𝐭𝐰𝐞𝐥𝐯𝐞

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PARA CUANDO LLEGAMOS AL the Wreck, estaba más que lista para salir de la camioneta

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PARA CUANDO LLEGAMOS AL the Wreck, estaba más que lista para salir de la camioneta. Fue incómodo, todo el viaje fue un desastre. JJ estaba callado, Pope estaba sentado allí preguntándose quién iba a romper el silencio primero, yo todavía estaba furiosa y el pobre John B, no tenía ni idea. Estacionó la camioneta y se dio la vuelta.

-¿Quién se va a quedar con Kie?

-¿Por qué no? Tú eres el cerebro detrás de todo esto.- dijo JJ, bajando la ventanilla. John B arqueó una ceja antes de negar con la cabeza y volverse hacia Pope y yo.

-¿Alguno de ustedes?

-¡Yo iré!-Pope y yo dijimos, sentándonos en nuestros asientos.
John B sacó el labio inferior y asintió. -Está bien, diviértanse y haganlo rápido.

Pope me miró como si estuviera chocando contra su desfile, pero, francamente, no me importaba. Solo necesitaba salir de la maldita camioneta. Le adelanté hasta la puerta, la abrí y salté. Pope me siguió poco después, cerrando la puerta detrás de él y mirándome. Agité una mano hacia los escalones.

-Dirige el camino.

Lo seguí, subí los escalones y entré en el the Wreck. Había comido aquí varias veces con Nana, era uno de los mejores restaurantes de la isla. Los padres de Kie son dueños del lugar, así que como Pope trabaja en Heywards, ella trabaja aquí. Cuando nos hicimos amigas después de nuestra asignación inicial, pasábamos el rato en la biblioteca o aquí. Su padre nos daba cualquier comida extra que hubiera, nos sentábamos y charlábamos durante horas. Desde que la presenté al grupo, no hemos hecho nada de eso. Sus padres... bueno, en realidad no les gusta mucho los chicos. Con las mismas razones que Heyward tenía contra John B y JJ. Nada más eran un grupo de niños a los que les gustaba causar problemas. No creo que tengan ningún resentimiento hacia mí. Tal vez sea porque voy a la escuela con Kie y mi Nana es quien es. No lo sé, nunca me ha molestado tanto.
No estaba tan ocupada por dentro, ya que la fiebre de la cena aún no había llegado, por lo que ver a Kie no fue tan difícil. Pope se detuvo junto al puesto de la anfitriona y me miró.

-Quizás deberías ir primero.

-No va a haber diferencia entre quién pregunte, Pope.-me reí, dándole un codazo.-Pero podemos ir juntos si hay alguna diferencia.

-Por favor.

Caminamos hacia las mesas donde Kie estaba parada detrás del mostrador, bajando de una escalera con una lata de masilla en sus manos.

-¿Qué pasa, chicos?

-John B lo descubrió... Redfield.- espetó Pope, sonando como un loco ansioso. -Nos vamos.

Kie negó con la cabeza y removió la masilla.

-No gracias, me quedo atrás.-
Pope me miró con los ojos muy abiertos.

-No es así como se suponía que iba a ser- susurró.

-Vamos Kie, si esto funciona, entonces estaremos un paso más cerca de encontrar... ya sabes.-dije, apoyando los codos en el mostrador. -Además, creo que si me dejas con ellos, podría morir.

VAPOR | OUTER BANKS ¹Where stories live. Discover now