26 - Bradley

119 15 0
                                    

La siguiente semana pasa sin muchos cambios, con la distinción de que Amelia y yo decidimos no mantenernos separados durante mucho tiempo. Me tomarme muy a pecho su palabra y termino pasando la noche en su casa varios días a la semana, siendo muy cuidadoso por la mañana para no despertarla.

No es muy sencillo que eso ocurra, de todas formas, ya que llegué a aprender que una vez que Amy cierra los ojos es muy poco probable que se despierte a menos que literalmente la sacudas o hagas un ruido demasiado fuerte.

Puede que tenga todo que ver con el hecho de que no duerme demasiado, aun cuando quiera aparentar lo contrario.

Hay días en los que las sombras bajo sus ojos son imposibles de ignorar, aun cuando se niegue a abandonar su sonrisa, entonces me las tengo que ingeniar para que no se termine distrayendo con cualquier cosa antes de llevarla a la cama. Está bien, igual nos terminamos distrayendo en la cama, pero ese es otro tema.

Otros días es Amelia quien decide pasar la noche en mi apartamento y me obliga a cocinar para ella. Claro que puede que "obligar" sea una palabra demasiado grande, dado que no tengo problema en hacerlo, sobre todo porque ella realmente parece disfrutar cada una de las cosas que preparo, siempre y cuando no intente hacerla comer pescado.

Incluso Daniel y Chad se sumaron a nosotros uno de esos días en mi apartamento. Mi mejor amigo no deja de encontrarla demasiado interesante, por lo que las preguntas fueron constantes durante toda esa tarde, mientras que mi compañero de trabajo tuvo muchos problemas para hilar siquiera dos palabras seguidas.

Ya sea en mi apartamento o en el suyo, dejarla sola en la cama por las mañanas ha sido una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida, y no estoy muy seguro de estar exagerando. Lo que me hace dar cuenta que verdaderamente nadie me había hecho sentir antes de esta manera.

Por ejemplo hoy, cuando sé que me queda poco tiempo para salir de la cama y que estaré todo el día metido en la cocina, y que no volveré a verla hasta mañana por la noche, porque ella tiene algo que hacer por la tarde, me resulta imposible dejar de observarla y de recorrer con mis dedos la mano que tiene encima de mi estómago, porque al parecer ya se le hizo costumbre dormir de esta forma.

Es raro, pero parece mayor cuando duerme. La he observado demasiado en los últimos días como para poder llegar a esa conclusión. Sé que en realidad es joven y tiene más de una vida por delante, pero cuando está así de tranquila, no teniendo que mostrar absolutamente nada al mundo, esos veintitrés años no parecen ser el número correcto.

Y eso sólo me hace dar cuenta que todavía no la conozco lo suficiente, pero también confirma que quiero conocerla mucho más.

Levanto su mano de mi cuerpo y la llevo hasta mi boca, dejando un suave beso en su palma y realmente me sorprendo cuando abre los ojos para observarme. Me quedo muy quieto durante unos segundos, porque existe una buena posibilidad de que siga dormida, pero entonces me sonríe y me relajo.

-Todavía estás aquí.

-Estaba por irme.

Frunce el ceño, cerrando los ojos, y se acurruca junto a mí, recuperando su mano y pasándola alrededor de mi cintura.

-No te vayas.

Suelto una risa, pero paso el brazo por encima de su hombro y la acerco un poco más a mi cuerpo.

-Tengo que trabajar.

-Yo creo que tienes que quedarte en la cama conmigo.

Vuelvo a reír, pero las risas se terminan al instante cuando siento sus labios sobre mi pecho, mi cuerpo reaccionando por completo ante su toque. Entonces también enreda su pierna entre las mías y casi que pierdo por completo el sentido del mundo.

El Juego Termina Contigo [ GAME OVER #1 ]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang