Como Algún día ⌠GiTan⌡

Capítulo 11:

Nota Irenne: jajajaj les tengo que decir antes de que lo lean XD Sumihiko es muy propenso a ataque sexuales, es muy hermoso para su propio bien, ademas de que Giichi es muy sobre protector y se encienden sus interruptores a la mínima provocación hacia su omega, es rabioso y descomunal cuando siente que Sumihiko esta en peligro inminente y aunque no lo este si siente la mínima amenaza reacciona al ataque, le gusta mantenerlo a salvo.

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Sumihiko parpadeo y le sonrió al despertar, no cabía duda había soñado, ese aire de melancolía no decía otra cosa el sabia mejor que nadie que había engañado y lastimado a una persona profundamente, pero fue por amor, nadie los culpaba por eso, solo que no podían quitarse de encima el sentimiento de culpa.

Lo abrazo fuerte contra su pecho y beso el costado de la cabeza del omega.

Lo primero que quería ver Sumihiko al terminar un largo turno en el hospital, era ver a su alfa, necesitaba sus mimos y arrumacos, necesitaba que lo consintiera como lo tenía acostumbrado, era un omega malcriado y osito Tedy de su alfa, era su responsabilidad por haberlo costumbrado así.

¿Y que se encuentra? Una precaria nota escrita pegada en el refrigerador, quería llorar ¡Necesitaba el amor de su alfa!

"Regreso pronto, tengo que comprar los ingredientes de la cena, te traeré un poco de ese helado de menta que tanto te gusta"

Lo único bueno que salió de todo eso de dejarlo solo, era el helado de menta que lo tenía racionado para comer ¡Lo amaba! ¿Quién osaría negarle su gusto? ¡Salvaba vidas por el amor de Dios! Si, su alfa y todo porque fue lo único que encontró en el refrigerador al llegar a su departamento, Giichi y su discurso de media hora que necesitaba comer sano, era sano, era de menta ¿no?

Suspirando dejo la nota sobre la mesa de la cocina y fue a tomar una ducha rápida y cambiarse por algo cómodo.

Su concepto de cómodo era unos pantalones de chándal y una sudadera con capucha sin cierre de Giichi y tenía que ser específicamente de su alfa, no tenía que ser ninguna de las suyas, tenía que quedarle grande, nadar en ellas y tener que arremangar los puños, por lo largo que le quedaban las mangas, eso no era lo único por lo que las prefería, tenían el aroma único e impregnado de Giichi y amaba oler a su alfa, aun mas, más fuerte, más penetrante, le gustaba que lo marcara e identificaran como pertenencia de Giichi.

Terminaba de ponerse la sudadera cuando el interlocutor sonó pidiendo el acceso, se le hizo raro, Giichi tenía llaves ¿Para que necesitaba que le abriera? se encogió de hombros y presiono el botón sin cerciorarse primero, tal vez olvido las llaves, por eso pedía entrar, podrían ser muchas cosas por las que no entro fácilmente.

Sumukiko se apresuró a recibir a su alfa, embistiéndolo con un abraza en el momento en el que abrió la puerta, pero algo estaba mal, no se sentía como Giichi, ni un poco, se sentía mal, sucio y algo cayo en su estómago al sentir nauseas, además de que el aroma a alcohol picaba su nariz.

— Sumihiko, quería hablar contigo — las palabras atropelladas a penas y le entendió.

— Tojyuro — murmuro el omega, tratando de separarse del alfa de la manera más suave que podía sin llegar a dañar el ego del alfa, estaba ebrio y ebrio quien sabe de qué era capaz.

— Sumihiko no te alejes, se siente bien — apretó el agarre en su cintura, arrinconando sus cuerpos, mientras el alfa rubio hundió su rostro en su cuello.

— Ahora hueles a el — murmuro Tojyuro con los dientes apretados y un deje de ira en su tono de voz.

— Si, ahora es mi alfa, es natural que huela a el — dijo con suavidad el omega, tratando de no sonar tan duro.