Capítulo 22: Hasin Bharat Mhaiskar, el gerente

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Claire abandonó el gran salón sin decir una palabra a Pietro o sin siquiera mirarlo a los ojos. Levantó su vestido rojo para poder ir más rápido y se hizo paso entre los asientos y decoraciones del gran salón para poder entrar en el vestíbulo al son de los golpetazos que daban sus tacones contra el suelo.

—¡¿Qué sucede?! —exclamó Pietro, levantándose y observando a Claire a lo lejos.

—¡Creo que lo tengo! —respondió ella antes de subir por las escaleras, esta vez sin percatarse del cuerpo de Henry Preston Blackwood.

Llegó a la puerta del despacho del gerente y la abrió con tanta brusquedad que estuvo a punto de desprender las bisagras. Hasin Mhaiskar dio un brinco y antes de que ella entrara se puso en pie para recibirla. Tenía una cara de cordero degollado, lo que le dejó claro a Claire que no deseaba recibir malas noticias.

—Dahlia Blackwood y Turquía —dijo Claire, inhalando y exhalando rápido como un caballo agotado —. Cuénteme todo sobre esa mujer y ese lugar.

—¿Lo... lo sabe ya? —dijo él, acomodando su corbata que ya estaba muy bien ubicada —. Yo... yo quería decirlo todo... absolutamente todo, pero... pero Dahlia dijo que... que debíamos callar.

—Dahlia Blackwood lo ocultó todo muy bien, tanto como usted. Hubieran pasado desapercibidos, porque ni siquiera Selin comentó que usted había trabajado una temporada en Turquía, pero lo descubrí.

—¡Soy... soy inocente! —exclamó Hasin con el rostro pálido como un fantasma, dejándose caer sobre el asiento tras el escritorio —. ¡Yo...yo no maté al señor... señor Blackwood! ¡Jamás asesinaría a... a alguien! ¡Lo juro!

—En el matrimonio Blackwood el señor no era el único con amoríos. La señora Blackwood también encontró un amor extramatrimonial en los brazos del cual podía olvidar los abusos de su esposo. Y esos brazos no eran otros que los suyos, gerente Mhaiskar —dijo Claire, con una sonrisa no burlona, sino más bien de orgullo.

—Lo nuestro acabó... acabó hace años. Hace mucho no... no hablo con la señora Blackwood. Puede... puede corroborarlo si... si le pregunta. Soy... soy inocente, y estoy... estoy seguro de... de que Dahlia también lo... lo es.

—Puede que usted no sea el asesino, gerente Mhaiskar, pero tiene información valiosa que necesito, información que ocultó sin razón...

—Lo hice para... para proteger a Dahlia. No... no quería hacer verla más... más culpable de lo... lo que ya podía parecer.

—Usted tampoco está aquí por casualidad. De hecho, todos estamos aquí por usted —aseguró Claire señalando al gerente sin muestra de pudor —. El gerente Hasin Mhaiskar es el único que no pertenece a una clase acaudalada en el hotel, no podía viajar a un lujoso hotel en otro país y tampoco tenía tiempo libre para ello. Por eso Señor Mundo nos reunió aquí, para que todos estuviéramos juntos, incluido usted. Juntos todos... desde el multimillonario hasta el gerente... desde la esposa hasta el asesino.

—Parece que... que al Señor Mundo nada se... se le escapa.

—Pues a mí tampoco —declaró Claire, poniendo su puño sobre el escritorio —. Debo escuchar su historia, Hasin Mhaiskar. Debo escuchar sobre el amorío entre una señora de la más alta sociedad y un gerente sin apellido ni fortuna.

Nueva Delhi, India – Antes

Había visto a aquella mujer varias veces en la última semana. Acompañada de su piel pálida y su cabello negro se dirigía todos los días hasta la recepción y exigía que el gerente se presentara, y así Hasin siempre terminaba en la recepción, atendiendo los deseos de una tal señora Blackwood.

Olympo en PenumbraTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon