#3 Tacos y celos.

3.1K 267 12
                                    

Narradora Omnisciente.

Era un fin de semana en la vida de Jade y Tori. El día estaba pesado, algo nublado como ya era habitual en esas épocas del año.

La gótica estaba tirada en su cama, con una almohada gigante sobre su estómago y los codos apoyados en esta. Estaba usando el celular, chateando con su novia.

Linda🖤: Quiero tacos :(

Yo: Yo te los envío si quieres, Vega.

Linda🖤: No, los quiero ahora, muero de haambreee :(((

Yo: Bueno, te tocará esperar. Son solo 15 mins.

Linda🖤: 15 son una agonía.

Jade rodó los ojos con una débil sonrisa. Sintió el ruido de como tocaron el timbre. Steven se había ido de viaje al igual que sus padres, así que ella era la encargada de la casa.

Yo: Alguien tocó mi puerta, espérame.

Dejó el celular sobre la cama, apartó la almohada de su cuerpo, y bajó rápidamente las escaleras.

Llegó a la puerta y acomodó con poca predisposición su ropa y cabello. Abrió desganada.

¿Vega? ¿Qué haces aquí? Preguntó Jade formando una sonrisa en sus labios. Verla realmente le cambiaba el ánimo.

Quiero tacos. Se cruzó de brazos con una sonrisa. Conozco un lugar, allí siempre vamos con Trina y no sé, tal vez nos den un descuento o algo.

Jade gruñó y bajó la cabeza. No, pidamos los. Para algo existe el delivery... Iba a entrar a su casa, pero Tori la tomó del brazo  con ternura, haciendo que vuelva a mirarla.

Vamoos, si lo traen aquí tendríamos que pagar mucho más. Y si vamos, pagaremos menos, además tendremos descuentos o algo... Brincó de la alegría.

Quiero descuentos en zapatos, no pienso ir caminando ida y vuelta solo por unos tacos. Frunció el ceño, rodando los ojos.

Andaa, vamos, dí que si, please, porfi, anda. Empezó a decir, acercándose a West, haciendo mirada de cachorrito.

Oh no no no, esta vez esa mirada no me hará caer. Mm mm. Negó con la cabeza mientras intentaba no mirar los ojos de la mitad latina.

Porfaa. La sacudió del brazo como si tuviera cinco años.

No. Habló, intentando soltarse, pero al ver que era imposible, gruñó. Uggh, esta bien, ya suelta. Me das diabetes. Se soltó bruscamente acomodando la manga de su remera color negra.

Se que me amas. Sonrió, intentando darle un besito, pero Jade se apartó.

Te detesto. Bromeó. Ahora vamos antes de que me arrepienta. Cerró la puerta de su casa y empezaron a caminar.

20 minutos después.

¡Podrías haberme dicho que eran como 50 cuadras desde mi casa! Se quejó Jade, mirando a su novia, que estaba al lado suyo con los brazos caídos del cansancio.

¡Lo siento, no sabía! Tori imitó la acción, limpiando el sudor de su frente.

¿Cuánto queda? Preguntó de mala gana.

5 cuadras... Tomó aire debido al cansancio. Y media.

Recuérdame nunca más hacerte caso. La señaló.

Solo tú me haces feliz. TERMINADA.Where stories live. Discover now