༒❺༒

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Durante las siguientes dos semanas también fueron tan sólo indirectas en redes sociales, compartíamos las mismas publicaciones, le dábamos me gusta a las mismas e incluso subíamos fotos similares, claramente no iguales, sin embargo, eso fue suficiente para hacer enloquecer a nuestros fans, pero Roger me dijo que en cualquier momento esto iba a comenzar a aburrir, por lo que debíamos de dar el siguiente paso. Realmente no sé a qué se refería con dar el siguiente paso, pero cuando menos pensé ya estaba en el aeropuerto de la ciudad. Para ser honesta, ni siquiera pregunté cuál era mi destino, sólo sabía el número de mi vuelo. Podría ir a París, la ciudad del amor, hospedándome en un hotel con vista a la torre Eiffel, o incluso podría ir a Canadá.

─ Bienvenida al hotel Riu Cancún cinco estrellas ─Después de todo, creo que ahora Roger sí tuvo bastante imaginación, incluso yo no me imaginaba que me mandara tan lejos, agradecía a mis ancestros que nadie pudiese reconocerme con estas gafas─, ¿a nombre de quién está la reservación?

─ De la señora Jauregui... ─Escuché su voz a mis espaldas.

─ Oh, dios mío, eres Lauren Jauregui ─La chica emocionada comenzó a mostrar su lado de fanática, no pude evitar fruncir mi ceño y arrugar mi nariz. ¿Era en serio que a Lauren sí la había reconocido, pero no a mí? ─ Muy bien, una habitación para dos personas. ─La chica le entregó la llave a Lauren.

─ ¡Oh por dios, es Lauren Jauregui! ─ mientras que más personas llegaban a donde ambas estábamos yo sólo me había vuelto espectadora de la escena, molesta tomé la llave de la mano de Lauren y decidí adelantarme, estaba bastante agotada y realmente no tenía tiempo de esperar a que Lauren les diera autógrafos a todos.

Llegué a la habitación y lo primero que hice fue tumbarme sobre la cama, para ser sincera creo que la cama es mucho mejor que la que tengo en mi departamento, quería dormir, pero primero debía reclamarle a Roger, así que saqué mi celular para llamarle.

─ ¿Bueno?

─ Roger, me dijiste que yo iba a tener mi propia habitación, es muy pronto para que me quede en la misma habitación que ella. Dale gracias a Dios porque nadie me ha reconocido y... ─Hablé tan rápido que ni siquiera me había dado cuenta de que me había mandado a buzón de voz.

─ Puede que en estos momentos esté ocupado, así que llama más tarde. ─Estúpido buzón de voz. Realmente nadie en la actualidad escucha su buzón de voz, o al menos yo no lo hago.

¿Ahora qué hago? Realmente me parece muy incómodo estar en la misma habitación que ella. Busco hoteles más baratos por el área y ¡bingo! El hotel más barato (y para el único que me alcanza) está a un par de calles. Ya es noche, así que debería de darme prisa. Tomo mi maleta y salgo de la habitación.

─ ¿Adónde vas? ─Pregunta Lauren y yo sólo doy un brinco al topármela de frente.

─ Eh..., voy un rato al bar, no te preocupes, tú sabes, necesito despejarme un poco y...─Pasé saliva, era obvio que no iba a creerme.

─ ¿Y necesitas tu maleta para ir a tomar unos tragos? ─Me miró con cara de "no te creo una mierda".

─ Sabes que soy una persona que necesita tener sus cosas cerca, Lauren. ─Sonreí para que mi mentira fuese menos estúpida.

─ Bien, entonces espérame, iré a cambiarme y bajaré contigo. ─Su mirada nada más era de "has algo tonto, Cabello, y estás muerta".

─ Sí, tú ve, yo aquí te espero... ─Sonreí de nuevo y en cuanto entró a la habitación salí corriendo hasta llegar al elevador, lo único que pude ver cuando presioné el botón del último piso fue la puerta de nuestra habitación abriéndose.

"Nos vemos mañana por la mañana" Envié el mensaje de texto y apagué el celular. Tomé un taxi y gasté la mitad del dinero que traía en efectivo. Llegué al hotel que había visto por internet y creo que la peor idea que tuve después de firmar ese contrato, fue el haber venido aquí. Las bombillas parpadeaban, las paredes estaban desgastadas, también los muebles parecían algo viejos, en especial los sillones, mayormente en el que estaba un vagabundo con una prostituta. El recibidor estaba solo, en el mostrador había montones de papel de al parecer facturas, al lado se encontraba una campana de mano, toqué un par de veces la campana y nadie llegaba, así que insistí y la toqué creo que el triple de veces que la vez anterior.

─ ¡Ya voy! ¡Escuché desde la primera vez! ─Se escuchó una voz al fondo del pasillo y salió una mujer de al menos unos cuarenta años, no se miraba muy vieja. Era gracioso el cómo caminaba y sus uñas postizas al igual que sus pestañas llamaban mucho la atención, y ni hablar de su manera peculiar de mascar chicle. ─ Que escandalosa eres niña.

─Buenas noches, quiero una habitación in...

─ ¿Tu mamá nunca te enseñó a esperar? ─Me interrumpió y se sentó en la silla que estaba tras el mostrador y sacó una libreta del cajón, bien, definitivamente no estaría aquí si fuese por mí, pero realmente no tengo opción.

─ Lo siento, me gustaría hospedarme en una habitación individual. ─Dije y la mujer comenzó a "revisar" el registro.

─ Híjole, mija, no tengo habitaciones individuales, podría conseguirte una, pero te saldría un poco más costosa...─Comenta cómo si en realidad lo lamentara y no quisiera sólo sacarme un par de billetes más.

─ Está bien. ─Le di el último dinero que me quedaba y sonrió para después guardar el dinero en sus pechos.

─ Un gusto hacer tratos contigo, señorita escandalosa, la habitación está en el tercer piso, para bañarte con agua caliente tienes que esperar unos quince minutos. ─me entregó la llave y creo que esta era la décima vez que fingí sonreír en el día.

Llegué a la habitación y no puedo describir con palabras exactamente el cómo era, lo único que puedo decir es que faltaba poco para que las paredes se deshicieran. Lo primero que hice fue sacar un cambio de mi maleta para después ir al baño, abrí la llave de la regadera, perfecto, sí había agua, me preocupaba que no hubiese. Dejé que pasara un rato hasta que comenzó a salir caliente.

─ Por lo menos algo bueno debía tener este hotel de mala muerte... ─Murmuro mientras me adentro lentamente en la ducha, cierro mis ojos y dejo que cada gota recorra cada centímetro de mi cuerpo, pero, en eso voy sintiendo cómo el agua se vuelve más densa y olía a drenaje, abro los ojos y el agua ya no es transparente, es entre verdosa con café. Grito con todas las fuerzas de mi cuerpo, siento cómo la poca comida que consumí quiere salir por mi boca y la puerta del baño se abre de par en par.

─ ¿¡Camila qué carajos!?

─ Sácame de aquí, Lauren, por favor. ─Y de nuevo pierdo la consciencia.

Cuando despierto ya estoy dentro de una tina con agua tibia, totalmente limpia. Busco a mi alrededor y no hay nadie, tomo la toalla que al parecer fue dejada para mí. Ni siquiera sé cómo fue que llegué aquí, todo es tan confuso. Salgo del baño y me encuentro con Lauren en el balcón, estaba fumando un cigarrillo, me quedo observándola un momento, se ve bastante tranquila, hasta que por accidente casi tumbo la lámpara que estaba sobre la repisa y llamo su atención por completo.

─ Veo que ya despertaste... ─Dice mientras apaga el cigarrillo con el barandal, suspira y me ve seriamente por un par de segundos y después aparta la vista─ Te dejé un cambio de ropa listo sobre la cama, en un rato vengo.─Sale de la habitación pasando al lado de mí con la mirada fija hacia adelante.

Esa noche Lauren volvió hasta la madrugada y durmió en el sofá de la habitación. Quisiera saber qué es lo que pasa por su cabeza, y qué fue en lo que pensó cuando firmó ese contrato. Sabía que sería difícil, pero no esperaba tanta indiferencia por su parte, ¿o era yo la que estaba siendo indiferente? 

Me estoy ahogando en mi propio vaso de pensamientos.

PR ~camrenWhere stories live. Discover now