El Juego Termina Contigo [ GAME OVER #1 ]

15 - Bradley

En un primer momento, cuando decidí quedarme pegado contra una pared para asegurarme que no me encontraba en el camino de nadie, se me ocurrió pensar que quizás de haber analizado un poco más toda esta situación, probablemente habría dicho que no.

Pasar el día rodeado de niños, gritos y cámaras no es mi definición de cita ideal, si es que alguien puede llegar a considerar esto una cita.

Pero entonces me dedico realmente a observar lo que sucede y me resulta imposible volver a borrar una estúpida sonrisa de mi cara.

Ver a Amelia rodeada de toda esta gente, sonriendo, riendo, disfrutando lo que hace como si nadie pudiera ofrecerle nada mejor, es una experiencia que no pensé podía llegar a vivir.

La observo abrazar a los más chicos, bromear con los más grandes, sacarse fotos con absolutamente todos ellos sin que aparentemente le importe hacerlo una y otra y otra vez. Me maravillo cuando todos comienzan a hacerle preguntas sobre muchos de sus videos y ella, por turnos, se encarga de responder a todas.

También noto la mirada que le da a uno de los dueños del local y cuando éste asiente ella se encarga de dirigir la atención hacia los juegos en la sala. Pide un papel y una lapicera –que Parker no tarda en alcanzarle, como si ya tuvieran todo planeado-, y enseguida comienza a anotar los nombres de todos para armar una competencia que ni siquiera logro entender cómo funcionará.

Entre gritos y risas se deciden por cuál juego comenzar, y ella les asegura que habrá un premio especial para el que junte más puntos al final de la tarde.

Luego se ponen en movimiento, con las cámaras siguiéndolos para todos lados.

Si bien no es un lugar demasiado grande, pierdo de vista a Amelia cuando se van a una de las hileras de juegos que queda más alejada, así que aprovecho el momento en el que las cámaras no están cerca para ir hacia la cafetería, donde se encuentran los responsables de los más jóvenes. Me pido un café y me acomodo en una de las mesas vacías, sin saber muy bien qué hacer.

Unos segundos más tarde saco mi celular. Tengo un mensaje de mi mejor amigo, que llegó hace sólo unos minutos.

Daniel: Ya la besaste?

Suelto un suspiro y llego a la conclusión de que lo mejor es ignorarlo.

Estoy por volver a guardar el teléfono, pero antes de hacerlo decido revisar otra vez la aplicación que tanto ha intentado llamar mi atención en los últimos días. Sólo que en vez de ir a mi perfil –porque realmente no quiero saber en qué cantidad de seguidores me encuentro- voy al de Amy.

El sector de las historias se encuentra iluminado y al entrar veo que publicó una hace sólo unos minutos. Es una foto de ella en la que salen todos los ganadores de este concurso, cada uno de ellos con una sonrisa en su rostro.

Al salir me encuentro con que hay una nueva publicación, también en sus historias, pero esta vez no vuelvo a entrar. Estoy bastante seguro de que al terminar el día habrá toda una colección para ver.

En vez de eso, me quedo observando las publicaciones en su perfil. Bueno, en realidad no llego muy lejos, dado que la última publicación es en realidad un resumen de nuestro video. Dado que es resumen sé que no voy a encontrarme con nada nuevo, por lo que hago otra cosa que no creo sensata: me pongo a leer los comentarios.

Tampoco llego demasiado lejos con eso. Las palabras de sus seguidores se las arreglan para que mi rostro alcance un tono de rojo al que jamás había llegado –no necesito verlo para sentirlo-, por lo que no me demoro mucho en volver a salir de esa publicación.

Si hubiera una piedra lo suficientemente grande en mis alrededores, no tardaría en ir y meterme debajo de ella.

Si bien no soy lo que se dice extrovertido, tampoco soy una persona necesariamente tímida. Sin embargo, saber que todos los seguidores de Amelia fueron tan conscientes de la forma en la que yo me encontraba mirándola, aun cuando quizás en ese momento ni siquiera yo fui consciente de eso, hace que me sienta demasiado... expuesto.