3 - Bradley

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El estruendo de una nueva olla cayendo al suelo vuelve a retumbar en la cocina, ahogando los sonidos normales de trabajo y haciendo sobresaltar a la mitad del personal. Mi única reacción es soltar un suspiro e intentar no frotar mi frente para aliviar el dolor de cabeza que he sentido desde que llegué esta mañana.

Ha sido un día demasiado largo y Chad no ha hecho nada para hacerlo más llevadero. Ya ni siquiera me quedan ganas de gritar.

Por suerte no hace falta, porque Chad me da una mirada y mis ojos parecen decirle todo lo que necesita saber, porque enseguida agacha la cabeza y en menos de un segundo continúa con su trabajo. Es una lástima que ya es la cuarta vez en la última hora en la que algo se le cae de las manos como si las cosas le quemaran al tacto.

No creo que Chad continúe en este trabajo por mucho más tiempo, lo cual es una verdadera lástima porque realmente es bueno en la cocina. No tanto para mantener las cosas alejadas del suelo.

Me doy vuelta conteniendo el siguiente suspiro y me encuentro con la mirada de Anne, quien tiene los labios fruncidos en pura desaprobación. Pero ¿qué es lo que quiere que haga? No es como que pueda decirle que se vaya ahora mismo, cuando estamos en mitad de una noche tan especial.

Al menos eso es lo que nos ha estado diciendo nuestro jefe, el dueño del restaurante, por los últimos días.

"Tendremos unos clientes muy importantes esa noche y necesitamos que todo salga bien. Será una noche especial".

Christian Marshall podrá ser mi jefe, un buen empresario y el dueño de una gran cadena de restaurantes en todo el país, pero no es precisamente un chef. De hecho, a veces tengo demasiadas dudas sobre si al menos tiene idea de cómo poner a hervir una olla con agua.

No es que realmente importe, porque él es quien tiene el dinero y firma nuestros cheques, pero el punto es que no siempre comprende que el cocinar no depende enteramente de la persona para quien lo hagas. Al menos no cuando tu objetivo es sólo monetario.

Y estoy bastante seguro de que para Marshall esta cena es tan especial sólo porque quiere quedar bien con quien sea que venga esta noche pensando en algún futuro negocio. Y no es que esté mal, pero tampoco está bien que él piense que haré las cosas bien esta noche sólo porque él me lo pide, cuando yo realmente me esfuerzo por tratar cada maldita noche como si fuera especial.

Le hecho un último vistazo a Chad antes de alejarme hacia otro de los rincones de la cocina. Anne viene detrás de mí como si yo la hubiera llamado, cuando estoy bastante seguro de que ella tiene su propia lista de tareas. Yo se la di, después de todo.

Entro en el cuarto de almacenamiento y ella me sigue, cerrando la puerta una vez que se encuentra dentro.

-Despídelo, Bradley.

Suelto un suspiro mientras reviso que la lista de ingredientes que tengo en la cabeza se encuentra en su lugar correspondiente.

-No me corresponde a mí, Anne.

-Eres el maldito chef. ¿A quién más le correspondería si no es a ti?

-Pues no sé, ¿a Marshall, quizás?

Ahora es ella quien suelta un suspiro mientras se cruza de brazos y se recuesta sobre uno de los estantes. La miro de reojo mientras sigo con mi tarea, pero trato realmente de no hacer contacto visual. Anne tiene por costumbre ponerse demasiado intensa cuando algo que le interesa está en juego, y de verdad está interesada en que Chad no trabaje en este lugar.

-Marshall puede ser quien tenga la palabra final, pero eres tu quien debe decirle que Chad no está hecho para el trabajo, Bradley. Si lo sigues posponiendo las cosas van a seguir empeorando.

El Juego Termina Contigo [ GAME OVER #1 ]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang