29

417 64 70
                                    

Mis ojos se abrieron de a poco, me dolía la cabeza, me sentía cansada y estaba cegada por la luz del sol

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mis ojos se abrieron de a poco, me dolía la cabeza, me sentía cansada y estaba cegada por la luz del sol.

Me tallé los ojos un poco y pude observar mi al rededor, a penas hice esto mis ojos se abrieron a tope y me senté de golpe.

No estaba en mi casa, tampoco estaba en casa de Sibel... Esto parecía un hotel.

Me miré la camisa y la reconocí de inmediato haciendo que casi me desmayara.

— oh my god, oh my god, oh my god —dije cubriéndome nos ojos tratando de recordar que pasó a noche, joder, no podía ser— no no no no no no, dios, Ginés va a odiarme no puede ser —susurré con frustración.

La puerta se abrió y por ella entró Valentín.

— Hey... —sonrió, yo no me aparté las manos de mi cara— oye... Tranquila
— ¿¡Tranquila?! —cuestioné con confusión— ¿Quieres que esté tranquila después de que le puse los cuernos a mi novio? por dios no puedo creerlo —sentí ganas de llorar pero aquí no era ni el lugar ni el tiempo para hacerlo.
— Elisa entre nosotros no pasó nada, tranquila, no hubo cuernos acá —finalmente lo miré confundida.
— ¿Y entonces como llegué acá y porque llevo tu camisa puesta? —pregunté, él rió y se sentó a los pies de la cama.
— Ayer te pusiste un poco muy ebria, Sibel se fue con Mauro a su apartamento así que cuando quisiste irte en Uber te dije que yo te llevaría pero tú dijiste que por ninguna circunstancia yo podía llevarte porque entonces tú guapo, e hiciste énfasis en esto, sexy y fuerte novio iba a verme e iban a tener problemas así que te propuse venir aquí y dejarte me habitación mientras yo tomaba la de Mauro —alzó los hombros, esto me había relajado mucho, seguía sintiendome culpable de estar acá con él y no en casa con mi novio pero podía sentirme tranquila de que no le puse los cuernos— y supongo que llevas mi ropa puesta porque te quisiste quitar el vestido para dormir agusto y usaste mi camisa que usé para dormir la otra noche —rió.
— Bueno, eso me hace sentir mejor, estaba demasiado asustada de que hubiese pasado algo entre nosotros —lo miré con una mueca, él hizo lo mismo.
— ¿Tan malo habría sido? —preguntó, asentí.
— había sido horrible, Valen, porque yo amo a Ginés... No me perdonaría jamás por hacerle algo cómo meterme con otro mientras estoy con él. —suspiré— sé que entre nosotros hubo mucha historia, pero la historia ha cambiado ahora...
— lo sé, simplemente no estábamos destinados, supongo —alzó los hombros y tomó aire— aunque he de convencerte que en algún punto pensé que esto entre nosotros iba a evolucionar digo... Nos prometimos muchas cosas —sonreí con nostalgia— ¿Puedo preguntar qué cambio? ¿Fui yo? —negué.
— No Valen, no has sido tú —bufé— cuando te fuiste a Argentina dejándome en México pasé muy malos ratos, cuenstionándome si había tomado la decisión correcta al escoger quedarme a continuar mi carrera en lugar de irme contigo y ya —tomé su mano— estaba dolida y cometí el estúpido acto de firmar un contrato de relación con Ginés para levantar nuestras carreras... —su cara era de sorpresa total— pero terminamos enamorándonos en serio...
— ¿Cuánto tiempo tienes que estar con él? —preguntó
— un año
— ¿Cuánto tiempo llevas con él? —volvió a cuestionar, yo conté mentalmente
— 11 meses casi —me rasqué la nuca con una sonrisa.
— ¿así que después de eso eres libre?
— sí y no —respondí obteniendo una mirada de confusión— sí porque ya no habrá contrato que me obligue a estar con él y no porque yo me enamoré de él y quiero seguir con él —suspiró.
— lo entiendo —alzó los hombros, debía irme a casa.
— sí, bueno, debo irme a casa —dije poniéndome de pie buscando mi vestido en el suelo, me quité su camisa y me puse el vestido luego los zapatos y me levanté.

Cogí mi bolso del mueble y me encaminé a mi misma a la salida, aunque su voz me detuvo en la puerta.

— Elisa, espera —habló, me detuve y me giré a verlo— si en un mes, cuando ya haya terminado tu contrato, sientes que no eres feliz... —sonrió— Mi casa siempre tendrá las puertas abiertas para volver a ser una pareja perfecta y cumplir todas esas promesas que nos hicimos en su momento —sonreí... Asentí y salí de plano cerrando la puerta entre nosotros.

Irónicamente, también estaba cerrando la puerta a la que pudimos ser Valentín y yo, algo que ya estaba desvanecido para mí.



Abrí la puerta del apartamento topándome de inmediato con un Ginés sentado en el sofá con los ojos rojos e hinchados. Había estado llorando.

— ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? —pregunté de prisa acercándome a él recibiendo una mirada fría de su parte.
— ¿Por qué me escondiste que irías a la fiesta con el argentino que comenta tus fotos? —soltó dejándome helada, ¿Cómo sabía eso él?
— no sabía que él estaría ahí —respondí con la verdad
— Elisa, no me mientas por favor, solo dímelo porque aunque he sido un pendejo no me merezco esto... Creí que nos queríamos —fruncí el ceño
— sí te quiero, y me ofende mucho que pienses que podría hacerte lo mismo que tú me hiciste a mi —hablé seria— no te he engañado Ginés, yo soy distinta a ti ya te lo dije —solté haciendo que él abriera sus ojos.
— no eres distinta, eres igual, y al menos yo tenía motivos para hacerlo, además en ese punto no te quería ni tú a mí así que no era tan malo... —habló fuerte, mi cabeza solo se quedó con el "tenía motivos"
— ¿Y cuáles eran esos motivos, Ginés? Porque yo no recuerdo haberte hecho nada malo, al contrario, yo traté de que esto no fuese una mierda y tú te esforzaste por hacerlo un infierno —hablé de la misma forma que él y en forma recriminatoria.

Él suspiró y se puso de pie caminando al rededor de la mesa...

Quería escuchar esos motivos y quería escucharlos ya.

Contrato - Walls (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Where stories live. Discover now