Veinticinco

61 18 12
                                    

El doctor, entonces, nos dio un par de indicaciones más, de algunas cosas que haríamos a continuación

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El doctor, entonces, nos dio un par de indicaciones más, de algunas cosas que haríamos a continuación.

—Es conveniente que tengamos en observación unos días a Cecilia, debido a su adelanto —nos informó, luego de acercarse hacia nosotros.

—Sí, doctor. —Nuestras voces se unieron al mismo tiempo, como si hubiéramos sido una par de máquinas que estuvieran sincronizadas de forma total y perfecta, la una con la otra, de una forma similar a la que lo habían hecho sus alumnos hacía unos instantes. Por poco no me pongo a reír a carcajadas, pues me dio la impresión como si hubiéramos sido un par de soldados que se encontraban frente a un capitán o algo por el estilo. Aunque, claro está, que aquí si no decías doctor, no tendrías que hacer quinientas flexiones de brazos porque a un hijo de perra no le gustaba como uno se le dirigía o por la forma en que lo miraban; me había causado bastante gracia la voz con la que lo habíamos hecho pero, por suerte, pude controlarme, de lo contrario él hubiera creído que estaba loco. Ahora que lo pienso, creo que Karen hubiera sentido lo mismo que yo, me resultaba probable que también había luchado contra aquella risa tentada.

—Me llamo Jeremías, pueden llamarme así, no hace falta tanta formalidad —nos dijo, casi como si nos hubiéramos regañado. Al final que no resultó tan loco lo que había imaginado antes.

A mí me vinieron, al instante de haber oído su nombre, dos pensamientos. Por un lado, "Juan". Si nuestra hija hubiera sido varón, ese nombre era el que le habíamos elegido; por el otro, un superior de un ejército nunca diría que lo llamen por su nombre, a no ser que se conozcan desde toda la vida, supongo.

—Está bien, Jeremías. —Volvimos a demostrar, de aquella manera, una especial y cómica sincronización y tuve que volver a esforzarme para lograr contener la carcajada.

Él nos sonrió y me di cuenta de que también se percató de "nuestra sincronía". Pudo percibirla, sin duda alguna; nosotros le devolvimos ese gesto tan amable y también le sonreímos.

—Cecilia, sos muy linda y tienes unos padres ejemplares —dijo, acercándose a mi mujer, quien tenía a Ceci en sus brazos y siguió hablando—, pero te vas a tener que quedar acá unos días más, solo espero que no te aburras.

Ambos morimos de ternura al admirar cómo ella rio por primera vez en su vida; me hubiera encantado haber podido tomar una foto de aquel bonito instante. Sin embargo, es algo que jamás podría olvidar y eso es lo que cuenta. Ver a Ceci riendo en brazos de su madre y a ella misma lagrimeando por la emoción, era algo que no tenía nombre, algo que ni el tipo más adinerado del mundo podría ser capaz de comprar jamás.

Sonriéndonos de nuevo, se retiró. Su trabajo había concluido al fin y —por fortuna— había sido uno exitoso. Me di cuenta de que no solo a nosotros nos daba tanta alegría que nuestra hija naciera y estuviera bien, se notaba que a él también, que estaba contento y que le encantaba a aquello a lo que se dedicaba con tanta pasión. En eso se parecía a nosotros, a mis amigos y a algunos ex compañeros de la universidad; en especial, se le parecía a Richie y no solo en actitud. En ese momento, me había dado cuenta de que en apariencia eran demasiado parecidos y no solo algunos gestos, como me había parecido en un principio; en lo único que si había notado una gran diferencia había sido en sus edades ya que él parecía rondar los cincuenta años, cuando Richie debía —en esa época— debía rondar los veintinueve. Quedé maravillado al darme cuenta de que aún quedaba gente muy agradable en este mundo y eso me dio esperanza. El mundo, sin duda, siempre puede ser un lugar mejor para vivir.

Loki (Wattys 2020 Horror)Where stories live. Discover now