08. Inconveniente

4.1K 320 6
                                    

–Para alguien que no podía esperar para graduarse vienes demasiado seguido, ¿no te parece? –comentó algunos minutos después de que la universidad desapareciera en el retrovisor. Namjoon rio divertido sin voltear a verlo. Jimin sabía perfectamente la razón por la cual el chico no dejaba de aparecer cada vez que tenía la oportunidad, pero nunca estaba de más escucharlo de su propia boca.
–Supongo que no tomé en cuenta que graduarme implicaba dejar de verte todos los días, lo cual es, en definitiva, un inconveniente.
  Jimin apartó la vista con una sonrisa en el rostro y miró por la ventana, el camino tan conocido e indiferente que de pronto había comenzado a tornarse amargo y molesto. Él amaba su carrera y amaba la universidad como ningún idiota lo haría, con el tiempo había llegado incluso a amar dar las pequeñas clases de filosofía que le encargaba Min Yoongi, pero no podía evitar sentirse constantemente como una mentira, como el actor de su propia vida, el chico agradable de personalidad arrolladora, el chico que iba a mirarte sin una pizca de sorpresa en el rostro sin importar cuanta mierda le soltaras, el mismo que se reiría en tu rostro si te querías pasar de listo. Era molesto lidiar consigo mismo siendo nada más que un personaje bien ensayado, y lo era más cuando Min se negaba a hablarle a menos que se tornara en el tipo tímido y huraño que había llegado a conocer a regaña dientes.
  Quizá había empeorado durante la semana, si debía ser honesto no era la clase de estudiante que apreciaba los días en los que podía permitirse saltarse algunas clases, si le gustaba su carrera era porque ocupaba gran parte de su vida, lo mantenía lo suficientemente ocupado como para no pensar demasiado en otras cosas, así que cuando se descubrió a sí mismo incapaz de sacarse de la cama y meterse a la ducha, tuvo la certeza de que el asunto no podía ir a peor. Si lidiar con las opiniones que el resto tenía de él era un calvario, lidiar con los propios prejuicios era por lo poco martirizante.
–Vas muy callado, ¿no te parece? –acotó el moreno entonando de la misma forma en que él lo había hecho hace un rato, solo para buscar alguna reacción que no terminó de llegar una vez que Jimin volvió a verlo. Ambos podían decir que no era un buen día cuando la emoción de ver a Namjoon no pasaba del primer encuentro, cuando su presencia no terminaba de convencer al menor.
–Solo pensaba.
–Min está comiéndote la cabeza de nuevo, ¿no es así?
–Él solo es honesto.
–No, a él le molesta que seas mejor profesor de filosofía de lo que es él cuando aún eres un estudiante. Tiene poco que ver con la honestidad.
–Solo porque tú no le agradaras, no quiere decir que es lo mismo conmigo. Somos amigos, ya sabes.
  And I'm afraid that's just the way the world works.
  El silencio se extendió mientras el sol seguía poniéndose a sus espaldas, con la radio sonando por lo bajo en un leve murmullo que era familiar para el rubio. Rio para sí mismo volviéndose consciente de la cantidad de historias que había vivido en aquel automóvil, y las que había nacido fuera para finalmente ser purgadas en aquel mismo lugar. Los años habían pasado. Tener la oportunidad de reencontrarse con su crush de secundaria, para acabar saliendo con él, para luego acabar en una extraña relación demasiado romántica para ser amistosa y demasiado amistosa para ser romántica, era solo inicio del asunto. Porque tal vez ese cosquilleo inexplicable se había ido después de la fea ruptura, pero una vez que recuperaron el contacto no le fue difícil notar que el miedo a decepcionar al mayor, la dependencia –que le costaba admitir–, la necesidad del otro para funcionar correctamente, la complicidad e incluso la familiar calidez seguían ahí. Podían ya no estar enamorados el uno del otro, podían incluso cuestionarse si alguna vez lo estuvieron o si era solo un capricho, pero no podían negar que la relación que tenían se había vuelto un poco peligrosa para ambos.
  But I think that it could work for you and me.
  Se concentró una vez más en el camino. No era necesario pensarlo demasiado después de todo, él era malo trabajando sin el moreno cerca –básicamente porque le era difícil hacer cualquier cosa sin preguntarse qué haría Namjoon en su posición, o porque no podía hacer nada sin saber que tenía la aprobación del moreno–, y Namjoon por su parte era malo en trabajar sin Jimin –porque, si el mayor debía ser honesto, era único real que tenía en su vida y que había logrado por sí mismo– y ahí radicaban sus constante y periódicas visitas. Hubiera bastado en algún punto con que alguno de ellos fuera capaz de mantenerse alejado para que el lazo –y las cadenas- acabaran de romperse, pero con el tiempo ambos acabaron convencidos de que el otro era lo único que tenían, y cómo renunciar a lo único real que tenían cuando el mundo era tan malditamente incierto.
–No lo digo porque no crea en su amistad –dijo el mayor ya más calmado–, sino porque sé que pese a ello puede ser egoísta, y eso lo sabes tan bien como yo, precisamente porque eres su amigo –se quedó callado por un momento y continuó cuando notó que el menor no lo miraba–. Lo menciono porque no me gusta verte decaído por lo que otros dicen, no para insinuar que tengas cuidado con él.
  Jimin volvió a verlo, esta vez con los ojos extrañamente brillantes, incapaz de decir nada. Cómo iba a decir que era el tutor del hijo de uno de sus clientes y que el chico era completamente un idiota que no tenía la menor discreción para atacarlo en clase cuando había sido Namjoon el primero en mencionar la posibilidad, por mínima que fuera, de que algo así pasara. Cómo hablar de ello cuando estaba cansado de solo seguir pensándolo, cuando había ignorado todas las llamadas de Jeon por temor a toparse con su hijo una vez más.

SUGAR BABY | Kookmin [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now