Perfect |KookV| (Omegaverse)

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Una semana había transcurrido desde el encuentro con aquellas niñas, y en ningún momento se habló de lo dicho por el de hebras doradas, aunque no es como que sea necesario, no para ellos, o eso es lo que piensan. 

Para un TaeHyung quien en su inocencia no prestaba atención a las cosas, le era fácil olvidarlas y dejarlas en el pasado, a parte, sus padres se encargaron de enseñarle que no se preocupe por alfas en estos momentos, que aunque en las doctrinas eso es lo que se les enseña, él no tiene por qué preocuparse, que para él el destino —si es que existía, sino él, su padre alfa, se encargaría de ello— tendría al mejor alfa en su futuro, a ese alfa que se encargaría de protegerlo de todo, a un perfecto alfa.

En cambio, para el pequeño alfa que últimamente venía pensando en ello, le fue un tanto difícil olvidarse de lo dicho por el omega. No es como que esté ansioso por ello, no, en realidad le aterra el día en que su presentación llegue y no poder ser digno de un omega. Ese es su dilema, las palabras irónicas dichas por el de cabellos dorados, porque para él lo eran, nadie en su sano juicio creería que él sería su alfa, nadie lo creería por el simple hecho de no ser digno de semejante título para el hijo del líder de la manada. JungKook estaba más que consciente que él no podía siquiera pensar en ello, pero... ¿por qué seguía pensándolo?

No lo entendía, sencillamente no. En su mente, un omega como lo es TaeHyung, se merece al mejor alfa del lugar y de todos los lugares por haber, se merece tener lo mejor de lo mejor, cosa que él carece. Sabe que no es y nunca será un perfecto alfa, o por lo menos lo que un alfa debería llegar a hacer, él no. Y TaeHyung debía estar con alguien perfecto como lo es él. Un alfa fuerte, dominante y territorial, uno que lo cuide y le de su lugar, uno donde lo sienta su hogar y se sienta protegido de todo y de todos. 

Él no era fuerte, no es dominante, no es territorial y mucho menos es un alfa digno de su persona.

En sus doctrinas es el que menos opina o menos resalta porque muchas veces está en desacuerdo con lo enseñado, pero que sabe no debe objetar porque esas son las creencias y reglas. Sus padres le habían comentado que ellos no estaban en posición de reprochar las creencias de la manada porque ellos no eran pertenecientes a ésta y mucho menos nacidos en ella. Así que su deber era acatar sin reprochar.

JungKook creía que habían cosas que un alfa podía hacer sin tener que bajarle valor por ello, que no siempre se es fuerte, que no siempre es necesario ser dominante, que no siempre todo se arregla con violencia, que no siempre hay que ser territoriales, que no siempre... un alfa debe buscar la perfección que le estipulan, porque no lo son, son personas que sienten y tienden a equivocarse, buscando el perfeccionar, pero no como lo es enseñado, sino ese del alma donde se debe estar conforme con uno mismo no con lo que te enseñan que es lo correcto.

Por eso mismo, el pequeño se reservaba sus pensamientos que... sólo TaeHyung tuvo la oportunidad de escuchar.

—¿Qué tanto piensas? —pregunta, curioso TaeHyung al verlo con la mirada perdida en algún lugar del abundante pasto.

El niño le mira y niega. No creía que era de importancia, mejor dicho, él no debería darle importancia a lo dicho por el omega a su lado, porque este sólo lo había dicho por salvarle el pellejo.

—Vamos~ —con su hombro da un empujón al del chico quien sonríe por el acto—. Estamos solos... puedes decilme... —junto sus manitas y le hizo ojos de cachorrito al menor.

El pequeño alfa voltea el rostro para no verle, era aún más lindo cuando hacía esos ojitos aguados y abultaba sus labios en un puchero. Demasiado tierno para él que poseía un corazón de pollo.

TaeHyung vuelve a chocar sus hombros, instándolo a que hablara. Él por su parte inhaló buscando el valor, sus ojos recorrieron el pequeño lugar verdusco con pequeñas florecitas a su alrededor para luego centrase en el pequeño de cabellos dorados que brillaban con los pequeños destellos de sol que se filtraban por los enormes árboles.