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Después de que Elisa me hubiese dejado con la polla empalmada la otra noche estaba planeando mi plan de venganza, yo no iba a soportar que ella siguiera de ese modo conmigo

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Después de que Elisa me hubiese dejado con la polla empalmada la otra noche estaba planeando mi plan de venganza, yo no iba a soportar que ella siguiera de ese modo conmigo.

Me portaba lindo con ella y ella me rechazaba, me portaba mal con ella y se quejaba, me portaba indiferente me lo hacía notar con molestia... Pero esto era el colmo.

Me había tenido que matar a pajas recordando el sentimiento de su culo bajo mi mano y de sus pechos contra mi pecho. Además de que puse su cara en los recuerdos de mis viejas experiencias sexuales.

Ayer ninguno de los dos nos vimos la cara afortunadamente, ella no salió de su habitación más que como tres veces pero afortunadamente yo estaba en mi habitación cuando eso pasó.

Ahora era distinto, iba saliendo de mi habitación y ahí estaba ella con ese lindo culo que tenía recargada en la barra de la cocina comiendo galletas. Suspiré y me acerqué a ella un poco sentándome a su lado y tomando una galleta también.

— ¿A qué hora llega tu amiga Sibel? —pregunté, ella miró el reloj de su celular permitiéndome ver una foto de unas manos como fondo de pantalla... Que extraña chica, debería tener una foto mía.
— En 20 minutos —dijo sin ningún tipo de expresión en el rostro.
— ¿Y vas a grabar así? —pregunté mirando que llevaba un short demasiado  corto que dejaba fuera medio cachete. Aunque con la camisa floja que usaba ella para dormir.
— Sí, ella también estará en pijama —alzó los hombros— no me gusta fingir que me arreglo guapa todos los días por eso salgo natural en mis videos, si un día me pintó maquillarme y ese día grababa vídeo pues saldré así, y si no me maquillo ese día pues ni modo. —respondió con indiferencia y suspiró.
— Genial, me gusta —sonreí un poco, ella me miró extraño.

Claro, seguro que se estaba preguntando porque actuaba tan extraño si se supone que no nos hablábamos porque me dejó caliente. Pero yo tenía un plan.

— ¿Qué cocinarán? —pregunté, ella me miró emocionada y sonrió. Vaya cambio de humor, era una bipolar sin duda.
— Tacos —se sentó en la silla frente a mi y se metió un trozo de galleta a la boca.
— uff, suena delicioso —dije sonriente, en verdad me gustaba la comida mexicana... Bueno, me gustaban también las mexicanas como ella.
— Son deliciosos, y bueno, las dos somos de México creímos que podría ser un buen primer video juntas —alzó los hombros.
— Sin duda lo será, y espero poder probarlos —tomé su mano por encima de la barra haciendo que Elisa se quedará viendo el gesto por unos minutos sin responder.
— Eh... Sí, planeamos hacer muchos para poder comer eso —soltó y sacudió la cabeza. El timbre de la casa sonó así que Elisa se puso de pie pero la jalé haciendo que ella quedara entre mis piernas de frente a mi.

Con una de mis manos la pegué a mi por la cadera y con la otra le tomé la cara para que no se moviera.

— que comience el show de novios —susurré cerca de su boca robándole un poco el aliento.

La solté de golpe, ella tomó aire y corrió a abrir la puerta.

— Sib, linda, pasa —dijo con su notoriamente agitada voz. Amaba ver qué causaba ese tipo de reacciones en ella con solo tomarla bruscamente por las caderas.

Aparecieron en mi vista las dos chicas, Sibel tenía el cabello obscuro y muy largo amarrado en una coleta. No era mi tipo, se veía demasiado domadora como para mí.

A mí me gustaban las caras inocentes y tiernas como la de Elisa... Es que en realidad ella era por completo mi tipo y conforme la iba conociendo iba siéndolo más, me gustaban las niñas que no tenías que hacer mucho trabajo para calentarlas, las niñas difíciles además.

Y ella era el prototipo perfecto.

— Sib, él es mi novio Ginés —dijo Elisa acercándose a mi y pasando una de sus manos por mis hombros mientras se posaba entre mis piernas frente a Sibel.

Con una de mis manos le apreté el trasero haciendo que la castaña diera un saltito pero siguió pretendiendo que nada pasaba para que Sibel ni se inmutara.

— un gusto, soy Sibel —dijo la chica sonriente, que despistada sin duda.
— ¿Ya te ibas no? —preguntó Elisa quitando mi mano discretamente, negué.
— Na, decidí que mejor me quedaré aquí para ayudarles a grabar y a pasarles las cosas y eso —alcé los hombros con una sonrisa. Elisa sonrió falsamente.
— excelente, que lindo mi amor —soltó con un tono muy falso, me aguanté la risa y la volví a pegar a mi mientras que me acercaba a ella para besarla.

— bueno no coman fan frente a los pobres, gracias —dijo Sibel interrumpiendo nuestro primer beso, Elisa se alejó por completo de mi y fue hasta la nevera abriéndola y agachándose para sacar algunas cosas de la ella. Pasé saliva y me levanté de la silla caminando lejos de las dos fingiendo mirar algo en mi teléfono.

Hija de puta, no puede ser posible que hasta en mi propio juego de fingir ser novios y calentar al otro fuera mejor que yo.

— Bien, manos a la obra —dijo retomando su postura y Sibel caminó hasta el otro lado de la barra— Ginés camarógrafo estrella, ven a cuadrar la toma y a presionar en grabar, cariño —sonrió, asentí con una pequeña risa irónica y me acerqué a hacer todo lo que ella había dicho.

Al final iba a resultar ser mejor que yo en todo lo que la retara, Dios como la odiaba pero al mismo tiempo me caía bien. Hacía más divertidos los días aquí.

Las dos empezaron a hablar a la cámara con una fluidez impecable digna de dos youtubers. Yo solo las miraba o bueno... La miraba a ella.

Se me estaba haciendo costumbre eso de quedarme viéndola como un imbécil, pero era su culpa porque tenía una sonrisa preciosa y unos ojos hermosos.

Contrato - Walls (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Where stories live. Discover now