Capítulo 23

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Hayden metió sus manos por debajo de mi blusa, deslizándolas por mi cintura mientras subía la prenda para quitármela. De inmediato mi cuerpo reacciono alzando las manos y arqueando un poco la espalda para que pudiera removerla con mayor facilidad. Cuando terminó, fue mi turno de despojarlo de su camiseta negra y también comencé a desabrochar su pantalón. No me permitió terminar lo que estaba haciendo ya que empezó a trazar con su lengua un sendero por mi clavícula hasta llegar a mis pechos.

- ¿Puedo?- pregunta tocando la parte trasera de mi sostén blanco.

Sentí un ardor recorrer mis mejillas, lo cual indicaba que seguramente estaría sonrojada por su pregunta. No me importo y asentí.  Hayden recorrió con manos lo largo de mi espalda hasta que encontró los pequeños ganchos y fue desprendiéndolos un por uno con cuidado. Sonreí y me mordí ligeramente el labio cuando tomo los tirantes y fue deslizándolos por mis brazos. Siempre que me encuentro desnuda delante de él muero de la pena, pero después me hace entrar en tanta confianza que me olvido de ese sentimiento y lo transformó en sensualidad. Hayden comenzó a darle atención a mis pechos, besándolos y masajeándolos. Una sensación que siempre me hacía perder el control. Con un movimiento rápido cambio nuestra posición, recostándome en la cama y él se posiciono encima de mí. Siguió creando un camino de besos desde mi cuello, hasta mi pecho y parando en la parte baja de mi estómago donde se encontraba un primer obstáculo. Sin previo aviso, desabotonó mi pantalón y tiró de él, llevándose consigo mis bragas también. Hayden se levantó rápidamente de la cama para deshacerse de su ropa de igual forma y volvió a encontrarse conmigo.

- ¿Estás segura de esto?- pregunta con un preservativo en la mano.

Tome el preservativo y con mis dedos algo temblorosos lo rasgó para sacar el contenido. Me incorporo mejor, abriendo mis piernas para él, y esa es la única invitación que necesita para arrebatarme el condón, colocárselo y ponerse nuevamente encima de mí. Solo que esta vez mis muslos rodeaban su cintura. Comenzó a acariciar lo largo de mi pierna con su mano derecha, hasta que se deslizó más adentro y encontró mi punto más sensible.

- Me encanta que siempre estés tan lista para mí- dice cuando siente mi humedad.

- Hayden...

Estaba volviéndome loca con sus suaves movimientos. Yo quería más, mucho más, mientras que él estaba disfrutando de cada momento. Por suerte, mi frustración no duró mucho cuando Hayden dejó de acariciarme para apoyar sus manos a mis costados y comenzar a hundirse en mi interior.

- Carajo- maldice.

Mi piel está en llamas, mi pulso estaba mil y los movimientos de Hayden cada vez eran más rápidos. No podía evitar entornar los ojos con cada embestida que daba, al igual que no conseguía dejar de apretar las manos contra el edredón. La sensación de nuestros cuerpos desnudos encajando a la perfección era indescriptible. Cada vez que hacíamos el amor era como si una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo, pero esta vez es mucho más que solo una corriente.

- Más...más Hayden- consigo rogar. -Por favor.

Escuchó mis súplicas y comenzó a penetrarme con más fuerza. Cerré los ojos, apretándolos un poco por la intensa emoción, y mis gemidos salieron descontrolados por toda la habitación. Extrañaba sentirme así, extrañaba estar tan conectada a él y sobre todo extrañaba convertirnos en uno mismo.

- Te amo...te amo tanto- logre decir entre gemidos y gritos.

- Te amo preciosa- jadea antes de besarme.

Mis piernas empezaban a temblar y la presión que sentía en el vientre estaba aumentado. Hayden volvió a entrar y salir de mí varias veces antes de tensarse y llevarnos a ambos al orgasmo más maravilloso. Estábamos jadeantes y cansados. Hayden salió por completo de mí, se quitó el condón haciéndole un pequeño nudo y lo desecho en el bote de basura que se encontraba en el baño. Mientras se deshacía de eso, me metí debajo las sábanas para cubrir mi cuerpo desnudo y cuando regresó a mi lado, se recostó boca abajo dejando ver su inmenso dragón chino que le cubría casi toda la espalda. Sin duda era uno de mis tatuajes favoritos. El animal era alargado con muchas escamas, su vientre era como el de una serpiente, tenía cuernos como de un ciervo, bigotes finos y alargados, y su rostro representaba furia total. El cuerpo del dragón formaba un espiral alrededor de dos bellísimos lirios, como si estuviera protegiéndolos. No pude dejar de pensar en su significado, todos sus tatuajes tienen una historia detrás. Me pregunto si este también tiene una. Hayden estaba descansando con los ojos cerrados, y yo no pude evitar acariciar su espalda, admirando y trazando cada línea del tatuaje con la yema de mis dedos.

- Lo hice a mis dieciocho años- dice con voz adormilada.

- Si lo sé- recuerdo que me lo dijo en nuestra cita del lago.

- Lo que no sabes es porque lo hice- abrió entonces sus ojos.

Aunque las historias sobre sus tatuajes tuvieran un pasado muy triste, me hacía sentir especial que quisiera compartir conmigo las cicatrices que lleva portando toda su vida. Para mí, la razón por la cual Hayden decidió tatuarse fue para llevar siempre sus heridas. Él no tenía marcas o cicatrices físicas, pero internas tenía muchas. El tatuaje simboliza la herida que dejo una marca profunda en su ser.

- Conoces ya mi pasado, todo lo que viví y las personas que conocí- cruza sus brazos para apoyar su cabeza. -Cuando cumplí dieciocho años quería empezar una vida nueva, ser alguien diferente. Estaba a punto de entrar a la universidad y creí que sería la oportunidad perfecta para hacerlo.

Hayden había pasado por muchas cosas horribles cuando era pequeño, era comprensible que quisiera cambiar su destino. Lo que seguramente no tenía muy claro era en qué clase de persona deseaba convertirse.

- Los dragones significan muchas cosas, pueden ser tomados como algo bueno o como algo malo, pero el símbolo que siempre representará es fuerza- me explica. -El dragón me representa. Representa el carácter que forme durante todos estos años de vivir una vida de mierda, pero los lirios simbolizan el amor que siempre les tendré a mi madre y hermana.

Mi pecho se apretujó al escuchar el significado de los lirios.

- El tatuaje lo hice en mi cumpleaños, un día antes de entrar a la universidad.

Estaba hipnotizada con su tatuaje mientras escuchaba la historia, pero cuando mencionó su cumpleaños regrese a la realidad.

- Espera ¿Tu cumpleaños es en septiembre también?- pregunté con alegría.

- No, mi cumpleaños es en octubre- me corrige. -Entre a la universidad casi dos meses después.

Vaya, eso sí que no me lo esperaba. « ¡No puede ser, ya es octubre!» Había olvidado por completo que ya estábamos en el mes y yo ni siquiera sé cuándo nació mi novio.

- ¿Qué día es tu cumpleaños?

- Treinta y uno de octubre- dijo sin importancia.

No pude evitar soltar la risa en cuanto me lo dijo.

- ¿Qué es tan divertido?- pregunta con una sonrisa.

- Tu cumpleaños es en Halloween- seguía sin poder con la ironía en todo esto. -Naciste en el día de las brujas.

- Lo sé- contesta rodeando los ojos. -¿Podrías dejar de reírte de mí?

- Lo...lo siento...pero no puedo- trataba de decir entre risas.

- Así que te quieres reír, bueno entonces te daré algo para que te rías- replicó mientras se levantaba de la cama y comenzaba a hacerme cosquillas.

Los dedos de Hayden estaban por toda mi panza, no podía quitármelo de encima y yo estaba teniendo un gran dolor de estómago por la risa incontrolable.

- ¡BASTA! ¡Por favor ya no más!- suplique.

- ¿Dejarás de burlarte de mí?

- ¡SI! ¡Lo juro!- respondí inmediatamente.

Hayden cumplió su palabra y dejo de torturarme. Se recostó a mi lado, apoyado en un codo. Nos quedamos mirándonos fijamente con una gran sonrisa marcada nuestros labios.

- Extrañe tanto tu risa- suspira.

Me acerque a él recostándolo para colocar mi cabeza sobre su pecho y rodeé su cintura con mi brazo izquierdo mientras que Hayden complementaba mis movimientos, poniendo un brazo alrededor de mí. Parecía algo sorprendido por mi acción, pero necesitaba estar cerca de él. Necesitaba asegurarme de que mañana por la mañana seguiríamos así.

- No me dejes- dije, apretándome más contra su pecho.

- Nunca- respondió, dándome un beso en la cabeza.

Me pesaban los párpados y noto como la respiración de Hayden comienza a ser más lenta. Estaba escuchando los latidos de su corazón cuando sucumbí a mi cansancio.

Soy Tuyo (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora