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—Mamá, escucha, escúchame —le decía Raúl a su madre, mediante una llamada telefónica— ¿De verdad no tienes ganas de un caldito de pollo? Porque yo sí.

Esta haciendo un calor que te cagas, ¿Y tu quieres caldo de pollo? Debes estar retrasado —respondio su madre, desde el otro lado de la línea telefónica.

Raúl no podía verla, pero estaba seguro que su pobre madre estaba a punto de golpear algo del solo coraje, y no la culpaba, él también estaría super molesto después de que un gilipollas lo llamara veinte veces solo para pedirle caldo de pollo.

—¿Entonces que vas a preparar? —se atrevió a preguntar. Tal vez no comerían caldo de pollo, pero podría ser algo que al menos se le pareciera.

Comida —fue la única respuesta por parte de la mujer, antes de terminar con la llamada.

Bien, parecía que no habría caldo de pollo para la comida, ¡pero al menos habría comida! Y la comida super se parece al caldo.

—¿A quien llamabas? —le preguntó Borja, con una vocecita curiosa, pues su amigo lo había ignorando por completo a él y a todas las actividades del club.

—Mi mamá —dijo el contrario, guardando su móvil en el bolsillo de su chaqueta.

—Por un momento creí escucharte pedir caldo de pollo —soltó el más alto, algo risueño. De verdad empezaba a creer que su mente le jugaba malas pasadas.

Raúl agachó la mirada a su cuaderno, fingiendo que escribía algo, y hasta ahí todo bien; hasta que el líder del club lo llamo.

—¡Que bueno que alguien esté tan atento en la elaboración de su pequeño guión! —exclamo Samuel, con gran entusiasmo, viendo fijamente a Auron.

—Venga compañero, lee lo que llevas escrito —lo ánimo Alejandro. Le emocionaba que los nuevos de verdad se mostrarán interesados con las actividades.

Raúl levanto la mirada, con los ojos bien abiertos. Realmente rogaba porque no lo pusieran a rapear otra vez.

—No llevo mucho —dijo, mientras de nueva cuenta; todas las miradas estaban sobre él.

—Así sean tres renglones, queremos ver lo que a nuestro compañero le salió del corazón —respondió Samuel, haciéndole una seña para que pasará al frente. Raúl trago en seco.

¡¿Pero que se suponía que debía hacer?! Ni siquiera llevaba escritos tres renglones, es más ¡Ni siquiera se había enterado cuando fue que empezaron todos a escribir!

—¡Señor líder del grupo! —alzó la mano uno de los integrantes; Manuel— Yo tengo un poco de mi personaje, pero está un poco loco, ¿Si puedo hacer que mi personaje sea un psicópata?

—Claro que puedes Lolito, solo debes tomar en cuenta cuál fue el camino que recorrió el personaje para llegar a ese estado mental —respondio Vegetta, dejando a un lado la cara de Raúl llena de nervios—. No se puede solo hacer características físicas de un personaje, darle un nombre y decir que es un psicópata. Todo debe tener un porque si se quiere crear a un personaje. Después debes ver al mundo que lo rodea y la forma en la que esté mismo influye en tu personaje, pero eso será más adelante.

—Mucho texto —dijo Lolito entre dientes, preguntándose cómo se si suponía que haría todo eso, antes de dirigir nuevamente la vista a su cuaderno para seguir con el diseño de su personaje.

Raúl se sintió aliviado, al menos ese día no tendría que pasar otro ridículo. Dirigió su vista a los cuadernos de sus compañeros, ¡No para copiar! Era para inspirarse.

Grande fue la sorpresa que se llevó cuando vió que nadie tenía lo mismo, mientras unos tenían dibujos super detallados, otro tenían unos muy sencillos, de la misma forma algunos tenían páginas llenas de texto. ¿De verdad todos estaban en la misma actividad?

Él hizo lo mismo. Tomó su lápiz y un color naranja, él en lugar de  escribir algo, empezaría a diseñar un personaje, pero no sería cualquier personaje. Bueno, en parte su decisión de dibujar fue porque sus brazos y manos le dolían, así que no podría escribir ni media página.

Pensó un poco en el diseño de lo que sería su pequeña creación, y esté sería un hombre que fue maldito, tendría que pasar el resto de su vida como una horrible creatura de lava solitaria. La idea sonaba muy bien en su cabeza.



(...)


Raúl lo había logrado. Había salido con vida de ese tortuoso lugar llamado Instituto, ahora tenía que sobrevivir a otra tortura; esperar a su madre y a un raro al lado de Jordi el guay.

—¿No te vas a probar tu capucha? —le preguntó Jordi, algo burlón, viendo la gran prenda que Raúl tenía entre sus manos— Parece de las que usan los videntes.

—Sí continuas por ese camino; un gran puñetazo te caerá en todo el pecho —dijo Raúl, haciendo lo que para él sonaba como tono de vidente.

—Oye, ¿esperas a alguien? —cuestiono el más alto, después de notar como su amigo miraba más la entrada al instituto que la calle.

—Invite a un colega a casa —contestó simple, mientras rogaba porque Rubén saliera y le dijera que no podría acompañarlo a comer.

—Al chaval noruego —solto Jordi, haciendo ese típico tono de niña pequeña cuando ve a su amiguita al lado del niño que le gusta.

—¿Porque coño haces esa voz? —preguntó Raúl, viendo de mala forma a su amigo.

—No sé de qué hablas, es mi voz normal —respondio Jordi, mirando a los alumnos que iban saliendo. Quería estar ahí cuando su amigo y el chico que come poca fibra se fueran agarrados de la mano.

Ambos tuvieron que esperar muy poco tiempo, pues Rubén salio del instituto con paso apresurado y con la vista bien fija en su móvil.

Raúl rogaba con todas sus fuerzas para que esté se cayera al piso, se fracturara la nariz, fuera llevado al hospital y no tuviera que llevarlo a su casa.

—Ay, mira, seguro y juega Minecraft —solto Jordi, mirando de forma sugerente al más bajo, ganándose un manotazo por parte de esté—. ¿El amor te está poniendo violento?

En cuanto Rubén levanto la mirada y vio a Raúl; guardo su móvil y se quitó los auriculares, todo mientras lo miraba con una pequeña sonrisa pintada en el rostro. Raúl ya podía imaginarse todos los comentarios que tendría que soportar por parte de sus amigos después de eso.

Ahora tendría que rogar porque Jordi no volviera a decir una estupidez de la misma magnitud que hace unos días.
























Al chile si se me antojo un caldito de pollo con unas tortillitas hechas a mano (◡ ω ◡)

*Aclaraciónes*

-Raúl llamo a su mamá quince veces y le mando cincuenta mensajes para tratarla de convencer de que hiciera caldo de pollo :^

-La capucha de Raúl es color roja uwu

-Mientras Rubén caminaba casi se tropieza y hace realidad la fantasía de Raúl uou

Weno, recuerden que está Moru greñuda les quiere un chingo y que tiene un canal en YouTube donde sube pura pendejada, si les interesa pueden encontrarla como Mamoru Kibosahua xd

"The drama club" 🌼 rubiusplayWhere stories live. Discover now