09: Traje de pollo

678 114 27
                                    

Es sábado por la noche, MinSeok está secando los platos. JongDae se acerca a MinSeok y toma un paño para ayudarlo un poco, el dueño de la casa se ve muy concentrado en sus pensamientos, sumergido es la palabra correcta para describirlo. Él piensa que se está ganando de nuevo la confianza de MinSeok.

—Puedo con ello —MinSeok dice al verlo secar un plato, sus hombros apenas se rozan. MinSeok apenas se mueve unos centímetros de forma desapercibida.

—Quiero ayudarte —JongDae pone el plato donde están los demás.

—Gracias —su voz es suave.

—¿En qué pensabas? —JongDae recibe una mirada de MinSeok —No tienes que decirme, lamento ser tan indiscreto.

—Estaba pensando, ¿por qué te dejé entrar en mi vida otra vez? —sigue secando los platos a medida que habla de forma tenue —. Me hiciste mucho daño cuando me dijiste que no me querías, que preferías a alguien más, fue terrible cuando me dieron la invitación a tu boda. Fui —confiesa —, me escondí detrás de un pilar para observa un poco. Te vi feliz, así que no interrumpí el asunto, ese día me resigné.

Lloró como nunca ese día y se compró muchas cervezas para olvidarse de aquel momento, se embriagó en su departamento. Ahí inició una pequeña temporada de alcoholismo que salió gracias a su hermana.

—MinSeok... yo no sabía que habías ido —JongDae se siente asombrado porque nadie le comentó aquello —. Si yo te hubiera visto, quizá yo...

MinSeok deja su paño sutilmente en el fregadero.

—No digas más —se aleja de JongDae —. Las cosas hechas están.

—Sé que las cosas no pueden cambiar, pero estoy aquí para luchar por ti, seguimos estando enamorados, podemos lograrlo. Te estoy demostrando que te amo —JongDae ha encerrado a MinSeok entre sus brazos.

MinSeok siente muy bien el calor que JongDae le transmite, por un momento quiere abrazarlo con tanta fuerza y decirle que no lo suelte nunca; quiere recostar su mano en su pecho para sentir esa calidez otra vez más, pero también siente que debe guardar compostura, por eso se fue de Seúl. Sus preciosos ojos cristalizados por lágrimas que no van a caer se ven interrumpidas por un pequeño JiHyun.

—Mami, ¿me cuentas un cuento? —JiHyun tiene abrazado un peluche entre sus brazos. El peluche es un conejito blanco.

—Voy —MinSeok quita las manos de JongDae de su cintura y camina hacia su hijo.

MinSeok toma la mano de JiHyun y ambos suben a la segunda planta, el pequeño niño se acomoda en su cama junto a otros tres niños. Los niños les gusta que MinSeok les cuente un cuento, el hombre toma un libro de cuentos infantiles (aquellos que tienen valores, pero es un libro diferente, habla de niñas guerreras), del estante para leerles algunas hojas. JiYoon y SoHyun están encantadas con la protagonista porque es una niña guerrera que lucha para librar a su pueblo del yugo de los invasores. Es un cuento corto, que a los niños les permite soñar e imaginarse como protagonistas.

—¡Queremos ser como ella! —SoHyun dice impresionada por la fortaleza de la protagonista. Casi están por acabarlo. Solo faltan diez páginas y el libro termina.

—Si lo proponen, lo lograrán —MinSeok las motiva. Él eligió ese libro hace mucho tiempo, él quiere que su hija logre todo lo que se proponga. —. Ya es hora de dormir, lo terminaremos la siguiente semana. Descansen.

MinSeok les da un besito en la frente a sus hijos. Los hijos de JongDae solo observan.

—¿También nos puede dar un besito en la frente? —DaeHong pregunta con timidez.

Segundas oportunidades || ChenMinWhere stories live. Discover now