Solo tú me haces feliz. TERMINADA.

#20

Bueno, ya que algunos me dijeron que se sentían estafados o querían epílogo, la verdad es que no lo sé porque no quiero añadirle drama, pq tuvieron bastante :(

Estaba pensando en empezar otra historia, que sería un triángulo entre Jade, Tori y Beck. Pero vamos a hacer algo.

Voy a hacer esa historia un poco más adelante, y por el momento voy a hacer lo que sería la continuación de el capítulo 19.

Narra Jade.

¡Vamos, vamos, vamos! Gritaba mientras corría, arrastrando a Vega a mi delirio.

No sé que estábamos haciendo, supongo que estábamos inconscientes o algo así.

¿Llegamos? Preguntó toda sudada al llegar a lo de mi abuela.

Sí. Ven, acompañame al garage. No la solté en ningún momento.

Entramos y entre la oscuridad de este, más la suciedad, todo allí era costoso de ver.

¡Ay, maldita sea! Escuché el grito asustado de Tori y luego como se cayeron cosas.

Que asustadiza eres. Rodé los ojos y seguí buscando. Aquí estás, bebé. Miré a Tori. Reí nerviosa. ¿Mi segunda bebé? ¿Está mejor?

Si. Cruzó sus brazos y yo agarré la moto, sacándola de allí. Vega vino conmigo. Wow, esto parece los cadáveres de mis padres, de tanto polvo que tienen...

Jade. Reprochó la mitad latina. Bufé.

Humor. Aclaré. Pasé una mano por el asiento y saqué el polvo, soplé un poco y empañé los espejos. ¿Qué dices, no está genial?

Si. ¿Crees que funcione?

Ya lo veremos. Me subí y empecé a encenderla. Vamos, maldita cosa. Gruñí al ver que no se prendía.

Creí que era genial. Sonrió fastidiándome. Solo le saqué la lengua haciendo un ruido.

El motor encendió e hice una mirada victoriosa. ¿Cómo te quedó el ojo, chiquita? Ella los rodó. Se que tienes miedo de que me mate... Tomé aire. Pero piensa el lado positivo, me reencontraré con mis padres. La señalé con una sonrisa. Okey, medio oscuro. Protesté al observar su mirada molesta por los chistes que hacía.

Ten cuidado, se ve... Intentó no decir algo feo. ¿Inestable? Reí.

Estaré bien. Le di un beso en la mejilla. Además es solo manejar una moto. Lo he hecho toda la vida.

Tienes 17, tonta.

¡Lo sé! Exclamé ofendida haciendo un puchero. Pero suena mejor así. Me miró con gracia. No me mires así. Fruncí el ceño y  aún con la moto funcionando, apreté el acelerador.

¡Andaba genial! Empecé a reír frenéticamente, hice trucos y como iba velozmente, sentía el viento en mi cara.

Esto es vida. Grite, mientras seguía manejando, agarrando fuerte el manillar. Luego, volví cerca de Vega y bajé, acomodando mi cabello. ¿Te gustó lo que viste?

S-no, no. Negó. Mordí mi labio con una sonrisa.

Hablaba de los trucos. Se sonrojó, noté sus cejas levantarse. ¿Qué veías tú? Me acerqué a ella lentamente. Ella iba retrocediendo.