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M A T E O

Me rasqué el ojo al notar como las líneas de la hoja empezaban a hacer movimientos extraños.

No, no estaba fumado, solo que después de estar mínimo seis horas encerrado en el estudio, el sueño me estaba pasando una mala jugada.

Agarré el vaso de plástico y me lo llevé a los labios sin darme cuenta de que ya estaba vacío. Bufé y lo lancé hacia algún rincón del pequeño cuarto.

La pantalla del teléfono se iluminó, lo desbloqueé y el mensaje de Santiago se hizo presente.

Tatoolindo

aún seguís en el estudio?

no, estoy en casa

se ve desde acá que las luces están encendidas gnomo mentiroso

bueno y si sabes para qué preguntas

dejalo ya mateo, podemos seguir
mañana

termino esta canción y me voy, lo prometo

y eso decís siempre

también te digo lo lindo que sos y
vos sin darme bola

jajajajaja dale te creo

hasta mañana hermoso

Dejé el móvil a un lado mientras una pequeña sonrisa se asomaba por mi boca, sin dudas tenía el mejor equipo.

Media hora después, satisfecho con el resultado final del tema, me decidí por recoger y marcharme a mi casa que por suerte no quedaba muy lejos al igual que la casa de Santi, así que fui a pie.

En el camino me inventé una instrumental que podía quedar bien con el tema y lo grabé en el móvil antes de que se me olvidara. Eran las cuatro de la mañana y no había nadie por la calle que me pudiese mirar extraño.

Llegué por fin a casa, encendí las luces y esperé mi recibimiento a la entrada. No pasó muchos segundos cuando escuché el aullido y vi la cola de Spot entre los sofás. El animal se me acercó y reposó su pequeño cuerpo en mis zapatos, esa era su manera de decirme hola.

Le levanté y me lo puse en el hombro mientras me dirigí a la habitación, estaba realmente cansado y solo quería dormir.

Dejé al felino negro con manchitas blancas en el suelo y me adentré en mi cuarto. Cuando encendí las luces el cuerpo de una persona que descansaba sobre mi cama y su quejido ante la iluminación me congeló de pies a cabeza.

Ese cabello rubio ceniza... No puede ser.

Darla se incorporó y cuando su vista se acostumbró sus ojos se posaron en mi.

— Mateo — parecía sorprendida.

— ¿Qué haces aquí?

Dudó en la respuesta pero finalmente contestó.

— He vuelto por ti, por nuestra relación.

si te vas; truenoWhere stories live. Discover now