One last time || Ikki x Seiya

c a s s e t t e # 1 1

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La lluvia inundó la mañana; ya llevaban horas desde que llegaron a aquel lugar el cual llenaba sus corazones de nostalgia y tristeza.

También el echo de reencontrarse con un viejo "amigo".

— ¿Por qué vinieron a esta zona? Es de las peores si no sabes cómo moverte. - Isaac interrogó mientras leía un libro, Seiya esperaba su platillo entusiasmado de por fin comer algo, lo miro tranquilo para después responder.

— vamos rumbo al hospital, necesitamos unos medicamentos - el de cabellos verdes lo miro seriamente; cambiando de página lentamente.
Sorrento apareció con una bandeja la cual tenía los platillos de sus invitados.

Ambos morenos miraron atentamente deseosos de comer.

— Buen provecho. - el joven palido sonrió para alejarse de ahí rumbo a la cocina.

Antes de darle un bocado miraron de que se trataba.

Carne.

Tiene años que no comían carne, a estos grados toda la de la ciudad debería estar podrida y descompuesta.

— ¿Hay algún problema? - Isaac cerró su libro para recuperar su compostura en la silla sin mover su mirada. — ¿No van a comer? - esbozo.

— ¿Cómo consiguieron carne fresca? - Ikki fue el pero en preguntar pero una suave risilla de Sorrento le hizo tener un escalofrío.

— tenemos nuestros métodos, pero no es necesario saberlos; disfruten su comida - se retiró el delantal y tomo asiento a su lado cambiando su expresión a una más seria pero gentil.

Estaban rodeados; tampoco podían darse el lujo de desconfiar pues Isaac ya había confirmado su seguridad.
Pero sentían como si la pequeña "Sirena" del "Kraken" fuera una señal de alerta.

Seiya fingió una tos llamando la atención de todos. Trago saliva de forma forzada.

— ¿Mañana podrían llevarnos al hospital? Claro si nos es una molestia para ustedes. Tenemos que regresar a casa con eso urgentemente - finalizó por fin comiendo su alimento; el cual sabía demasiado bien.
Ambos amantes intercambiaron miradas comunicándose con el silencio poniendo tensos a los invitados; ambos sonrieron cómplices.

— ¿Saben nadar? - interrogó de forma burlona uno de los mayores confirmando su apoyo.

[ L o a d i n g . . .]

La noche llegó sin mucha diferencia; se preparaban para dormir con la sinfonia de rayos que alumbraban el cielo.

Todo mundo se encontraba durmiendo; a excepción de Seiya quien miraba hacia un pequeña ranura que la cortina no cubría de la ventana. Suspiro, por más que quería dormir no podía, tenía la preocupación sobre su familia. ¿Shaina estará bien? ¿Podrán esperar a que ellos vuelvan? Volteo a ver a sus espaldas para corroborar que Ikki se encontraba durmiendo.

Volvió a su posición original par intentar sucumbir al sueño. Cerró sus ojos y relajo su cuerpo.

La puerta rechino un poco avisando que alguien había entrado, unos pasos descalzos se acercaron a la cama donde Seiya se encontraba. El castaño se tenso fingiendo dormir, entre abrió sus ojos y intento ver de quién se trataba pero para su desgracia la persona estaba a sus espaldas.

Sintió algo frío rozar en su cuello, decendia lentamente; de reojo por fin pudo ver las manos de su atacante, el cual sostenía un cuchillo de cocina amenazando por arrebatarles la vida.

— lo siento. .  . - aquella suave voz lo alertó, sintió un líquido tibio caer y resbalar por sus mejillas, eran lágrimas.

Las delicadas manos de Sorrento temblaban, dudaban.

— no puedo arriesgarme a qué también lo maten. . . - susurro nitidamente, justo cuando la arma rozo se retiró y salió corriendo de ahí en silencio. Seiya se levantó recuperando aire, sudando y con el corazón acelerado.

¿Que paso realmente en esta casa?

[ R e w i  n d i n g . . . ]

Aquella tarde dos jóvenes discutían, uno sobre la seguridad de su compañero, y el otro por la supervivencia del grupo entero.

— Sorrento ¡Sorrento escúchame! Solo iremos por un poco de comida y volveremos sanos y salvos, no podemos desperdiciar esa oportunidad. - unos ojos aquamarina lo observaban llenos de euforia, tomo gentilmente el rostro se su compañero obligandolo a verlo.

— puede ser peligroso. . . No sabemos si hay gente ahí. . - lágrimas caían de los ojos rosas de Sorrento, mientras evitaba que sus acompañantes tomarán sus armas y equipamento.

— Sorrento, necesitamos comida, entiendolo por favor yo me quedaré contigo. - el médico en ese lugar hablo, tomándolo de los hombros para tranquilizarlo.

— Isaac tiene razón, iremos rápido, no tienes por qué preocuparte; además cuando volvamos cenaremos algo rico, Krishna lo preparara. - otro joven sonrió mientras tomaba sus manso, Sorrento se tranquilizo creyendo en su palabras. — para que estés más seguro, ¿Por qué no vienes con nosotros? Así nadie pierde - ánimo.

En este caso todos perdimos.

Los gritos desgarradores de aquel joven de cabellos lila resonaban por toda la habitación mientas observaba a su familia pagar un precio que era injusto.

Baian e Isaac.

Una vida y un ojo.

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Yay! Por fin puedo revelar más del pasado de nuestro Sirenito y Pulpo; sinceramente aún falta desarrollo ¡pero ya se vendrá!

Y perdón si estos capítulos son aburridos es que ya se viene lo chido

¡Ojalá lo disfruten!