CAPITULO 12

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CAPITULO 12

Hinata no era la clase de persona que analiza las situaciones profundamente, sino que era más del tipo que se dejaba llevar por sus emociones y por lo que creía que sería lo mejor para afrontar una situación determinada, es por ello que al principio no le dio mayor importancia a la inusual distancia que parecía tomar su esposo repentinamente con ella, pero había llegado a un punto en el que le resultaba imposible no preocuparse.

Pensó en el complejo trabajo de hokage mientras caminaba por los pasillos de la torre en dirección a la oficina de su esposo, sintiendo cierta culpa invadirle por los pensamientos egoístas que estaba comenzando a tener y que la habían impulsado a ir a darle una visita sorpresa a su marido para tener un momento a solas con este.

La voz animada de Naruto llegó a sus oídos cuando estuvo a punto de abrir la puerta haciendo que se detuviera manteniendo la mano sobre la perilla estática. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había escuchado a su esposo reír de esa manera, específicamente desde que se había casado con ella, por lo que no pudo evitar sentir cierta nostalgia.

— ¡Hey! ¡No! ¡No seas así! ¡Agh! ... ¡Bueno si soy tan inútil como dices entonces debería renunciar 'ttebayo!

Hinata pestañeó confundida por el tono de voz juguetón con el que su esposo le respondía a alguien desconocido para ella y sin más decidió abrir la puerta encontrando a Naruto en el suelo con un montón de papeles rodeándolo.

— ¿Eh? —Hinata admiró como la expresión entre molesta y divertida de su esposo pasaba a una de tensa sorpresa al verla, con los ojos bien abiertos como si hubiese visto un fantasma— ¿Hinata?

La mencionada estuvo a punto de inclinarse hacia él para ayudarlo a recoger el desorden pero la extraña sensación de algo atravesándole el cuerpo se lo impidió, quedándose helada por unos segundos hasta que notó la presencia de Sasuke sentado cómodamente en la silla del hokage con la mirada fija en ella. Su cuerpo se estremeció de pies a cabeza al hacer contacto visual con esos ojos negros y profundos que no le hacían sentir bienvenida.

— ¿Sucedió algo? —Preguntó Naruto sacándola de su ensimismo haciendo que volviera su atención a él.

—Esto... —Comenzó a decir repentinamente nerviosa— Te traje tu almuerzo, Naruto-kun.

— ¿Enserio? —No entendió por qué Naruto parecía tan sorprendido por eso pero estaba demasiado incomoda con la presencia imponente de Sasuke como para hacer algún comentario al respecto.

Hinata asintió, mostrándole el bento que traía en su mano izquierda antes de mirar dubitativa el enorme escritorio del hokage desde donde Sasuke la seguía observando con atención sin siquiera disimularlo.

—Gracias, Hinata.

—Sí, bueno... —Se regañó a sí misma por tartamudear, se supone que ese mal hábito suyo había quedado en el pasado— Y también quería saber cómo te estaba yendo en el trabajo, Naruto-kun.

No supo que fue, pero justo cuando terminó de decir aquello sintió una increíble necesidad de salir de allí que le resultó imposible explicar al tiempo que veía a su esposo sufrir de un escalofrío repentino que le hizo abrazarse a sí mismo.

Hinata era un ninja por lo que podía identificar perfectamente el peligro, pero no podía encontrar nada a su alrededor que pudiera significar una amenaza, por lo que la confusión fue más que evidente en su rostro. Cuando escuchó la silla moverse con brusquedad se volteó hacia la persona que se había mantenido al margen en todo momento.

— ¿Dónde vas? —Naruto inmediatamente se puso de pie al ver a Sasuke rodeando el escritorio en dirección hacia la puerta.

—Me voy —Respondió secamente el Uchiha sin voltear a mirarlo.

I N C O R R E C T OWhere stories live. Discover now