The police cry a lot [Volkacio]

Trece

A veces Horacio era exageradamente tierno y frágil aunque ni el se diese cuenta, era una de las razones por la cuales a Claudio le gustaba follar con el. Siempre tenía asegurado el control en el acto.

Lanzaba jadeos de lo brusco que era el doctor muerte con él, hasta para juntar su trasero con su cintura era brusco, de seguro le dejaría algún que otro moretón de lo fuerte que le sujetaba, también no evitaba de vez en cuando palmar su trasero con su mano tatuada, haciendo que Horacio saqué un fuerte jadeo.

— Agh, Horacio me voy a ...

El interior de el de cresta se inundo de un liquido caliente, se había venido dentro suyo. Horacio también se vino mientras estaba en cuatro, ya que la mano de Claudio se preocupaba de su masculinidad.

Ambos quedaron exhaustos recostados bajo las sábanas del doctor, no era la primera vez que Horacio se encontraba en esa posición. Mientras ambos buscaban sus prendas por debajo de las sábanas para atrapar algo de calor.

— Pensé que esta vez en serio tendríamos una cita. — habló Horacio.

— Podemos hacer algo más si te apetece.

— Sí, bueno... — Claudio intentó acercar a Horacio a su pecho, con la intención de dormir abrazados pero este se negó — La verdad es que es muy tarde y mi padre debe estar buscándome. Ya sabes.

Se alejó de Claudio con sutileza, para buscar sus pantalones por el suelo y comenzar a vestirse. El doctor muerte se dio cuenta de lo apresurado que se notaba Horacio.

— Sé que no le caigo muy bien a tu padre.

— Sí, bueno, no te sorprendas, no le cae muy bien nadie. — admitió con gracia mientras se ponía sus zapatillas de colores.

Claudio chasqueo la lengua con una mueca triste. El de cresta se levantó de la esquina de la cama para salir de la habitación antes de que Claudio le llamará.

— Espera, Horacio.

El sólo se dio la vuelta y se quedó en el marco de la puerta mirando con atención.

— ¿Qué pasa? — contestó curioso y con una ceja levantada.

Claudio se levantó de la cama con la ropa interior ya puesta y con una camiseta negra. Tomó las manos de Horacio luego limpió su rostro.

— Bueno, es que nosotros llevamos tiempo...— empezó a hablar con un tono sincero. — liandonos, tu sabes.

— Sí, pues follamos dos veces al mes.

— Lo sé, pero quiero verle más seguido, por lo mismo quería saber si a usted le apetecía ser mi novio, usted entiende...— el doctor no pudo evitar sacar una sonrisa esperanzado.— formalmente.

Horacio suspiró, su cabeza estaba echa un lío ,su corazón se aceleró y le empezaron a sudar las manos.
¿Por qué Volkov daba vueltas en su cabeza en este preciso momento?

— ¿Le tengo que responder ahora? — preguntó el de crestas.

— No, no. — contestó el de los tatuajes. — piénselo cuanto quiera, no se preocupe.

— ¿Te parece si le llamo mañana?

Tal vez no lo haga.
Claudio asintió con una sonrisa para que Horacio le besara en los labios rápidamente y saliera por la puerta de aquel departamento.

Con un poco de suerte pudo dormir, muchas cosas pasaban por su cabeza. Su vida romántica se había liado de un día para otro y no dejaba de mirar el techo a oscuras.

Ahora que Gustabo le había amenazado, Volkov tenía en la cabeza a Horacio, por alguna razón el decirle; no lo hagas, lo hacía querer estar más con él.

Mañana lo buscaría antes de salir de servicio y le diría todo, le explicaría con más claridad sus sentimientos. Aunque Volkov le costará admitirlo inclusive en sus más oscuros pensamientos; extrañaba los labios de Horacio.

La mañana se desplegó en la ciudad. El de cresta se despertó en el sofá junto a su hermano, al parecer; se había quedado dormidos con tal sólo una manta encima y con la televisión encendida.

— Joder, nos quedamos dormidos tío. — Habló mientras se fregaba con cansancio los ojos.

Su hermano tenía unas grandes ojeras y el cabello desordenado mientras Horacio buscaba su teléfono por entremedio de los cojines del sofá.

— Llegaremos tarde, Gustabo. El abuelo debe estar llamándonos.

El mencionado sacó su móvil de su chaqueta roja y rechistó con pereza.

— Nuestro padre es el jefe, no jodas. — contestó acurrucándose otra vez.

— Sí, pero tal vez hoy por fin podremos tener nuestro primero código tres. — sonrió el menor con entusiasmo.

El hermano mayor se levantó de malas ganas y se dirigió al baño arrastrando los pies mientras Horacio seguía buscando con esmero su móvil por cada rincón del sofá.

bingo.

Sintio el aparato que se había caído en un borde del sofá para sacarlo rápidamente y ver la hora. Tenía un mensaje de Volkov.

Volkofffff<3

Le parece si hoy hablamos fuera de servicio??

Ni si quiera se lo cuestiono.

Horacio

10-4.

Hora no sabía exactamente si estaba listo para olvidar esas fuertes palabras y negaciones sobre lo que él creía tener con el comisario.

Volkov sabía que estaba enamorado de Horacio pero no si quería volver amar a alguien de nuevo. Era duro.

Horacio estaba confiado y Gustabo sabía que podía sacar un buena negociación en el atraco porque estaba seguro de su pico de oro.

La emoción se apoderaba de los hermanos y obviamente Horacio lo demostraba más que su hermano mayor.

Ambos; con el respectivo y bien planchado uniforme de policía, listos para su código tres.

— Estamos en la licorería para un código tres — informó por radio el rubio. — ¿Algún agente en camino?

No parecía que nadie contestara por radio.

Mientras tanto el menor se dedicaba echarle un vistazo a los atracadores.

Uno de ellos era pelirrojo y tenía un asentó asiático, el otro tenía una rasta rubia y un pañuelo rojo cubriendo la mitad de su cara y el último iba de traje con una máscara de calavera gris. Parecían organizarse muy bien a primera vista y entenderse con claridad aunque Horacio no se preocupó estaba más que confiado de que los atraparían.

El de cresta sacó la mirada de los atracadores al sentir un zeta estacionarse justo en frente de la tienda del cual los dos comisarios salieron de este.

El alumno y el comisario se miraron unos segundos, los dos igualmente de sorprendidos y avergonzados.

Él movil de Horacio vibró en su bolsillo, lo sacó un momento para tan sólo ver quien era.

Claudio

hola <3

le parece si quedamos esta noche?