08. Perra

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Observó de reojo al profesor Min tomar asiento en un asiento de la última fila, parecía intrigado y ciertamente decepcionado. Por su parte, la clase de Jimin carecía, por primera vez, de vida, la tutoria de Filosofía jamás había agonizando de esa forma. Sin embargo el único que parecía saber la razón, además del mismo Jimin, era el hombre de aura oscura sentado al fondo del salón. Quizá estaba ahí precisamente por ello, porque sabiendo la razón del desazón de la clase, no podía evitar regñarse así mismo por no quedarse a ver ninguna de sus clases, y decidirse por fin solo sabiendo que sería la última.

— Entonces... —la voz de Jungkook llegó desde un lugar que Yoongi no lograba ver, pero resonaba en toda el aula. No pudo evitar notar que, a diferencia de otras interrupciones de la clase, Jimin permaneció de espalda a la audiencia, observando el pizarrón con solo algunos garabatos repartidos—, ¿cualquier asunto, pregunta o pensamiento puede transformarse en una cuestión filosófica?

El rubio se tomó un rato para responder, como si la pregunta en sí misma resultará de una materia complicadísima. Por su parte Min tomó aquel instante para analizar al muchacho que presentaba una imagen carente de cualquier adorno y, por lo demás, vacía del aquella mezcla entre moderno y elegante que que solía caracterizar a Jimin. Él mismo se había sorprendido al verlo entrar esa mañana con café a su oficina, vistiendo tan sobrio como lo hacía durante sus primeros meses en la carrera, un jean negro y una remera básica blanca, ambos acompañados por unas converse tradicionales.
Los minutos pasaron y pasaron en un salón sumido en el silencio, Yoongi esperaba que, llegado un punto, los murmullos comenzarán y crecieran hasta convertirse en un bullicio que empujaría a Jimin a responder, sin más, la pregunta. Pero el murmullo nunca llegó, apacigudos por la incertidumbre, sus alumnos parecían sumidos en el mismo estupor que él había abrasado desde la mañana, el mismo que no creía poder soltar en las próximas semanas cuando viera a Jimin fuera del horario escolar y ya no hablaran de las tutorias.

— ¿Jimin? —Jungkook volvió a hablar, está vez menos seguro de sí mismo. Yoongi no pudo evitar sonreír. Así que era así de sencillo sacar al castaño de su zona de confort, hubiera sido bueno saberlo desde antes.
—Sí —dijo Jimin por fin dándose vuelta—. Absolutamente cualquier cosa puede convertirse en un asunto filosófico si nos enfocamos en la definición que Min tiene de la Filosofía. Por ejemplo, puedes comenzar a preguntarte por qué desayunas café y tostadas en las mañanas, simplemente volviendo atrás y cuestionando eso ya estás ejerciendo un acto filosófico —sentenció tomando asiento sobre el escritorio, Min sonrió con un ápice de admiración tirando de sus labios. Si debía ser honesto, él jamás lograría verse tan entrañable hablando de algo tan simple—. Porque, como dije, para este tipo —comentó señalando la parte trasera del aula haciendo que el esto de la clase volteara—, la definición más simple de la Filosofía es volver atrás en las cosas y cuestionarlas, plantear preguntas e intentar responderlas.
»Sin embargo, no podemos decir que la Filosofía constituya siempre un acto importante. Preguntarte por qué desayunas lo que desayunas no es algo de suma importancia.
— ¿Entonces por qué hacemos filosofía? —preguntó el castaño en tono sardónico que provocó risa en la clase. La sonrisa que Jimin le dedicó podría haberlo degollado fácilmente.
—Porque, así como hay preguntas irrelevantes, hay otras importantes —respondió con falsa indulgencia—. Importancia relativa, por supuesto. Por ejemplo —agregó poniéndose de pie y caminando hasta el asiento de Jungkook solo para acuclillarse delante de él. El castaño lo miró sin entender muy bien qué estaba pasando—, yo podría preguntar "¿Qué necesidad tiene Jungkook de apuntar a otros con el dedo y criticar su forma de vida?". Pregunta de importancia relativa. También podría preguntar "¿Por qué Jungkook se cree más moralmente correcto que yo cuando es, definitivamente, igual de perra?"

Una vez más el silencio se apoderó de la sala, solo que esta vez el lugar parecía sucumbir en un ambiente demasiado denso. Parecía, por lo demás, que ninguno de los presentes estaba acostumbrado al humor acre del rubio, esa manera tan particular que tenía de decir, con palabras muy distintas, que su tiempo era valioso y que no soportaba las niñerías, incluso si la persona en cuestión le agradaba la suficiente. El mismo Yoongi se había encontrado a sí mismo estupefacto un viernes por la noche en aquel club bohemio después de que Jimin le respondiera a uno de sus amigos con oraciones cargadas de sarcasmo y una ironía cruel. No era posible encajar al chico que era públicamente adorado por su modos agraciados y dulces con aquella imagen tan distante y fría.
Solo hizo falta una suave risa del menor para que el aula volviera a la vida y la pesada atmósfera se disipara en un abrir y cerrar de ojos. Quizá esa era una de las cualidades más aterradoras de Jimin, pensaba el catedrático viéndolos ponerse de pie y dirigirse una vez más al escritorio. Quizá de lo que había que cuidarse cuando de Park Jimin se trataba era de esa habilidad innata para romper a las personas con unas cuantas palabras, luego sonreír como si nada hubiera pasado y hacer creer verdaderamente al resto que aquello no había sido más que una jugarreta inocente, que él jamás sería capaz de dañar a nadie. Después de todo, tenía bien ganada la reputación de ángel.

—Pero tal vez —comenzó a decir tranquilamente con aquel semblante sereno que mostraba después de perder la compostura por un par de segundos. Yoongi logró observar a Jeon solo unos instantes, pero fueron más que suficientes para reconocer en su rostro los signos de humillación—, la pregunta que realmente deberíamos hacernos es si la definición que Min establece de la filosofía es la definición más acertada. Claro, si están interesados en algo más que aprobar —agregó rápidamente sin ningún aire de condescendencia mientras sonreía ladino al resto de los alumnos.

SUGAR BABY | Kookmin [EN EDICIÓN]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum