Parte 4

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El silencio retumbaba en la amplia habitación. Las miradas que tenía encima la hacían sentir como un ratón siendo aprisionado por su depredador principal. Su tío los había reunido en aquella sala de prácticas, y sin dudarlo, les dijo sin algún tipo de preparación previa, que ella sería nuevo miembro del equipo. Las miradas de confusión que se dieron cada uno, todavía rebotaban como una pelota de goma en su mente.

Empezaba a sentirse mal. Antes de llegar la compañía, había leído que esos 7 chicos tuvieron que pasar por dos duras competencias para tener un lugar asegurado. Sin embargo, ella llegaba de repente y sin hacer un mínimo esfuerzo, era parte del grupo. Se sentía como una completa inútil, y eso hizo que se prometiera a si misma que daría lo mejor para no ser un estorbo.

La tensión que embargaba el lugar podía cortarse con un cuchillo. Odiaba a su tío en esos momentos, la había dejado completamente sola con unos extraños, que murmuraban entre si al otro lado del salón, haciéndola sentir como un ser de otro planeta.

—Muy bien, hmm ¿Cómo es que te llamabas?, ah si, Evan. Te seré sincero, no estoy de acuerdo con esto. Aunque el CEO haya decidido que serás parte de nosotros, no te voy a aceptar hasta que me demuestres lo contrario —Dijo repentinamente uno de ellos. Sus palabras se sintieron como si fueran disparadas por un cañón, justo a sus oídos. Su mirada era penetrante, y la hacía estremecer. Sin embargo, ella hizo el esfuerzo por mirarlo a los ojos. No quería parecer vulnerable. —En todo caso, soy B.I, el líder del grupo, pero tú limítate a decirme Hanbin.

La chica asintió y en ese momento, se percató de que otro chico se acercaba a ella con una sonrisa.

—Hey Evan —Espeta con un tono amigable —También te seré franco, esto fue muy inesperado para mí —Volteó un poco la cabeza y miró a sus compañeros —Para todos, seguramente, pero supongo que no hay nada que hacer, así que bienvenido. Me llamo Bobby, puedes decirme Jiwon, Hyung, como quieras.

Le sonrió nuevamente y sin ella esperarlo, recibió un abrazo de su parte. De tener un momento incomodo por parte de Hanbin, a recibir algo completamente diferente por parte de ese chico llamado Bobby, hizo que la tensión que sentía, disminuyera un poco.

El chico se alejó de ella, y cuando miró por su hombro, se percató de que los demás miembros se acercaban a los dos. Miró la puerta en donde se encontraba Hanbin recostado, y notó como un suspiro salió de sus labios. Posteriormente salió de la sala dando un portazo.

—No le hagas caso —Escuchó una voz cerca, y encontró a su lado a un chico un poco más bajo que ella —Ya se le pasará el enojo. Debes entenderlo, nadie tenía pensando que esto pasaría. Tampoco pienses que es tú culpa, supongo que estás aquí por una razón, el presidente no suele tomar este tipo de decisiones tan apresuradas. En fin me llamo Jinhwan —Le tendió la mano, y al recibirla sintió una agradable calidez en ella.

Poco a poco los demás empezaron a presentarse. Pensó que las cosas serían similares con Hanbin, pero comenzó a sentirse más cómoda cuando vio que no era así. Trató de recordar cada detalle que ellos le suministraban. Terminó por aprenderse todo sus nombres: Yunhyeong, Chanwoo, Junhoe, Donghyuk, aunque este último le transmitió un sentimiento extraño.

—Realmente estoy muy curioso —Se escuchó otra voz un poco más grave que la de los demás —¿Por qué el CEO tomaría esta decisión? Debió haber visto algo en ti que hizo que la tomara. —Añadió, recostándose sobre la pared y esbozando una sonrisa —¿Podrías mostrarnos un poco de lo que vio?

Luce lo miró un poco asustada. ¿Qué se supone que debía hacer? Se sintió como una idiota al no haber pensado en esa posibilidad. No había preparado nada. La última vez que cantó fue hace muchos años, sin recordar exactamente porque había dejado de hacerlo después.

Todas las miradas de los chicos volvieron a centrarse a ella. La curiosidad de Junhoe estaba siendo transmitida a ellos. Cansada de la situación,  dio unos pasos hacia adelante y espetó con una seguridad falsa.

—Está bien —Cerró los ojos y empezó a entonar los versos de una canción que conocía a la perfección. Aquella que se reproducía en su mente cuando tenía aquellas tormentosas pesadillas. La melodía contenía notas que iban desde las más altas, hasta las más bajas y graves, las cuales para su sorpresa logró vocalizar a la perfección. Permaneció varios minutos tomando el control de la canción, y cuando volvió a abrir nuevamente los ojos. Encontró las mismas miradas sobre ella, pero con un sentimiento diferente en sus ojos.

El tiempo pasó, pero nadie dijo nada al respecto, ''Lo había hecho mal?'' Se preguntaba, luego de que el silencio volviera a hacerse presente, y que las palabras se volvieran invisibles. Empezó a removerse en su lugar, empezando a formular cualquier excusa, pero antes de decir algo, Junhoe se retiró de la pared y afirmó:

—Tengo que aceptarlo, lo hiciste bien. — Dijo y posteriormente, leves aplausos empezaron a escucharse. 

—Quedé impresionado —Afirmó Jinhwan esbozando una sonrisa —Ahora entiendo porque el CEO tomó esta decisión tan apresurada —Miró a sus compañeros —Creo que ahora todos lo sabemos.

Las palabras y actitudes de los chicos hicieron que Luce empezara a sonreír, y sintiera más seguridad ante el propósito que se le fue encomendando. Los chicos parecían buenas personas y eso hacía que la adolescente pensara que sería más fácil para ella permanecer ese tiempo con ellos; sin embargo, cuando dirigió su mirada hacia la entrada se percató de que Hanbin se encontraba ahí, observándola con detenimiento. 

Cuando cayó en cuenta de que Luce también lo observaba, soltó un suspiro y rodó los ojos.

—Ya descansamos mucho, es hora de seguir trabajando —Se acercó  al grupo y miró a Luce con un semblante serio, pero más liviano que antes. —Tenemos que empezar de nuevo, la coreografía que preparamos antes ya no sirve ahora.

Hizo un gesto que lo hacía ver claramente irritado. Posteriormente, salió por el umbral de la puerta, con los demás siguiendo su andar. Luce quedó sola en la habitación pensando en si debería ir con ellos, o  ir donde su tío; pero antes de pensar en cualquier posibilidad, un grito que hizo eco en el desolado lugar, hizo que supiera la respuesta.

—¿Qué esperas?, cantar no es el único talento que existe. —Pronunció el líder con fastidio.

Luce asintió y lo siguió. No se sintió regañada o intimidada; al contrario, sintió que había cumplido uno de los retos del día, que consistía en tener la aprobación del chico. No lo había dicho, pero Luce estaba segura que le había gustado como cantaba. Aunque a decir verdad a la chica aún le resultaba curioso y hasta asombroso que después de mucho tiempo  sin practicar,  lo hubiera hecho bien.

Pensó que debía seguir de esa manera, ya que el verdadero reto en todo aquello era acercarse al líder y derrumbar ese muro que también había formado. Tenía que hacerlo, ya que de otro modo no podría cumplir con su objetivo.


(Historia en edición. Es probable que en los próximo capítulos, el tiempo con el que se narra la historia cambie)

Una chica en iKON (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora