El juicio

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Mañana era el juicio. Y si todo salía bien, Cheryl volvería a casa esta noche.

El día había pasado sin más. Hoy no habían podido venir los chicos ya que estaban preparando las declaraciones para el juicio junto a la abogada Sierra McCoy.

Cheryl leía un libro tranquilamente y yo me dedicaba a mirarla. Era tan preciosa...

–¿Por qué me miras así? –preguntó la pelirroja haciéndome despertar de mi ausencia.

–Eres preciosa mientras lees. Y mientras hablas. Y mientras sonríes. Y sobre todo... –dije acercándome a ella. –Cuando me besas.

Ella sonrió y unió nuestros labios. Al terminar la di un beso en la frente y fui al baño.

Cuando volví vi a Cheryl con uno de los peluches, regalo de nuestros amigos. Se veía tan adorable... Me quedé en el marco de la puerta observándola en silencio.

–¡Toni! –dijo ella al verme. –¿Cuanto llevas ahí?

–Lo suficiente como para ver lo adorable que eres. –dije acercándome. –¿Cómo te sientes?

–Bien, el dolor va siendo menos cuánto más pasa el tiempo. Solo que no puedo hacer movimientos bruscos. –dijo ella poniendo su mano encima de la mía.

–Me alegro, ¿Crees que te sentirás con fuerza para el juicio? No tienes por qué ir si no te sientes bien.

–Estaré bien. –me dijo sonriendo. –No te preocupes TT.

–¿TT?

–Toni Topaz. –contestó ella. Sonreí ante el apodo.

–Tu también necesitas un apodo. –me quedé pensando. –Cheryl... Cher... Blossom... Esto es más difícil de lo que pensaba.

–Ya se te ocurrirá algo TT. –dijo ella. –Ahora solo quiero una cosa. –La miré alzando una ceja. –Besos. Muuuuchos besos.

–Sus deseos son órdenes. –dije complaciendola.

***

Ya eran las ocho de la tarde. El doctor entró en la habitación para comprobar el estado de Cheryl.

–De verdad, ya me encuentro mucho mejor doctor. –dijo mi pelirroja. –¿Puedo irme a casa?

–Esta bien. –Cheryl sonrió y me miró. –Pero debe guardar reposo, puede que la cueste andar, estirarse, por los puntos. En una semana a de venir a que se los revisemos.

–Esta bien. –dijo Cheryl. –¿Entonces puedo marcharme ya?

–Si, solo déjeme recetarios unas pomadas y pastillas, puede ir poniéndose su ropa. –dijo el doctor saliendo de la habitación. Cheryl me sonrió y comenzó a desvestirse tan entusiasmada que ni se dio cuenta de que yo estaba ahí. Me giré de inmediato sonrojada y Cheryl percibió eso.

Pude notar sus manos en mi abdomen.

–¿Nunca me habías visto así TT? –me preguntó coqueta. Esta mujer me va a matar.

–Cher no creo que sea el mejor momento... –me giró para verla mejor, solo tenía la ropa interior puesta. –Ya te vi así el día de nuestro primer beso ¿recuerdas?

–Sí, pero viste, no tocaste. –Cheryl tomó mi mano y la colocó en su trasero. Mierda. Recé porque no entrara el doctor. –Creo que te dejaré así de excitada.

Si tan solo supieras (Choni)Where stories live. Discover now