EPÍLOGO

3.8K 121 2
                                    


Ryan

Dos años después...

Han pasado dos años, tengo una familia hermosa, aunque tenemos nuestros altibajos. La pandilla sigue, pero no es como antes, cada uno está haciendo su vida y la verdad me parece increíble.

Mi pequeña Samira tiene dos años, es una cabezuda como su padre, dice la palabra "no" solamente y está más con Aiza, Luke, papá o conmigo.

Estos dos años Aiza y yo tenemos una buena relación. El primer año, ella se mudó conmigo en el departamento, estoy pensando en pedirle matrimonio y buscar una casa estable para nosotros. Con mi padre, estamos con un señor de bienes raíces ahora mismo.

— Ryan el hombre te está hablando — dice mi padre y me rasco la nuca.

— ¿Me puede hacer la pregunta de nuevo? — pregunta

— No era una pregunta, él está mostrándote la casa y te estaba diciendo que este barrio es muy seguro - dice mi padre.

—Me gusta la casa — admito

— Siempre hay peros — dice el señor.

— Quiero ver más propiedades — digo y ellos asienten.

Varios días después...

Esta casa me gusta, me encanta. No lo voy a negar.

— Me gusta — digo decidido.

— ¿Enserio? — pregunta mi padre asombrado.

— Tiene cuatros habitaciones, cuatros baños, una sala, garaje y patio. Es todo lo que necesito para mi familia, está cerca de ustedes y de la ciudad. Es sencilla — digo a mi padre y asiente, dirigí mi mirada al señor.

— La compro — hablo decidido. Entrego al señor la plata, me entrega los papeles de la casa también las llaves de esta.

— La casa es oficialmente suya, buena suerte — habla con una sonrisa.

En la noche...

Preparo con mi madre, la cena para esta noche. Tiene que ser perfecta también para preparar el ambiente.

Mi pequeña Samira, se queda esta noche con Luke en su departamento mientras que mi novia y yo hacemos nuestra cena aquí. Hice algo sencillo, le puse velas, flores, platos.

Aiza está trabajando en el restaurante, le pidió a Diego que la entretenga un rato más.

— Es hora — dice mi madre mirando la hora y el asiento nervioso. Carajo, me sudan las manos por los nervios. Escucho que se abre la puerta, mi madre se esconde en la cocina para ver la comida. Observo que mi mujer está con los ojos vendados, Diego atrás de ella dirigiéndole, hace una seña para que me acerque y la ayude, así lo hago.

— ¿Que está pasando? — pregunta ansiosa, no decimos nada y le saco la venda. Asombrada, gira hacia mí, besa mis labios.

— Está todo hermoso, ¿y está casa? — pregunta confundida.

— Es nuestra — accedo.

— ¿Nuestra? — pregunta y asiento feliz. Ella sonríe, pero se quedaría al mirarme arrodillarme y sacar el anillo.

— Aiza hemos atravesado muchos problemas, muchos conflictos, nos separamos un tiempo, pero el destino, nos unió de nuevo pero ese mismo destino quiere que estemos juntos para siempre. Quiero que nuestro se cumpla ¿Quieres ser mi esposa, quieres casarte conmigo? —pregunto. Ella llora y asiente varias veces.

— Si quiero — dice llorando. Nos abrazamos y besamos.

¿Quieres comer? – pregunto con un tono coqueto y ella ríe.

— Tengo hambre — dice

— Vamos a comer — hablo entre dientes.

Seis meses después...

Hoy es el día que nos unimos con mi mujer. Observe a mis hermanos nerviosos, mi hija está con Luke en brazos, los dos son unos locos con sus travesuras, tengo que admitirlo.

— Tranquilo hombre — dice mi padre palmeando mi hombro. Suspiro profundo y saco aire. Mi madre entra en la sala.

— Es hora — anuncia y asentimos. Carajo, me voy a casar

Horas más tarde...

La ceremonia fue hermosa, la fiesta también. Estamos los dos juntos yendo a nuestra luna de miel, miro a mi mujer que está dormida entre mis hombros.

Hoy ha sido la mejor noche de mi vida, porque me entregue a la mujer que amo, nunca pensé en casarme y tener hijos, pero todo cambio cuando el destino trajo a mujeres. Samira y Aiza que son mi familia

Cuatro años más tarde...

Mi pequeña Samira tiene seis años, está enorme tengo que admitir. Se va a la escuela cerca de la casa.

Aiza y yo tratamos de tener un bebé, pero es imposible ya que su condición, no le permite aguantar tanto. Ella ha estado un poco deprimida por eso.

— Ryan, me voy al trabajo — me llama con tono frío que me hace prestarle atención y asiento.

— Iré a buscar a Sami de la escuela y después a Elioth - informo - No te esfuerces mucho — suplico y ella rueda los ojos.

— Para que estar bien si lo mismo no va a sobrevivir — dice desilusionada. Frunco ​​mi ceño y muerto mis labios para no decir nada, ella sale de la casa sin mirarme.

Aida ha cambiado mucho, no es la misma desde que buscamos otro hijo, ha sufrido mucho por los abortos que tuvo en estos años y lo entiendo porque también eran mis hijos.

Horas después...

Salgo de la casa para buscar a Samira y Elioth cuando llego a la escuela, observo que mi hija se despide de su amigo con un beso en la mejilla.

— ¿Que tal papa? — saluda entrando en el auto.

— Hola hija, iremos a buscar a tu Tío Elioth — aviso y asiente sin prestarme atención, suspiro y conduzco hasta nuestro destino.

— ¿Quién era tu amigo nuevo? — pregunto interesado a Sami

— No es mi amigo — hace una mueca y me mira a los ojos con burla dispuesta a hacer una broma.

— Él es mi novio — dice tranquila soltando de la nada

— No caeré de nuevo — digo con burla también.

— Ya me conoces — susurra.

— Un papá siempre conoce a sus hijos, Sam — acoto y ella asiente.

Así son todos los días con mi hija tengo que aguantar las burlas que aprendió con su tío Luke para cabrearme, aparco en el estacionamiento y esperamos a Elioth que salga de la cárcel.

Los Hermanos Rahman (#1 H.R)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن