Una chica en iKON (En edición)

Parte 2

Las cosas eran más confusas de lo que pensaba. Seguía sin estar segura de si hacer todo aquello estaba bien; pero para su sorpresa, la opción de dimitir no se asomaba por ningún lado, y sentía que algo dentro de si, la empujaba cada vez más a seguir con eso. No quería decepcionar a sus padres, pero sobretodo no quería renunciar a su sueño.

—¿Por qué yo? —Preguntó cuando la situación se volvió menos tensa —¿No cree que un chico lo haría mejor?

—Tienes razón, pero luego de pensarlo durante mucho, llegué a la conclusión serías la única capaz de hacerlo

—¿Por qué lo dice? —Volvió a cuestionar, enarcando una de sus cejas.

—Te pareces mucho a tu padre, así que creo que puedo confiar en ti... —Aclaró la garganta y prosiguió— Además, eres la única persona joven que conozco, y la única que no está interesada en la industria. No sé si lo sepas, pero en Corea muchos sueñan con ser cantantes, no puedo simplemente decirle a alguno de ellos, que su única función en el grupo será espiar a los otros miembros, y luego de que cumpla su tarea, tendrá que irse. Corro también con el riesgo de que revele todos mis planes y mi idea termine siendo contraproducente. No puedo arriesgarme.

—Sigue siendo muy peligroso... —Musitó ella, encogiéndose de hombros. El miedo de ser descubierta, empezaba a acecharla.

—Claro que lo es, fue difícil para mí llegar a esta conclusión. Estarás expuesta al público, y cualquier paso en falso arruinaría todo; Sin embargo, necesito saber cada cosa que hagan, con quien se comunican, a donde van y cuáles son sus planes en determinadas cosas. He tenido problemas con algunos miembros, y es mejor arreglar aquellos inconvenientes antes de que debuten. Una salida de un miembro ocurre constantemente, pero un escándalo de mayor gravedad, puede incluso exiliar a un grupo entero.

La chica tomó un mechón de su cabello y lo pasó sobre su oreja.

—¿Y si llego a fallar? 

—No lo harás.

—¿Por qué está tan seguro?

—No creo que quieras perder la oportunidad que hay de por medio. Ya sabes a que me refiero —Hizo una pausa y giró su cuello — Además, sólo será por un corto tiempo, luego inventaremos cualquier cosa acerca de tu salida. Dudo que mucha gente te recuerde después de todas formas. Estaba pensando que nombre podrías utilizar durante ese tiempo —Llevó sus dedos a su barbilla y enarcó los ojos, pensativo —Mientras tanto, deberías dormir un poco. Tendrás días realmente agitados, así que te recomiendo que vayas a descansar, tu habitación ya se encuentra lista.

Se levantó de su silla y caminó hasta la puerta, abriéndola.

—Mañana vendrá tu estilista, será ella quien personifique tu nueva identidad. Puedes confiar en ella

Luce asintió con tranquilidad, pero lo cierto, es que se encontraba más nerviosa que nunca. Las cosas pasaban demasiado rápido. Seguía sin creer que hace tan solo unos minutos, nada de eso estaba sucediendo, y ahora, la realidad estaba arrastrándola poco a poco a un agujero oscuro.

Decidió hacer caso a la recomendación de su tío y caminó hasta la habitación. Una vez hubo llegado, se lanzó sobre la espaciosa cama y se cubrió rápidamente con las sabanas, hundiéndose entre la tela  acomodándose entre el colchón.

Omitió el hecho de que probablemente será la última noche durante mucho, que podría disfrutar de esa tranquilidad.

~

La luz tenue del sol que se colaba por la ventana, ocasionó que la chica se removiera en la cama y se percatara de que ya había amanecido. El sueño se sintió más ligero que el de la noche anterior, y se dio cuenta de que la estrategia de dejar de pensar mucho en aquél asunto había funcionado. Se levantó y se dirigió  al baño sorprendiéndose de lo amplio que era. Entró a la ducha, y dejó que el agua tibia fluyera por su cuerpo. Al salir, tomó una toalla y cuando terminó de secar su piel, se vistió con algo cómodo y habitual, y bajó posteriormente al salón, encontrando en el sofá a su tío, conversando con una mujer.

—¡Buenos días! —La sorprendió ella en cuanto la vio. Se levantó y se aproximó a Luce. Su ropa elegante y zapatos altos, la hacían ver con clase. —Así que tu eres Luce —Añadió, mientras se alejaba unos cuantos centímetros y la analizaba —¡Eres muy hermosa! —Acarició su cabello y dirigió su mirada a su tío —No se parece en nada en ti. 

—Va a ser un verdadero reto convertirte en chico, ven aquí — La tomó de la mano y la llevó hacía un espejo —Por Dios, mírate. Tu piel luce muy bonita y tus rasgos son muy delicados. Tienes el rostro que todos quisieran tener —Soltó su mano y volteó su cuerpo, quedando posteriormente frente a ella —Va ser realmente una lástima no poder arreglarte como chica. Supongo que será después.

—Es toda tuya Lily, llévala en cuanto termines a mi oficina, no es buena idea que regrese aquí nuevamente —Le informó a la estilista y miró posteriormente a su sobrina — Te diré lo último que tienes que saber allá. 

~

Luego de que Luce recogiera sus cosas, y se vistiera con algo mejor, salieron de la casa, y caminaron hasta el auto Lila, de Lily. La estilista era agradable, sin embargo, no podía dejar de sentirse incómoda. Todo pasaba muy rápido, no esperaba que el plan de su tío fuera a empezar así de pronto. Se apuso al principio, pero fue en vano, la decisión no parecía dar marcha atrás ''Entre más pronto, mejor'' Fue lo único que le respondió a sus quejas  

—¿Estás preparada? —Preguntó Lily, abriendo el bahúl del vehículo e introduciendo las pertenencias.

—Eso creo.

Escuchó a Lily soltar un suspiro.

—¿Estas preparada? —Preguntó nuevamente, pero pronunciado más alto las palabras.

—¡Si! —Respondió, con una falsa seguridad.

—Eso está bien —Cerró el bahul y caminó hasta el volante. Miró por medio del retrovisor a Luce,  y se percató de que se había quedado inmutada en su lugar, así que le hizo una seña para que entrara. 

La chica asintió torpemente y entró segundos después al asiento del copiloto, percatándose de que la parte trasera estaba repleta de diferentes cosas, evidenciando entre ellas, ropa masculina perfectamente doblada. No fue necesario que preguntara para que sería aquello. Lo tenía más que claro.