4 - Melly

179 26 3
                                    

Pestañeo, un poco confundida ante el recién llegado, pero aun así mantengo la sonrisa en mi rostro. No es sólo que no pensé que nadie dentro de esta cocina pudiera llegar a haber visto mis videos, sino que me resulta todavía un poco raro que las personas sean capaces de reconocerme con esta ropa y sin anteojos.

Sobre todo, sin los anteojos.

-Esa soy yo –respondo finalmente, bajando la vista a la etiqueta en su pecho. Mantengo la sonrisa al volver al mirarlo a los ojos-. Hola, Chad.

El chico contiene el aire como si acabase de ver un fantasma y entonces noto que la mención de mi nombre despertó nuevos murmullos en la cocina. Ahora son más que antes las personas que tienen sus ojos sobre mí y parecen estar reconociéndome.

Es raro. A veces se me olvida que si bien quienes ven mis videos son en su mayoría menores de edad, también hay otras personas que deambulan en internet. Además, salvo unos pocos, ninguno de estos cocineros se ve lo suficientemente grande como para siquiera ser mi padre.

Chad, de hecho, parece tener mi edad o incluso un poco menos. También parece que le sigue costando recordar cómo respirar.

Podré tener varios millones de seguidores, pero no soy tan famosa.

-¿Todo bien, Chad?

El chico asiente rápidamente y tengo que contener mi necesidad de comenzar a reír.

-Respira, Newman.

Las palabras del sujeto a mi lado realmente funcionan como la orden que es, porque Chad rápidamente toma una profunda inspiración y pone sus pulmones en funcionamiento. También hacen que termine volviéndome a girar en su dirección con una sonrisa muy distinta a la que tenía un segundo antes.

El chef aún se encuentra observando a su compañero de trabajo, con sus ojos medio entrecerrados, y me pregunto si está a punto de gritarle o algo parecido. También me pregunto –no por primera vez en la noche- cuál será su nombre.

Cuando se presentó hoy temprano como el chef del lugar me resultó muy raro porque se ve demasiado joven como para estar dirigiendo una cocina. Sin embargo, ¿quién soy yo para juzgar eso? También sé que se presentó antes de que yo decidiera prestar atención a la conversación, por lo que sería un tanto inapropiado por mi padre preguntarle su nombre cuando claramente se supone que ya me lo dijo.

Además, ¿para qué querría su nombre?

En un intento de controlar mi sonrisa atrapo mi labio inferior con mis dientes y el movimiento parece llamar la atención del chef porque sus ojos no tardan en trasladarse a mi boca.

Y sí, esa es la razón por la que me encantaría saber su nombre.

Creo que estoy por preguntárselo cuando Chad parece recordar cómo funciona todo eso de hablar, logrando que vuelva a fijar mi atención en él.

-No puedo creer que estés aquí. ¿Qué es lo que haces aquí? ¿Quinn está contigo? ¿Dónde están tus anteojos? ¿Te molestaría si te pido un autógrafo? ¡No! ¿Puedo sacarme una foto contigo?

Demasiadas preguntas. Finalmente, suelto esa risa que estaba conteniendo y como no sé muy bien qué es lo que se supone debo responder, me conformo con asentir. Eso parece ser suficiente para él, porque sin esperar por nada más sale corriendo –literalmente- en dirección a alguna habitación que se encuentra hacia el otro extremo de la cocina.

Luego de eso el silencio prevalece, al igual que las miradas sobre mí, pero Chad no desaparece por mucho tiempo como para hacer algo al respecto. Enseguida se encuentra una vez más junto a mí, teléfono en mano, preguntándome si puedo ser yo quien saque la foto, a menos de que tenga algún problema sobre cuál es mi mejor perfil.

El Juego Termina Contigo [ GAME OVER #1 ]Where stories live. Discover now