Alyssa ©

Capitulo 6

El estruendo del primer estallido llega a mis oídos mientras a su vez gritos de auxilio se escuchan por todo el lugar. Mi respiración es irregular, mis manos se sienten temblorosas, mi corazón golpea tan furiosamente mi pecho que tengo miedo de no poder respirar.

Todo es un caos. Personas corrían de un lado a otro buscando protección pero era imposible cuando miles de bombas caían sobre nosotros. Mi ojos se nublan de lágrimas al ver un sin fin de muertos en el suelo y cómo esas sombras mataban sin piedad.

Mi ojos iban de un lado otro. Todo carecía de realidad. Mi pulso late con fuerza detrás de mis orejas, y un extraño ardor se extiende por todas mis extremidades.

Y es dónde me doy cuenta que estoy cubierta de sangre.

El dolor, los estadillos, el ardor, el pánico... Todo aparece de golpe haciéndome gritar. El dolor se ha extendido por todo mi cuerpo tan rápidamente, qué apenas puedo soportarlo.
El pueblo arde en llamas... Todo esta cubierto por fuego y un montón de cuerpos y gritos. Mi pecho duele y es dónde intento caminar... Pero no puedo.

Mis piernas no responden. Mi cuerpo no lo hace y es dónde entro en pánico. Mi cabeza duele, mis oídos pitan y me siento mareada. Mis uñas se clavan en las palmas de mis manos y mi vista se nubla y es dónde un insoportable dolor se hace presente haciéndome nuevamente gritar.

Gritos... Tras gritos salían de mi boca mientras tomaba mi cabeza con ambas manos. Un gemido quejumbroso sale de mis labios mientras caigo de rodillas contra el suelo. Mi pecho sube y baja a una increíble velocidad haciendo casi inútil poder respirar.

Y es entonces que los veo.

Varias sombras me rodean intentando tocarme. No me muevo... Ni siquiera trato de salvarme sólo cierro mis ojos esperando ser comida por ellos pero antes de cerrarlos veo como pequeño niño es devorado por ellos sin piedad alguna.

Un sonido desgarrador brota de mis labios mientras pataleo y grito tratando de salvar al pequeño. Sus brazos eran arrancados mientras era mordido violentamente.

Mis gritos seguían y de pronto un hombre vestido completamente de negro aparece en mi campo de visión. Su presencia mostraba superioridad, frialdad, esa misma que sin una pizca de remordimiento al escuchar aquellos lloriqueos arrancó su cabeza sin dejar de mirarme.

Me quedo sin aliento. Mi pecho se aprieta en totalidad sintiendo la impotencia a flor de piel.... Y es donde despierto.

Mis párpados pesan un tanto y el olor a incienso llega a mi nariz de golpe haciendo que este pique y se irrite. Titubeo un poco y muevo lentamente mi cabeza hacia los lados abriendo mis ojos con dificultad hasta que lo hago.

Velas, objetos y vasijas llegan a mi vista llamando mi absoluta atención. Una densa capa de humo se hace presente dejándome un poco aturdida y hace que cierre unos segundos mis ojos.