maldijo en español cuando se dio cuenta de que no había llevado su celular con ella. Decidió sentarse en un banco a descansar antes de averiguar como regresar al hotel, secó sus lágrimas y se abrazó a si misma para no sentir tanto frío.

Max se despertó unas horas después y buscó a su novia por toda la habitación, se preocupó al no verla por ningún lado, pero se preocupó aún más al ver la hora, era de madrugada.
Buscó su celular y llamó a la argentina, sin embargo sus esperanzas de que lo atendiera se fueron a la basura al darse cuenta de que el celular de su novia estaba en la habitación. Agarró un abrigo y salió corriendo del hotel para buscarla.

Tres chicos pasaron en frente de Maitena y la miraron mientras susurraban cosas, se sentaron en el banco de al lado sin dejar de mirarla. La chica empezó a sentirse un poco insegura pero no se movió de donde estaba ya que no sabía a donde ir y sinceramente no quería volver al hotel.

El holandés se estaba desesperando aún más, llevaba un rato caminando y aún no encontraba a su novia. Se dirigió siguiendo el río Sena con la esperanza de encontrarla, a lo lejos vio a personas y decidió acercarse a preguntar si habían visto a la argentina, pero no hizo falta, ya que vio a su novia sentada en un banco. Se acercó a ella suspirando con alivio y se sentó a su lado.

- ¡Mai! - Dijo mientras la abrazaba - ¿Estás bien?, ¡me asustaste!, volvamos al hotel - 

- No quiero - Respondió Mai sin abrazarlo 

- Por favor - Suplicó Max - Estás helada y es tarde - 

Mai suspiró y se levantó para caminar hacia el hotel, no quería pelear con su novio de vuelta así que decidió obedecer. El camino fue silencioso y Max se estaba poniendo nervioso al no ver ninguna reacción por parte de la argentina.

- Tenemos que hablar - Comentó al llegar 

- Ahora no - Contestó Mai dirigiéndose a la cama - Quiero dormir - 

- No - Dijo firme el holandés - Vamos a hablar ahora - 

- ¿Qué quieres? - Preguntó la argentina suspirando 

- Quiero pedirte disculpas porque tenías razón con que me estaba portando como un niño - Le dijo Max - Y quería darte una explicación - 

- No te pedí una explicación y tampoco la quiero - Lo interrumpió Mai 

- Pero te la debo - Contestó Max - No hay nada entre Salomé y yo, y nunca lo hubo, sólo nos cruzamos en una fiesta y nos empezamos a seguir. No sé por qué hay personas relacionándome con ella - 

- Ya lo sé - Le dijo la chica 

- He visto lo que dicen de ti en las redes sociales - Agregó Max - ¿Por qué no me dijiste nada sobre esas dos cosas? - 

- Porque te conozco y confío en ti - Le dijo Mai - Y con respecto a los comentarios, no le di tanta importancia, ellos no me conocen verdaderamente y siempre va a haber personas así. Ahora déjame dormir que estoy cansada y tengo frío - 

Max asintió sin decir nada y se recostó al lado de ella, la abrazó por la cintura y la dejó descansar. Él no creía poder dormir demasiado, ya que su cabeza sólo le daba vueltas al tema que había hablado con su chica, y no sabía si estaba todo bien entre ellos dos.

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