Solo tú me haces feliz. TERMINADA.

#11 Daba gracia.

Narradora Omnisciente:

Jade entró a su casa, y vio a su hermano... sobre la mesa con una chica debajo suyo.

Oh por dios. Exclamó con asco al ver tal escena.

Los gritos asustados de Steven y la dulce chica con cabello castaño la incomodaron. Ella se tapó con la temera gigantesca del West mayor, mientras que este se bajaba de la mesa y la cubría de espaldas.

No pierdes el tiempo, eh. Rodó los ojos Jade y se tapó los ojos. Encima en la mesa, maldición. Le dio un escalofrío y se fue a otro lado.

¿¡Por qué no comentaste que vendrías, hermanita?! Abrochó el cierre de su jean.

Me olvidé, no tengo la vida planeada, hermanito. Usó la misma frase que él en un suspiro. Dile que use el baño de abajo, el de arriba es mío.

Ya la escuchaste, Elle. Volteó su mirada a la chica que prácticamente le restaba cabeza y media. Y tú olvida lo que viste. La señaló con el dedo.

Créeme es lo que más quiero ahora. Hizo una arcada, sacudiendo su cabeza y fue al baño de arriba precisamente, a lavarse las manos. Supongo que habrá quedado pizza, ¿no? Porque ustedes comieron otras cosas. Gritó para que se avergüencen, le resultaba gracioso.

Pasó por la puerta y se topó con ambos. Steven seguía sin camisa y pasó una de sus manos por la espalda Elle, guiandola a la puerta.

Disculpa a Jade... es... distinta. Le dio una mirada de pocos amigos a la gótica, quien tenía una porción de pizza en sus manos.

Tranquilo Steven, también fue nuestra culpa, además, íbamos a hacerlo en la mesa, o sea... Habló tímidamente la chica pálida.

Entiendo. Te llamo luego. Se dieron un corto beso en los labios y cerró la puerta. Te mato. Se dirigió a su hermana.

Oh, come on, no es mi culpa, al menos me hubieses mandado un texto. Créeme que tú no eres el único asqueado en esto. Suspiró, dándole un mordisco a la pizza.

¿Cómo querías que te mande un texto? Tenía las manos ocupadas. Comentó sutil, abriendo un poco sus dos manos y luego abrirlas y cerrarlas. Jade tardó en entender su gesto. Ahogó un grito algo ofendida.

Eres desagradable. Abrió la boca e hizo otra arcada. Este solo empezó a reír. Toma, come algo que sea comestible. Le tiró la rebanada y la risa de él, cesó.

Subió a su habitación, quitó sus botas y se tomó una ducha. Al salir, secó su cabello y luego, se tiró boca arriba a su cama. Agarró su teléfono. En el fondo de WhatsApp tenía una foto de Tori y ella. Suspiró, no tenía fuerzas ni tampoco ganas para sacarla.

Puso su despertador y se durmió.

Narra Jade:

6:00 AM.

Abrí mis ojos pesadamente al escuchar la alarma del teléfono. Hice un puño con mi mano, pero luego recapacité de que era mi celular, no un reloj normal, así que solo la relajé y la puse sobre mi rostro.

Apagué la alarma y lavé mis dientes, con cansancio y sin ganas de vivir, como siempre a esa hora.

Engendro, ¿te llevo? Se refirió a la escuela.

¿Qué? ¿Me ves cara de niña de 6 años? Respondí de mala gana.

Por dios que carácter. Gruñó, refregándose los ojos.