༒•➇•༒

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Me separé después de un par de segundos. Ni siquiera sabía qué era lo que había pasado, pero me iba a asegurar de que no volviera a pasar, al menos no por el momento. Lamí mis labios mirándola, no separaba sus ojos de mis labios, pero no caería de nuevo. No otra vez.

─ Creo que deberíamos de irnos... ─Dije aclarando mi garganta, posando mis manos sobre sus hombros para apartarla un poco, Lauren tan sólo me miró por un par de segundos, para después sacudir su cabeza, como si tratara de aclarar algo en ésta y se separó de mí por completo.

─ Si quieres puedes volver al hotel, me quedaré un rato aquí, estaré nadando un rato. Las llaves están dentro de mi bolso. ─Dijo.

─ Pero, ¿en qué vas a regresa...─No pude terminar la oración antes de que se sumergiera bajo el agua─ Claro, ¡Gracias Jauregui! ─Exclamé en tono sarcástico. Era más que obvio que no estaba agradecida con ella.

Ni siquiera tomé mi ropa, sólo agarré la llave del auto. La cabeza comenzaba a dolerme, ¿por qué estaba actuando así tan de repente? Algo que a veces no podía entender de Lauren, era su humor. En ocasiones me gustaría poder meterme a su mente para tratar de comprender, aunque sea una mínima parte de lo que sucede ahí. Sin embargo, no puedo hacerlo, realmente me doy cuenta de que probablemente somos de nuevo dos extrañas con recuerdos en común. Subí al auto y azoté fuertemente la puerta para cerrarla.

¿Por qué tiene que ser tan complicada? ¿Por qué todo el maldito mundo debe de ser tan complicado? Reposé mi cabeza en el volante y comencé a darme pequeños golpes en la cabeza contra éste, los golpes no pararon hasta alguien comenzó a dar pequeños golpecitos en el vidrio de la ventana.

─ ¡Vete, Lauren! ─Sentí el cómo mis ojos comenzaron a ponerse vidriosos. Suspiré y relamí mis labios tratando de calmar mi ansiedad, pero los golpecitos se hicieron más insistentes, hasta que levanté la cabeza, pero no era Lauren quien estaba tocando el vidrio de la ventana. Con miedo, bajé lentamente el vidrio de la camioneta.

─ ¿Podría bajar del vehículo, por favor? ─Era un oficial de policía, maldita sea, ni siquiera traía mi celular ni licencia conmigo. Además, ¿por qué debería de bajar del auto de Lauren?

─ ¿Pasa algo, oficial? ─Pregunté confundida, puesto que apenas y tenía el auto encendido.

─ Hace un par de días reportaron este vehículo como robado, así que le voy a pedir de favor que baje de él...─Me enseñó el reporte de robo y nada más abrí los ojos de par en par. Okey..., esto no me lo esperaba para nada, espero que Lauren tenga una explicación congruente para esto.

─ Seguro debe de ser una confusión, oficial, yo acabo de llegar ayer y el auto ni siquiera es...

─ ¡Ya le dije que bajara del vehículo! ─Me interrumpió groseramente y yo nada más pegué un brinco en el asiento. Bajé de la camioneta como me lo ordenó, ahora es cuando maldigo el no haber tomado mi ropa─ Tengo que catear el vehículo ─El tipo comenzó a revisar la camioneta y después de unos minutos salió y comenzó a decir cosas extrañas por su radio─ Quiero reportar un diez catorce, el sospechoso es del sexo femenino, rasgos latinos, mide alrededor de uno con sesenta o menos, cabello castaño oscuro, estaba dentro del auto que fue reportado como robado y también era poseedora de una gran cantidad de cannabis, pido refuerzos y que me manden una unidad de grúa para dar levantamiento al vehículo.

─ ¿¡Qué!? ¿¡Sospechosa de qué!? ─ El oficial extendió su mano y pude ver una bolsa transparente con un montón de...─ Hija de...

─ Lo siento, señora ─Y dale con decirme señora─, pero vistas las condiciones en las que está, me temo que tendré que llevarla conmigo. Usted está bajo arresto ─tomó sus esposas y colocó cada una en mis muñecas. Está bien, podría ponerme a gritar como loca, pero este no es uno de los espectáculos que quiero que llamen la atención.

Bueno, al menos la patrulla estaba cómoda y tenía aire acondicionado. Era inútil, por más que quería pensar positivamente, no podía. Claro, Camila Cabello, arrestada en Cancún por poseer más de kilogramo y medio de marihuana.

***

─ Buenas tardes, ¿sabes si la chica que venía conmigo ya llegó al hotel? ─Pregunté en recepción, pero la chica me contestó que no la había visto de nuevo. Camila no estaba por ninguna parte y comenzaba a preocuparme. A parte ni siquiera se había llevado su ropa, pero no estaban ni las llaves del auto, ni el auto ni ella. Mi celular estaba mi bolso, el cual estaba en el auto y creo que el suyo lo dejó en la habitación del hotel, ya que sólo había dejado su ropa ahí. Oh, sorpresa, la llave de la habitación del hotel también estaba en mi bolso. Me quedé ahí en el recibidor, sinceramente no sabía qué hacer, tan sólo tenía que mantener la esperanza de que volvería en cualquier momento, ¿y si escapó de nuevo? Probablemente en realidad no quiere estar conmigo, tal vez no debí haberla besado. Soy una tonta.

─ ¿Qué no es esa tu amiga? ─Dijo un chico que estaba también recargado en el mostrador.

─ ¿Perdón? ─Levanté mi cabeza y pude verle, era el chico de hace rato, el que estaba queriendo charlar con Camila. Me di la media vuelta de inmediato y miré en la televisión, era Camila hablando con un oficial y después siendo arrestada por este mismo. El chico tenía el control remoto en la mano y se lo quité para subir el volumen a todo lo que se podía.

─ Así como lo están escuchando, la famosa cubana, cantautora del exitoso single Havana, ha sido detenida durante esta tarde, tras que su vehículo fue reportado como robado, ¡pero eso no es todo! La cantante llevaba consigo una sustancia ilegal...─Mierda, había olvidado por completo que la dejé en la camioneta.

─ ¿Tienes un celular que me prestes? ─Le dije al chico y me entregó su celular. Así que llamé al único número que podía llamar. Era la única persona que conocía bien toda la ciudad.

─ ¿Bueno? ¿Lauren?

─ Necesito de tu ayuda.


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Lamento la espera, no les prometo nada, pero espero el próximo capítulo sea más largo, he estado algo ocupada, pero no pienso dejar por nada la historia, los quiero, gracias por su apoyo y no se olviden de comentar (Sus comentarios que motivan mucho). Gracias por todo y perdón por tan poco.

PR ~camrenOù les histoires vivent. Découvrez maintenant