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M A T E O

Sentí como de una forma disimulada Spot se acercaba a mi con intención de acurrucarse en mi pecho, cosa que no me importaba pero tampoco le veía sentido comprarle una jodida casa para él solo si al final mi cuerpo era como su hogar... Pero en estos momentos me dio igual, es más, en parte agradecí la cercanía del animal.

Cuando tomó la posición perfecta cerró los ojos y ante el tacto de mi mano sobre su pelaje sumado a la voz del hombre que se escuchaba por la televisión, se quedó dormido. Esa estampa hizo que recordará a Darla y no por compararla con un gato (ya que ella era un pez) sino por las miles de veces que nos habíamos quedado dormidos en esta posición: su cabeza en mi pecho y nuestras piernas entrelazadas en busca de calor.

Suspiré reprochando a mi mente que de nuevo pensara en aquello, pero era inevitable ya que todo a mi alrededor me recordaba a ella.

Exactamente llevábamos tres semanas sin ningún tipo de contacto salvo mensajes fríos y muy por encima para saber como estábamos. Conversaciones que empiezan con un hola y acaban con un me alegro.

Esta situación de mierda me dolía, claro que sí, pero más me afectaba el hecho de que mi novia aceptara la propuesta de su padre sobre ir a esa fiesta con el hombre ese. Y no eran celos (bueno, no en su totalidad) sino que una vez más me dejara claro que no le gustaba para su hija y que ella merecía algo mejor.

¿De verdad se pensaba que no lo sé? ¡Obviamente Darla se merecía a alguien mil veces mejor! Pero mi lado egoístamente enamorado se negaba a dejarla ir. Eso sí, tenía claro que esa persona mil veces mejor no era ni sería Derek.

Bufé harto de pensar siempre en lo mismo y con cuidado llevé mi mano hacia el bolsillo trasero para sacar el móvil, necesitaba una distracción lo más pronto posible. Entré al chat de Camilo y le envíe un mensaje rápido preguntándole si tenía algo que hacer, su respuesta no tardó en aparecer.

el420

estamos en el estudio,
vení

q hacen en el estudio y porq
me vengo a enterar ahora?

dale no seas dramático

nada más vinimos a comprobar
algunas cosas

bueno, decí que te creo

caigo en 10

acá te esperamos

Con el mismo esmero que antes, aparté al gato hacia un lado para no despertarle y apagué la televisión, me guardé el móvil y las llaves en los bolsillos y me dispuse a salir cuando una llamada entrante en el ordenador me frenó.

Solo una persona se comunicaba conmigo por ese medio pero no podía ser ya que allí era de madrugada. Para comprobarlo, me introduje en mi habitación para visualizar el portátil. Efectivamente era una llamada de Darla, titubeé un rato pero finalmente contesté. Lo que reconocí en pantalla era el salón a oscuras, el lugar donde siempre solíamos hablar después de la habitación, pero lo extraño era que solo se veía eso: el salón.

— ¿Darla? — pregunté después de unos segundos, nada. Una mala sensación empezó a recorrer mi cuerpo, pero se despejó al escuchar varios sonidos: un trueno, el repiqueteo de la lluvia subiendo de intensidad y un sollozo. — Nena — hablé sin medir el tono, no sabía dónde estaba ella pero necesitaba que escuchara aquello — Todo estará bien.

— Mateo... — susurró con dificultad haciéndome entender que estaba pegada al aparato.

— Estoy contigo — dije intentando reprimir la impotencia que tenía, poco podía hacer a través de una pantalla.  — Mírame.

Esperé pacientemente a que me hiciera caso y cuando lo hizo, la imagen de mi novia totalmente asustada, con los ojos llenos de lágrimas y las manos en dos puños me dieron la bienvenida. Verla así y no poder tocarla para relajar su estado me tenía destrozado.

— Estoy aquí amor — susurré cuando sus ojos conectaron de alguna manera con los míos — Tienes que intentar tranquili... — de nuevo el sonido de una descarga eléctrica me interrumpió.

Darla botó del susto y empezó a respirar dificultosamente mientras negaba con la cabeza, instantes después se agachó haciendo que su cuerpo saliera del plano. Seguramente estaba sentada en el suelo, con las piernas pegadas a su pecho y las manos tapando sus orejas. Lo primero que se me vino a la mente fue coger el primer avión hacia Alemania pero aquello era un disparate.

— Guppy necesito que regules esa respiración — pedí firme, sino lo hacía ya esto se podía tornar a algo más grave.

— N-No puedo... — balbuceó entre lágrimas. — Sacame de aquí Mateo, por favor...

Lo rota que estaba su voz hizo que se me encogiera el corazón, necesitaba hacer algo. Los truenos y la lluvia no cesaban y eso aumentaba mi angustia, ¿por qué los diluvios en Alemania parecían lo posterior a un jodido tsunami?

— Agarra el portátil y llévatelo a la habitación — ordené y esperé a que me hiciera caso.

Minutos después Darla volvió a plano y con las manos temblorosas (sí, desde aquí se podía ver el temblor) agarró el aparato y se dirigió a su cuarto. Una vez allí lo dejó en la cama y ella se arrodilló enfrente.

— Vale, ¿tienes aquella camiseta que dejé que te llevarás? — asintió despacio, como si su respuesta fuese automática y su mente estuviera en otra parte, presa del pánico. — Ve a por ella.

De nuevo la perdí de vista y segundos después volvió con mi camiseta amarilla de los Lakers apretujada contra ella, como si fuese su bien más preciado.

— Inspira hondo y exhala despacio — pedí suavemente y le hice repetir el ejercicio unas cuantas veces más. Cuando intuí que su respiración volvía a ser normal y que ya no temblaba tanto hablé de nuevo. — Deberías dormir, tiene que ser muy tarde allá.

— Pero... — empezó a decir pero se calló.

Sabía que tenía miedo y que me necesitaba a su lado.

— No me moveré de aquí — le aseguré.

Su ceño se hundió y quiso rebatir pero finalmente optó por asentir. Escuché en silencio como se tapaba con la manta (ya que lo único que veía era una pared blanca) y saqué el móvil para avisarle a Camilo que no iría al estudio. Cuando volví a posar la mirada en la pantalla observé la cara de Darla descansar sobre la almohada e insconcientemente sonreí, la había echado tanto de menos...

— Descansa Guppy — susurré después de unos instantes.

Dentro de una semana la volvería a ver pero sería en esa jodida fiesta, por que, por más que mi suegro no me quisiera por ahí, iba a ir de igual modo.

si te vas; truenoWhere stories live. Discover now