Capítulo 4:

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Podía escuchar los jadeos, sentir su corazón bombear, apretar los omoplatos de su amante, sentir entrar y salir de forma rápida y cruda en su culo, podía sentir perfectamente el estiramiento en su ano, los escalofríos de placer, se podía escuchar gimiendo, pidiendo más, el sudor recorrer su piel, el erizar de su piel, tuvo que aferrase a algo, lo que fuera, necesitaba un ancla para lo que venía, terminando aprehendiéndose a la espalda del hombre, sus talones tocaron las nalgas, guiando el ultimo empuje con fuerza que lo mando al orgasmo, termino con un grito llamándolo.

— ¡Giyuu! — su cuerpo convulsiono en olas y olas de placer, su vista se nublo y su garganta se secó.

Cayo rendido y saboreo el orgasmo de su amante, el sutil pero fuerte gruñido de satisfacción que salió de lo profundo de la garganta de Giyuu.

Lo sintió derrumbarse, satisfecho, saciado, completamente colmado, besando su hombro sudoroso, mirándolo con ojos aun empañados.

Sus facciones llenas de satisfacción, rápidamente se transformaron a unas llenas de culpa.

— Creo... Que deberíamos dejar de hacer esto — murmuro Giyuu trazando la marca en su frente con uno de sus dedos, retirando los cabellos empapados en sudor.

— No creo que lo logremos, ya lo hemos intentado, terminamos en los brazos del otro una semana después — Tanjiro se elevó sobre su codo sobre el futón, trazando la clavícula de su amante con esmero.

— No creo que sea bueno para ninguno de los dos, ni para ella — lo sabían, sabían perfectamente que esa petición egoísta los llevaría a algo así, se volvieron adictos el uno al otro, desde el momento en el que se probaron fue su fin.

— No quiero hablar de ella, quiero estar contigo el tiempo que nos queda, por favor —la petición calo muy dentro de Giyuu, era lo que quería el también, pero engañarla de esa forma tan vil, no, no podía seguir con esto.

Tanjiro noto que lo estaba perdiendo, siempre era lo mismo, después de hacer el amor, Giyuu la recordaba, en primer lugar, jamás debió casarse con ella, solo estaba con ella por obligación, no por amor como lo estaba con Giyuu,

Cada vez que estaba con ella, que tenía que tocarla, tenía que morderse la lengua para no terminar gritando el nombre del hombre al que en realidad amaba.

Tanjiro lo obligaría las veces que fueran necesarias a regresar con él, a sus brazos, lo obligo a mirarlo con un insistente dedo en el mentón y lo beso, lo beso con tanta pasión y entrega que no cabía duda en él, que lo amaba.

Giyuu tardo una fracción de segundo en responder, se resistía, pero terminaba doblegándose, entregándose completamente a su amado.

Tanjiro se había vuelto egoísta, era su momento de pensar solo en él y no en todo el mundo.

Sumihiko abrió los ojos jadeando, con el corazón golpeando contra su pecho, se sintió tan real, tan vivido y también era real la dura erección que se erguía orgullosa sobresaliendo de sus pantalones de pijama, y no era lo más vergonzoso, lo vergonzoso era que se frotaba descaradamente en el estómago del niño, sintiendo el celo crecer en su vientre.

Se estiro en la penumbra de la noche tanteando sobre el velador, no quería despertar a Giichi y sabía que, si movía, el niño lo sentiría y despertaría.

Tomo un par de supresores y tomo del agua que su madre había dejado para este tipo de situaciones, los trago con algo de dificultad, cada vez más se le hacía más difícil tomar los inhibidores, su cuerpo comenzaba a rechazarlos por medio del vomito.

Gracias a Dios logro controlar las náuseas, con unas cuantas respiraciones, trato de volver a dormir, abrazándose de nuevo a su pequeño alfa.

— Sumihiko, Sumihiko — repetía Kanata una y otra vez tratando de que su hermano reaccionara, pero era inútil el omega parecía muerto en vida.

Como Algún día  ⌠GiTan⌡Where stories live. Discover now