Jaspe.

Beisbol.

Adara caminaba con nerviosismo por toda la habitación de su hermana la cual apenas y le prestaba atención.

—¿Por qué rayos no estas nerviosa?

—¿Por qué debería estarlo? De hecho, ¿Por qué lo estás tú? No es como si apenas fueras a conocer a los Cullen, según me dijo Edward, les agradaste bastante.

Guardó silencio un momento.

—En realidad, no se mucho de béisbol, a veces lo veo con papá, pero... jugarlo, no lo sé. —hizo una pausa, observando los autos estacionados.

—Ada, para serte franca, no creo que jugar sea una buena idea, nos llevarán ventaja por mucho... mucho.

Adara lo pensó un momento. Bella tenía toda la razón. Incluso se sintió algo tonta por haberse preocupado. Lo más probable es que ni siquiera jugarían. Y eso estaba bien, mejor que bien, así no debería preocuparse por nada, solo admirar a los vampiros jugando.

—Llegaron. —anunció mientras tomaba su chaqueta de la cama y salía de la habitación. Bella la imitó.

Antes de que ambas chicas llegaran a la puerta Charlie se adelantó. Les señaló con el índice, seriamente mientras abría la puerta.

—Buenas tardes, jefe Swan. —se adelantó a saludar Edward.

—Buen día. — le siguió Jasper, tratando de aligerar el ambiente poco a poco.

—Llámenme Charlie, adelante.

Bella y Adara compartieron miradas, ¿pensaba mantener una conversación?, ¿acaso Charlie sería la clase de padre que trataría de intimidar a los novios de sus hijas?

Jasper le dedicó una sonrisa tranquilizante a Adara. Un padre no era nada que temer para los vampiros.

—Tomen asiento. —señaló las sillas del comedor. Ambos obedecieron con ágiles movimientos. —Así que van a llevar a mis niñas a un partido de béisbol.

¿Mis niñas? Adara y Bella volvieron a conectar miradas. ¿Desde cuándo Charlie era tan protector?

—Si, señor, esa es la idea. —si bien ambos tenían una postura sumamente formal, la expresión de Jasper era tan tranquila que puso de buen humor a Charlie.

—Así que... béisbol. Bella jugará béisbol. En serio quisiera ver eso. —dijo burlonamente.

—Te contaré con lujo de detalles cada una de sus caídas. —le siguió el juego.

—Todos aquí sabemos que no soy la más atlética, no es necesario recalcarlo. —les detuvo, algo sonrojada.

—¿Cuándo regresarán?

—Temprano. —Charlie asintió lentamente y Bella aprovechó el momento.

—Bueno, nos vemos más tarde. —Se despidió con un ademán y salió de la casa seguida por Edward, quien había murmurado un "hasta luego".

—Adara...

—Lo sé, lo sé. —le interrumpió. —Yo cuidaré de ella. Adiós, papá. —le dio un beso en la mejilla y al igual que su hermana, salió con un vampiro tras de ella.

—Nosotros nos encargaremos, jefe Swan. —le dedicó un asentimiento de cabeza antes de salir.

—Prefería cuando sólo era "jefe Swan"... no el padre de sus novias. —dijo relativamente irritado, viendo como Jasper le abría la puerta del auto a su hija.

Ambos vampiros sonrieron por el comentario del "jefe Swan". Las chicas no preguntaron.

Jasper disfrutaba bastante conducir y al igual que el resto de los Cullen, lo hacía a altas velocidades. Bella, quien era algo nerviosa apretaba la mano de Edward con fuerza, pensando en que tan resistente sería el arnés de ser necesario, es decir, si chocaban. Sin duda alguna prefería que su novio manejara, era igual de veloz, pero solía ser más precavido, a diferencia del rubio que disfrutaba cambiar de carriles repentinamente y dar vueltas un poco -bastante- bruscas.
Adara sabía todo eso, conocía perfectamente a su melliza, no era necesario verla para saber que estaba nerviosa por el modo de conducir de Jasper. Fácilmente pudo haberle pedido que bajara la velocidad o que condujera decentemente, pero ella, a diferencia de su hermana, amaba como conducía Jasper.