07

350 33 1
                                    

M A T E O

Estaba siendo una completa tortura no poder tocarla, oler su aroma, ver su sonrisa u observar como se dormía en mis brazos y tan solo había pasado una semana, que son siete días, 168 horas, 10080 minutos.

Una semana en la que había vagado por toda la casa recordando su imagen en cada rincón de esta.

Una semana en la que me había negado a salir, en la que solo me sumía en mi más infinita desgracia.

Una semana en la que me di cuenta de lo que significaba Darla para mi y lo que aportaba a mi vida.

Y tan solo pasó una semana.

Siempre dicen que las relaciones a distancia son fáciles de llevar cuando de verdad sientes por esa persona, pero debes vivir la situación para darte cuanta de que eso dista mucho de la realidad. Yo la amaba y siempre lo haría, pero todo eso me estaba pasando factura.

Un día como cualquier otro, Spot y yo descansábamos sobre la cama mientras veíamos cualquier tontería cuando llamaron a la puerta. Miré extrañado hacia esa dirección, no estaba esperando a nadie. Me levanté y fui a abrir, Camilo estaba al otro lado.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté sin moverme de la puerta.

— Visitar a mi amigo el desaparecido. ¿Puedo pasar? — cuestionó al ver que no me echaba a un lado.

— No — me miró extrañado. — Pasa que tengo la casa algo desordenada — expliqué.

Ni ganas había de recoger la mierda que me rodeaba.

— Da igual.

Le dejé entrar resoplando y cerré la puerta. El salón como bien había dicho estaba desordenado: había latas de cerveza y cajas de pizza tiradas por cualquier lado, ropa esparcida por el suelo, platos sin lavar...

— Pero... — dijo mientras miraba el desastre.

— Y no te estaba mintiendo — me senté en el sofá.

— Ah no, levántate y limpia esto, yo te ayudo.

Mi mirada reflejaba la pereza que me daba pero no pareció funcionar así que nos pusimos manos a la obra y empezamos recogiendo la basura mientras escuchábamos a Canserbero de fondo. Aunque la tarea de limpiar no fuese la más divertida del mundo, debo reconocer que me estaba ayudando a despejarme y a pasar un rato sin pensar tanto.

Al final, después de dos horas limpiando a fondo, decidimos tomarnos un descanso y pedí la cena por delivery.

— Esto ya es otra cosa — habló Camilo mirando la casa relucir.

— Sí, ¿no te gustaría trabajar como limpiador? Pago bien — bromeé.

— Siempre quise dedicarme a ello — sonrió siguiéndome la broma.

— ¿A qué viniste? Digo, no creo que fuera para limpiar una casa ajena si no limpias ni la tuya.

— Desde que se fue Darla no te hemos visto la cara y nos tenías algo preocupados ya que tampoco contestabas los mensajes.

— Ya, lo siento. Me es complicado adaptarme a esto.

Mi amigo asiente y yo me levanto cuando tocan a la puerta, pago al repartidor y vuelvo a entrar con las bolsas.

— Lo entiendo pero no te puedes quedar estancado, piensa que tu chica está siendo feliz... Vale, en otro continente a no sé cuantos kilómetros pero feliz al fin y al cabo.

Asiento, esa era la única razón que me mantenía en pie. Verla por videollamada contándome sus anécdotas en el trabajo con una sonrisa, lo ilusionada que estaba con su nueva casa, el brillo que desprendían sus ojos en todo momento... Era suficiente para sufrir lo que hiciese falta.

Empezamos a comer cuando el tono que se había vuelto mi favorito estos últimos días sonó y como si me fuera la vida en ello, corrí a cogerlo. Acepte la llamada y la hermosa cara de mi novia apareció en la pantalla del ordenador, se me había olvidado que sobre esta hora salía del trabajo.

— Hola amor, ¿te pillo bien? — su voz sonaba alegre mientras se metía en la boca un trozo de fruta.

— Hola preciosa, estábamos cenando.

— ¿Estábamos? — asiento mientras cojo el ordenador y lo llevo al salón — Ah, hola Kmi — sonríe.

— Hola Darla, ¿qué tal todo por ahí?

Comenzó a comentarnos como le estaba yendo mientras nosotros la escuchábamos con atención. En un momento dado Spot se nos unió y, como nosotros, no despegó la mirada de la pantalla ni un segundo. Y yo me limitaba a mirarla y a memorizar todos sus gestos y expresiones para cuando terminara la llamada poder visualizarla como si estuviese aquí conmigo.

si te vas; truenoWhere stories live. Discover now