Maldita Fiesta

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Porque mi vida tiene que ser un desastre, desde que mi padre murió, todo lo bueno que tenía se fue con él, la vida me enseñó a golpes lo cruel que pueden ser algunas personas. Tengo 15 años y mi desarrollo físico no es el que se esperaba, mi madre siempre me dijo que desde los 10 años el cuerpo de una niña cambia, que no me preocupara, saben que tenía razón, mi cuerpo cambió, tenía 15 años y 20 kilos de más, claramente no era lo que mi madre esperaba, pero yo ya me había acostumbrado, sabía que no podría cambiar.

Hace unas semanas el niño más lindo del colegio un año mayor que yo, me invitó a una fiesta que haría uno de sus amigos, yo estaba feliz y entusiasmada, además de nerviosa obviamente, con mi madre juntamos los ahorros de las dos y fuimos a comprar un lindo vestido para ese día especial.

Hoy es la fiesta me duché, me vestí y mi madre me maquilló sólo un poco y unos pequeños tacones para verme un poco más alta, Michael es niño de mis sueños me fue a buscar en el auto de su papá, por supuesto su padre nos iría a dejar y luego a buscar dijo él.

No abrió la puerta para mí, tampoco me ayudó a salir cuando llegamos, a mi no me importa, pensé que sería diferente, pero estaba con él y era lo que me importaba.

Al entrar a la casa todos nos miraban mi principe tomó mi mano, sentía que me desmayaba y me llevó al centro de la pista improvisada, para bailar, a mi me gusta mucho bailar y creo que no lo hago tan mal, pero no era eso lo que el quería.

Michael : A todos los presentes - gritó para que lo escucharan - les presento a la reina, si, preciosa eres una reina, pero la reina de las ballenas.

Todos estallaron en carcajadas, me pusieron una corona y una banda que decía "Reina de las Ballenas". Cuando logré reaccionar salí corriendo, pero no me dejaban avanzar, se ponían en frente empujándome de vuelta al centro, lograron así que cayera, por supuesto nadie me ayudó, me puse de pie como pude, mientras ellos se burlaban cada vez más.

Camine hasta mi casa, lloré muchísimo, el maquillaje ya no estaba en mis ojos, estaba por toda mi cara, cuando entré a casa, mi madre fue hacia mí, al verme llorar, despeinada y con la ropa sucia, me abrazó, me quitó la corona y la banda, ya ni siquiera recordaba que las tenía puestas, lo único que quería hacer fue llorar abrazada al pecho de mi madre, ese era mi lugar seguro.

Carol : Esto acaba hoy, nadie volverá a molestarte mi vida - me paso la corona y la banda y se puso la chaqueta para salir.

Piper : No mamá, no vayas, déjalos dijo sollozando

Carol : Pero Piper, necesito hacer algo - dijo mientras sus lágrimas caían por sus mejillas

Piper : Sabes que puedes hacer - le dijo secando sus ojos - sácame de este pueblo de mierda.

Carol : Por ti lo que quieras cariño, ve a darte una ducha y mañana lo analizamos mejor, te parece.

Piper : No mamá, vámonos ya.

Carol : Hija.... - dice con un suspiro.

Piper : Mamá por favor.... - dijo llorando.

Carol : Esta bien pequeña, haré una llamada, ve por tus cosas sólo lo necesario, después vemos lo demás.

Piper : Te amo mamá.

Carol : Yo a ti princesa, vamos ve a arreglar todo.

Subí corriendo, me duché, saqué todas las lágrimas que quedaban, armé una maleta con toda mi ropa, dejé el vestido, la corona, la banda y los zapatos sobre la cama, dejaba atrás a todos estos idiotas, sólo esperaba llegar a un lugar mejor que éste.

En otro punto del país específicamente en Forks una ciudad un tanto pequeña, en el estado de Washington vive Diane, Lee y su hija Alexandra.

Diane camarera en un bar, Lee no le trabaja un día a nadie y Alexandra de 8 años veía el matrimonio de sus padres como algo raro, sabía por sus compañeras, que los padres salían a trabajar y las mamás se quedaban en las casas, salían todos a pasear, jugaban en la plaza, pero ella veía otra cosa, a veces golpes, gritos, malos tratos, borrachos en su casa cuando su mamá no estaba, ella pasaba casi todo el tiempo en la casa de una de sus compañeras Dayanara, o Daya, como le decían todos, su mamá Gloria siempre la invitaba a almorzar, cuando no tenían colegio, sabía lo que pasaba en esa casa y no quería que Alex lo pasara mal.

Gracias a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora