Capítulo XXXII (𝑴𝒂𝒓𝒈𝒂𝒓𝒊𝒕𝒂𝒔)

2.3K 224 190
                                    


Cinco meses después.

Por cada margarita, un deseo que pretendo cumplirte. Por cada pétalo, un beso que deseo darte. Por el ramo entero, mi corazón quiero entregarte.

Lili

La castaña leía, y releía, aquella nota procedente de un ramo de margaritas, el cual ahora se encontraba en un jarrón, adornando su oficina y acelerando su corazón.

━Vas a desgatar la nota, Jendeukie. Si quieres te la puedo mandar a plastificar o, a encuadrar.

━Ya, Jichu. Solo estás celosa.

Bah, claro que no ━hizo una pausa y miro como Jennie, levantaba una ceja━. Bueno un poco, pero yo no diría celosa, solo estoy enamorada de su amor.

Durante esos meses, la pareja, se había mantenido alimentando su amor. Por suerte contaban con aquel nidito de amor, el cual era testigo de cómo florecía aquel amor, y de cómo había tardes de desenfrenada pasión.

Pues sí, tardes, porque lamentablemente tenían que mantener un horario, para que Jennie, pudiera estar en su casa temprano, o por lo menos a tiempo. No quería levantar sospechas en, Mino.

Desde que estaban casados, Jennie siempre mantenía un horario de llegada, que muy pocas veces se extendía, y Mino, conocía dicho horario, sabía que la castaña no era una chica de fiesta o salidas. Pero, ahora, contaba con una rubia, con un amor clandestino, el cual tenía que ocultar.

Lisa, durante esos meses, se entregó a la labor de hacer feliz a la castaña, y lo hacía con todo el gusto. Le mandaba uno que otro detalle a su oficina, ya que tampoco quería ser imprudente y desencadenar una serie de rumores en la compañía.

Le escribía notas, como la de ahora. Pasaban tardes en aquel nido de amor, compartiendo, hablando, cenando, haciendo el amor. El tiempo era poco, pero suficiente para hacer sus corazones latieran incontrolablemente.

La castaña, leyó una vez más aquella nota, para luego dirigir la mirada a su amiga, la cual se había quedado callada, observo que esta estaba muy concentrada en su teléfono, con una sonrisa en su rostro.

━¿Con quién hablas?

La pelinegra levanto su rostro, y se encogió de hombros como medio de respuesta, para luego seguir en lo suyo.

━¿No me quieres contar? Vaya, y yo que te cuento todo ━dijo fingiendo tristeza.

━No es eso, Jendeukie. No es nada importante, si lo fuera te contara.

━Si, si está bien ━se cruzó de brazos y fijo su mirada en un punto muerto.

━Oh vamos, Jen. Hablo en serio ━la castaña parecía indiferente━. Bien, ¿Qué te parece si vamos al parque? Y allí te cuento.

La castaña miro de reojo a su amiga, sin darle importancia.

━Vamos, tomate la tarde libre. Así aprovechamos y te cuento ━dijo lentamente sobornando a la castaña, quien la miro y sonrió.

━Está bien, pero si no me cuentas, ya verás.

━Palabra, Jendeukie ━prometió la pelinegra llevando su mano derecha a su corazón, mientras levantaba la izquierda, en señal de juramento.

La castaña solo pudo reír, mientras se dirigía a tomar sus cosas para salir son su amiga.

***

Habían llegado al parque, la castaña observaba a su amiga que se mantenía actuando anómalo. De un momento a otro se levantó abruptamente de donde se encontraban y comenzó a mirar a todos lados.

𝑬𝒔𝒄𝒂𝒑𝒆 → 𝑱𝒆𝒏𝒍𝒊𝒔𝒂Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon