10- Dronkenschap

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Charles subió al segundo lugar del podio y Maitena sonrió orgullosa por el chico.
El himno holandés la sacó de sus pensamientos, Max había ganado el GP de Bahrein. 

Después de todo el protocolo, procedieron a abrir el champagne mientras festejaban.
Antes de bajar del podio, Max cruzó mirada con Maitena y ambos sintieron algo moverse dentro de ellos. El holandés sacudió su cabeza alejando ese sentimiento y bajó del podio.

Ambos debían prepararse ya que al final Carlos los había convencido de ir de fiesta.

Apenas llegaron a la discotecas, cada uno se fue por su lado, mientras que Malena y Maitena fueron a la barra a pedir unos tragos.
Mai vio a Max y se acordó de que en la última fiesta a la que había asistido, conoció a Dilara. Automáticamente sacudió su cabeza de un lado al otro tratando de sacar esos recuerdos de su mente.

Cuando terminó su trago, se dirigió hacia el baño, dejando a su hermana sola.
Una vez dentro, se apoyó contra el lavamanos y se miró al espejo. No podía seguir así, no sabía que le pasaba. Ella sólo estaba ahí para hacer su trabajo y parecía estar desviandose del camino.

Dió un largo suspiro y se decidió a salir. Para su mala suerte, se encontró en el pasillo con la persona que no quería. 

- Hola - Dijo Max sonriendole

- Hola - Le respondió ella mirándolo, tenía que reconocer que la camisa azul que llevaba le quedaba bastante bien.

- Quería disculparme por mi comportamiento raro en estos días - Dijo él tímidamente y avanzando un poco hacia donde estaba ella 

- No te preocupes - Dijo Mai poniéndose nerviosa por la cercanía que tenían.

Max no podía evitar acercarse cada vez un poco más a ella.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, subió su mano y acarició su mejilla.

A Maitena le costaba respirar con normalidad, la cercanía del holandés la ponía nerviosa y no podía pensar claramente.
Sus labios estaban rozandose, sólo necesitaban un pequeño empujón para que se juntaran del todo. 

Antes de que Max hiciera el movimiento que necesitaban, Maitena aclaró su mente y se separó.

- No podemos hacer esto, no es correcto, no creo que quieras hacerle esto a tu novia - Le dijo en un susurro y con una mirada de disculpa se fue.

Max apoyó su frente contra la pared y suspiró frustrado. No podía creer lo que había estado a punto de hacer.
Se dirigió hacia la barra y pidió el trago más fuerte que había.

Varias horas después, Charles se acercó a Maitena, que estaba bailando con Carlos.

- Necesito que lleves a Max de vuelta al hotel, no está en condiciones de manejar y si sigue tomando es probable que tenga un coma alcohólico - Le dijo 

Charles estuvo un rato tratando de convencerla de que lo lleve, hasta que no le quedó más opción que aceptar.
Creía que Charlie había exagerado un poco la situación, pero cuando se acercó al holandés, vió que realmente estaba muy alcoholizado.

- Max, Vamos. Yo te voy a llevar al hotel - Le dijo la chica acercándose y sacandole el vaso de las manos para que no pudiera seguir tomando.

Max se negó y después de varios intentos, pudo sacarlo de la discoteca y subirlo a su auto por fin.
No hace falta decir que durante todo el camino se mantuvo diciendo cosas incoherentes.

Al llegar al hotel, Mai bajó como pudo al holandés y lo llevó hacia la habitación. 

- ¿Sabías que estás todo el día en mi cabeza? - Le dijo él de repente - Apareces y desapareces cuando quieres y como quieres -

- Max, estás diciendo cosas sin sentidos - Le dijo ella mientras lo llevaba hacía la cama 

- Se que estoy borracho, pero estoy diciendo la verdad - Dijo mirándola - Hasta cuando estoy en el monoplaza te pienso -

Maitena sólo rodó los ojos y lo acostó sobre la cama quitándole sus zapatos.

- Eso no está bien, no deberías aparecerte en mi cabeza en el medio de una carrera, podría morir y sería tu culpa porque te apareces a propósito - Dijo Max en un tono bastante infantil causando que Maitena se riera 

- Okay, es hora de que dejes de decir estupideces y te duermas - Le dijo ella tapandolo con las sábanas.

Dejó sobre la mesita de luz una pastilla para el dolor de cabeza, sabía que al otro día el holandés se arrepentiría de haber tomado tanto.
Automáticamente se dirigió hacia la puerta para salir, pero Max interrumpió sus pasos.

- ¿A dónde vas? ¿No vas a dormir conmigo? - le preguntó haciendo un berrinche

- No, Max. Ya duérmete y no hagas estupideces - Se rió la argentina - En serio, si haces algo me voy a enterar y te vas a arrepentir -

Max estaba por hacer un berrinche, pero al ver la mirada que le daba la chica, se arrepintió.

- Está bien, no voy a hacer nada, lo prometo - Dijo con una actitud infantil 

- Bien, que descanses Max - Dijo finalmente para dedicarle una sonrisa y dirigirse a su habitación e intentar dormir. 

Aunque no creía poder hacerlo, ya que el recuerdo de lo que pasó en la discoteca y las palabras del piloto unos minutos antes, aún estaban en su cabeza más presentes que nunca. 

ZIELSVERWANTENWhere stories live. Discover now