Jaspe.

Primer encuentro.

A la mañana siguiente el clima seguía igual que el día anterior: lluvioso y cargado de neblina. Sonrió para sus adentros, estaba algo cansada del fuerte y agobiante sol de Phoenix.

No puso mucho empeño en su ropa, al fin y al cabo, el abrigo lo llevaría todo el día. Cuando bajó a la cocina Bella ya estaba comiendo un poco de cereal, le señaló un cuenco recién servido. Aún no habían terminado de comer cuando Charlie ya se había despedido de ellas con un "suerte", dejándolas solas.

Lavó los platos de ambas mientras Bella salía a calentar el coche. Al terminar se puso el abrigo mientras se colgaba la mochila al hombro. Suspiró con fuerza, ahora que estaba tan cerca reiniciar su vida se asustó un momento. Cerró la casa con llave y al dar la vuelta puso su mejor sonrisa, su hermana puso los ojos en blanco, algo frustrada por la emoción de la chica frente a ella.

—¡Vamos, Bella! Esto será genial, por primera vez nuestro tono de piel no será tema de conversación.

Volvió a poner los ojos en blanco, pero después de dedicarle una fugaz mirada sonrió levemente. Adara sabia como cambiarle el humor en segundos.

Al llegar a la escuela y estacionarse Bella le informó que iría a la oficina por sus horarios al ver que Adara no se movía de su asiento, estaba demasiado emocionada como para tener que mantener una conversación monótona con alguna secretaria de la escuela.

Mientras el tiempo avanzaba el estacionamiento comenzaba a llenarse poco a poco, había carros de todo tipo, nada ostentoso, excepto por un bonito e impecable volvo plateado. Al instante se preguntó quién podría conducirlo, era un auto digno de una estrella de cine. Las puertas se abrieron lentamente, o tal vez era que estaba demasiado ansiosa como para esperar una salida normal.

—Ya tengo los horarios, incluso me hicieron un plano para no perdernos.

No pudo evitar ver a su hermana cuando le habló, pero al instante recordó que quería ver a quienes salían del volvo. Al volver la vista el carro estaba cerrado y tenia la imagen de estar vacío. Soltó un leve gruñido, habían sido mas rápidos de lo que esperaba.

Bajó de la troca tomando los papeles mientras caminaban a la escuela. Adara daba vueltas y leves brinquitos mientras avanzaba, Bella por su parte, observaba el camino, cuidando que no hubiera alguna piedra, charco o escalón que tomara por sorpresa a su hermana y la hiciera tropezar.

—¿Cómo puedes estar tan entusiasmada? Hay un clima horrible. —señaló a sus espaldas.

—Estoy harta del sol, hacía que me sangrara la nariz todo el tiempo. —recordó con una mueca en el rostro.

Guardar documentos en la mochila, conversar con tu hermana e ir avanzando mediante giros al mismo tiempo no era una buena idea, pero Adara no lo pensó hasta que tuvo que detener su caminar por una pared dura y helada.

Trató de evadir la vergüenza de golpearse contra la pared, cosa que logró gracias al sonoro gruñido que le ayudó a saber que no había chocado contra una pared, sino una persona.

A juzgar por la rigidez del cuerpo ella estaba segura que no era una persona, pero ahí estaba un chico alto y de cabello algo largo y rubio, con hipnóticos ojos dorados. Era hermoso. No pudo evitar admirarlo, ganándose otro sonoro gruñido. "No sabía que un gruñido podría sonar tan melodioso." pensó. Una risa mal disimulada la hizo salir de su trance, otro chico igual de atractivo observaba la escena, por un momento sintió que le había leído la mente, el chico de cabello cobrizo volvió a reír y tuvo la misma sensación, pero automáticamente la descartó, tal vez solo se burlaba de su cara de tonta. Sintió el calor subir a sus mejillas, odiaba que su piel se tornara roja mientras su corazón palpitaba rápidamente.