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Sonriente abrazó a sus padres quienes lo recibieron gustoso. Su pequeño estaba feliz y eso era lo que ellos soñaban para él.

El niño estiró sus bracitos hacia su padre alfa quien sonrió y lo elevó en sus brazos, mientras su papá omega refunfuñaba celoso por ese acto cruel ante sus ojos, su bebé prefería a su otro padre en vez de él, luego de haber sufrido horas de parto. Injusto.

—Supongo que todo fue bien ¿no? —El pequeñín asiente—. Eso es perfecto, mi bebito. —Su padre omega dice mientras besa su mejilla.

—¿Hiciste amigos, cachorro? —Su papá alfa le pregunta y él muy feliz asiente.

—Hice uno... hmm... pero... no puede hablar bien... 

Sus papás fruncen su ceño sin comprender, pero dejan de lado eso y sólo le hacen saber que no todos los niños hablan correctamente, cada uno es especial y su tiempo de aprendizaje no es igual, pero que no por eso es diferente o que esté mal. El pequeño entiende y sonríe mientras les cuenta a sus papis del pequeño niño que conoció, obviamente omitiendo todo lo que pasó antes de eso.

Estaba al tanto de cómo sus padres se sentían al saber el trato que recibía por ser..., especial. Por lo mismo, a su edad aprendió que debía ocultar algunas cosas para poder mantener aquella sonrisa que sus padres le daban. De igual manera, no le importaba lo sucedido ya que gracias a ello había conocido a un pequeño que lo había tratado bien, sin juzgar su comportamiento, sin importarle de que no sea alguien que se pueda expresarse bien con extraños. 

Quería que aquel niño fuera su amigo para siempre.

Se encargaría de ello.

Así que cuando la mañana siguiente llegó, estaba más que emocionado por ver a aquel niño de cabellos ondulados, estaba ansioso y moría por verle. Sus padres le sonrieron cuando notaron su emoción y la intriga los invade, querían conocer al pequeño que había notado la verdadera belleza de su retoño y no lo había juzgado por tener un comportamiento no dominante como la mayoría de alfas.

Su papi omega se abraza a la cintura de su papá alfa mientras lo observan comer con entusiasmo. Escucha murmurar a sus padres, seguro hablaban de él, le alegraba eso porque quería decir que sus padres estarían bien emocionalmente respecto a él. No quería preocupar a sus papitos y hacerles saber que dentro de eso bueno, siempre está lo malo, como todos los demás que aún lo juzgan. Pero se fuerza en sonreír y dejar de lado eso para concentrarse en poder ver al de hebras doradas.

—Ten un buen día, cachorro. —su padre alfa se acerca y besa su sien—. Papá vendrá hasta tarde, tiene mucho trabajo que hacer ¿hmm?

El pequeño sólo asiente y le sonríe para luego darle un besito. —Te amo~ ten cuidado...

—Claro que sí. —Se despide de su omega con un beso en sus labios que dura unos segundos para luego salir de casa. Trabajaba en el centro del pueblo que la manada poseía, ayudando a la elaboración de muebles.

La manada no era tan grande, por lo mismo conservaban muy bien sus tradiciones y eso conllevaba a tener pocos recursos monetarios. Los trabajos en el lugar eran escasos y la mayoría subsistía por cultivar y vender eso a las manadas aledañas o en la misma manada. Todos vivían bien, pues de eso se encargaba el líder, comida no faltaba y si lo hacía, recurrían a la caza. No había mucho qué hacer, pero vivían bien y cómodamente. Quizás era la manada con menos recursos, no como la del norte, pero era una que te hospedaba sin quejas, siempre y cuando no faltes a las normas y creencias de esta misma. Era un lugar cómodo donde esperaban que su hijo creciera sin presiones a ser algo que no es, aunque no todo sea como desearan.

Perfect |KookV| (Omegaverse)Where stories live. Discover now