Después de tanto tiempo, Catalina vuelve a encontrarse con su primer amor, mismo que resultaba imposible debido a la gran diferencia de edad.
Por azares del destino,un día conoce a Noah y sus sentimientos se desorganizan por completo, ya que él la t...
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Capítulo final parte II|Cuando menos lo esperes, volverás a brillar.
Catalina Russell.
Un mes después.
Se había ido, él partió de nuestras vidas dejándonos con un vacío en el corazón ante el hecho de que no volveríamos a verlo, de que yo no lo volvería a ver. A lo largo de mi vida había perdido a demasiadas personas importantes. Pero que creo que nunca se está preparado para dejar ir a alguien a quien amas tanto, ese alguien que fue parte de tu vida, de tus días, de tus noches, de tus desvelos, quizá e incluso de tu propio ser.
Había madrugadas que despertaba llorando, sumergiéndome en aquel dolor tan profundo que martillaba mi corazón por los recuerdos de su ausencia, de sus abrazos, de sus palabras dulces, de sus caricias y sobre todo de todo ese amor que él supo entregarme.
Gritaba en medio del dolor pidiéndole que todo esto fuese un mal sueño y que Luke estuviese a mi lado otra vez, en el fondo sé que sigue a mi lado. Lo siento diariamente junto a mí, pero era tan doloroso y frustrante no poder verlo y abrazarlo como solía hacerlo cada vez que entraba a su habitación.
Se llevó con él las infinitas sonrisas, dejando en cambio un mar de lágrimas, lágrimas que duelen y pedacitos de un corazón roto que no sé cuánto tiempo tarden en reconstruirse otra vez.
¿Qué fue lo peor de su partida? Que ni siquiera pude despedirme de él como tanto esperaba hacerlo, alcancé a verlo a través de una pantalla de celular con lágrimas en los ojos y ver como lo suyos se cerraron fue la imagen más dolorosa que logre capturar como un último adiós.
Aquel dolor lo llevare siempre en el alma y será un sentimiento que cargare todos los días de mi vida. Buscando las fuerzas necesaria para levantarme y caminar, sin buscar su mirada entre la multitud porque jamás la encontrare en nadie más.
Me gustaría poder decir iba a estar bien, porque sé que a él le gustaría que yo lo estuviera y que no sufriera de esta manera encerrándome en una burbuja. Pero no lo estaba, me duele en lo más profundo de todo mí ser y es que mentir a mi familia y mis amigos ya ni siquiera me resulta, refiriéndome a mi estado de ánimo.
Me posicione en modo fetal llorando una vez más en silencio, abrazando el peluche de felpa que me regalo un día cualquiera. Desde mi habitación podía oír los gritos de mi padre y de su esposa, gritándose de que necesitaba urgentemente ayuda psicológica que ya no soportaban verme así.
Ya ni si quiera recuerdo cuando fue la última vez ingerí algún alimento. Estaba haciéndome daño lo tengo más que claro, pero no soportaba si quiera probar un bocado, no soportaba salir de estas cuatro paredes y sentía que era por todo el dolor que cargaba en mi pecho no solamente por la ausencia del chico que logre decirle lo mucho que lo amaba, sino por todas esas personas a quienes perdí.
