𝘿𝙧. 𝙎𝙩𝙤𝙣𝙚 | 𝙊𝙉𝙀 -𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎

𝟐𝟒. 𝐓𝐬𝐮𝐤𝐚𝐬𝐚 𝐱 𝐋𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫𝐚 [𝟐/𝟐]

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La elección de la chica había sido una total sorpresa. Él le había mostrado su futuro ideal y _______ había estado de acuerdo.

Al principio fue difícil. Eran solo ellos dos y hablar con ella no era tan fácil. Respondía con monosílabos o simplemente hacía lo que él decía, sin dar su opinión. Al pelilargo le molestaba, había estado a la sombra de su mejor amigo, lo que le había impedido brillar y mostrar sus habilidades. Quería escucharla y saber lo que pensaba.

Fue pasado un tiempo que la confianza entre ellos se consolidó.

Gracias al conocimiento de _______ el imperio prosperó con rapidez. Cada vez eran más, Tsukasa era amado por todos. Sin embargo, ella se mantenía más al margen, aunque si hablaba con algunos habitantes. Gen y ella eran muy diferentes, aunque el bicolor se adaptó bastante bien a su personalidad, al igual que el arquero.

No solo creció el imperio, también crecieron muchos sentimientos.

Después de conocerla y pasar mucho tiempo con ella Tsukasa descubrió muchas cosas. Era una chica muy curiosa, se interesaba por todo lo que ocurría a su alrededor. También recordaba cosas que para otras personas serían insignificantes. Y, algo que salvó a la gente del reino en numerosas ocasiones, sabía mucho de plantas curativas. 

Ella fue su pilar, quien lo mantuvo en pie, aunque al principio fuera de pocas palabras siempre estuvo para escuchar. Y, cuando pensaba en lo que ella había abandonado para ir con él su corazón se encogía.

Por otro lado, la joven algunas noches se las pasaba en vela pensando en lo que había hecho; recordando las caras de sus amigos tras su elección. Esa sensación se incrementó cuando los veía. No había vuelto a intercambiar palabras, ¿cómo iba hacerlo después de lo que había hecho?

Estar con Tsukasa le hacía olvidar esos dañinos pensamientos, sin embargo, cuando se separaban, volvían.

Él era su hogar, donde se sentía a gusto. Lo amaba de verdad. La comprendía, la apoyaba, siempre hacía que se sintiera cómoda. 

El cielo fue iluminado por el sol, despertándola. Su plan para ese día era ir a buscar materiales medicinales. Se preparó un saco y comenzó su camino. Disfrutaba mucho estar en contacto con la naturaleza.

Localizó una seta y se arrodilló para excavar.

—______—dejó lo que estaba haciendo para mirar al alto.

—¿Necesitas algo?

—Solo quería saber si estás bien —se arrodilló junto a ella y posó su mano encima de la suya, intentando reconfortarla.

—Sí, son tonterías mías. No tienes que preocuparte de nada.

—No son tonterías. Te veo decaída desde hace tiempo, no puedo verte así. Sabes que puedes confiar en mí.

La joven pensó detenidamente en qué hacer. Si confesaba sus preocupaciones y sus tormentos Tsukasa podía sentirse ofendido.

Dirigió la mirada a la mano del alto, y posteriormente a sus profundos y penetrantes ojos que la observaban esperando una respuesta. Tragó saliva y suspiró pesadamente; se había rendido.

—Y-yo...Me siento mal...—el pelilargo, preocupado, prestó atención a sus palabras—. Siento remordimientos por lo que les hice.

Al instante fue acogida en sus brazos. La abrazó con fuerza mientras acariciaba su espalda con suavidad. No pudo evitarlo, lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Se aferró al chico con fuerza.