Resfriado.

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Sus dedos tamborileaban nerviosos sobre la superficie de la mesa. Habían sido tres días sin noticias y aunque la duda lo invadía, por alguna razón no se atrevía a preguntar. Tal vez temía verse entrometido, o que la humana se negara a contarle si algo había pasado.

Cuando vio a la castaña entrar al aula desechó todas las posibilidades negativas y se acercó a la mesa que compartían ella y su hermano.

—¿Dónde está? ¿se encuentra bien?

Edward sonrió ladinamente, haciendo enfurecer a Jasper. "Tú sabes. Tú sabes algo y no dijiste nada", pensó. La sonrisa de Edward se ensanchó mientras veía los expresivos rostros de Jasper y Bella: furia y confusión.

—Tardaste más de lo que esperábamos.

—Tranquilo, Jasper. Ella está bien, solo pescó un resfriado. —una ligera sonrisa apareció en el rostro de Bella tratando de apaciguar la inquietud del rubio. —Le diré que preguntaste por ella.

—Gracias, Bella. —asintió una sola vez con la intención de retirarse, pero una duda apareció y se detuvo. —Tú lo sabias, ¿Por qué no me dijiste?

La sonrisa de Edward se ensanchó al escuchar el tono acusatorio de Jasper —No preguntaste.

—Como si lo necesitara.

Le gruñó tan bajo que solo ellos tres escucharon, la humana por la cercanía, en realidad. El rubio regresó a su asiento, mucho más tranquilo ahora, incluso sintiéndose algo tonto. A veces olvidaba que los humanos podían enfermar y sonaba bastante lógico que Adara estuviera resfriada, es decir, era nueva en la ciudad, no estaba acostumbrada al frio clima del lugar. Si, una vez que pensaba con claridad todo comenzaba a tener sentido.

Un suspiro de alivio surcó sus labios cuando el profesor dio la clase por terminada. Se obligó a no salir precipitadamente del lugar, aunque claro, seguro Edward lo notaria y le contaría a Bella. Desde que ella había descubierto su secreto tenía el presentimiento de que el vampiro ya no le ocultaba nada a su nueva novia. Se preguntó si Adara lo averiguaría... o tal vez ya lo sabía y no se lo tomó tan bien como su hermana. Un resfriado seria la excusa perfecta para faltar a la escuela y evadir a ciertos compañeros.

Alcanzó a la peculiar pareja en el estacionamiento, cerca del volvo plateado. Desde que estaban juntos, Edward recogía y llevaba a Bella a su casa todos los días por lo que no le sorprendió encontrarlos juntos en el auto.

—Bella, ¿crees que podría...? Es decir, ¿estaría bien...? No quiero que Adara se sienta incomoda, ¿habría algún problema si yo...?

—Le daría mucho gusto si la visitaras. —dijo con temor de haber supuesto algo equivocado.

—Bien. Estaré ahí en una hora.

Sin esperar una afirmativa o negativa a su hora de llegada, se despidió con un asentimiento de cabeza y caminó al otro lado del estacionamiento, donde el resto de sus hermanos lo esperaban. Buscó en su bolsillo las llaves del Jeep y entró. No quería lucir muy desesperado por irse, por lo que se obligó a no presionarlos.

Después de unos minutos, Alice, Rosalie y Emmett lucían listos para irse. Rápidamente encendió su auto y manejó a altas velocidades hasta llegar a la residencia de los Cullen. Apagó el auto y corrió al interior de la casa en busca de Carlisle. Se detuvo cuando revisó toda la casa y no lo encontró.

—Jazz, ¿Qué pasa?

—Necesito ayuda, ¿Dónde está Carlisle?

—Está trabajando, ¿hay algo en lo que te pueda ayudar? —las suaves manos de Esme le acomodaron el cabello, quitando los mechones que habían caído sobre su rostro.

Jaspe.Where stories live. Discover now