Sensaciones.

5K 418 50
                                    

—Ya vuelvo.

Después de informarle rápidamente, Bella caminó en dirección al camión donde se encontraba Edward recargado. Adara fue a paso más lento, no le interesaba escuchar aquella conversación, no hasta que vio a Alice pasar a su lado con una sonrisa, la siguió de cerca. La vampiresa se paró entre Bella y Edward.
Cuando Adara llegó aquella charla había terminado.

—Nuestro autobús está lleno. —dijo rudamente.

Adara no tardó en entender que Edward estaba corriendo a su hermana. La mirada del chico era intensa, hacía que Bella se encogiera levemente.

—¿Qué te dije sobre ser un idiota?

Se acercó lo más atemorizante posible, evadiendo la mirada de su hermana. Antes de poder estar lo suficiente cerca sintió como una fría mano le tomaba de la muñeca. Al instante se distrajo con aquella sensación, lo necesario como para que el vampiro entrara al camión.
Se dejó llevar por Jasper, quien la alejó de aquella escena, cuidando de no aplicar mucha fuerza en su agarre.

—¿Podrías no buscar problemas por un momento?

—¿Podría tu hermano no ser tan grosero con Bella? —contraatacó, aun sin soltarse.

—Solo quiere que se aleje de él, está haciendo lo mismo que yo. —le informó algo frustrado.

—Tu no has sido un idiota conmigo. —le sonrió, apenas controlando el gesto. —Al contrario, parece que en realidad cuidas de mí.

Se acercó sólo unos pasos a Jasper, acortando la distancia, aunque el único contacto que tenían sus cuerpos era el agarre de la mano del rubio alrededor de la muñeca de Adara.
El vampiro aspiro aire, inhalando el perfume de la humana, identificando el olor de su champú, su esencia. Se concentró en el palpitar de su corazón, luego en el ruido que la tierra hacía bajo aquellos pies inquietos. Luego toda su atención pasó al calor que le daba el contacto con sus dedos. Sintió las venas de la chica bajo sus dedos, su suave y poco hidratada piel, supuso que no usaba mucha crema corporal. Posó su vista en los detalles del rostro de Adara, sus cejas imperfectas y sus labios mucho más hidratados que la piel, sus largas pestañas sin una pizca de maquillaje. No podía evitar admirar la belleza tan sencilla que emanaba.

Sin embargo, nada le sorprendió tanto como darse cuenta de lo tranquilo que estaba. Había aspirado con fuerza y escuchado su corazón latir y no perdió el control ni por un segundo. De repente, la visión de Alice no le pareció tan disparatada.

—Será mejor que vayas con Bella. —le susurró.

Luego, con una frustración tan disimulada que ni Adara notó, le soltó la muñeca y caminó al autobús donde habían subido sus hermanos.

[***]

—Te queremos, mamá.

—Y también te extrañamos. —agregó Bella a la despedida.

—Hasta luego, mamá. —dijeron al mismo tiempo cortando la llamada.

Desde el accidente la madre de las mellizas no había dejado de llamar constantemente para saber cómo seguían, preocupada porque algo saliera del control de Charlie.
Cada que llamaba, su ex esposo salía de la habitación como si Renee fuera a materializarse ahí mismo, las hermanas reían ante tal acción, pero agradecían que no estuviera ahí tratando de escuchar que decían.

—Maldigo que papá le contara. —hizo una mueca mientras bajaba las escaleras seguida por Adara.

—Imagínate yo, ¡a mí no me pasó nada! Y de todas formas me habla como si me hubiera caído de un sexto piso.

Jaspe.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin