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Una rubia ojiazul caminaba con cierto desespero por los pasillos de CABALSPOT.

Hermione buscaba urgentemente a un fornido pelinegro y una vez hubo llegado a él, no dudó en gritarle.

-¡Ni un paso más, Cony!

El aludido, confundido, se dió la vuelta y esperó a que la rubia llegara a su lado.

-¡Joder!¡Te he buscado por toda la empresa, cabrón!-exclamó, aún si su respiración se encontraba agitada y se vió obligada a apoyar sus manos sobre sus rodillas, en busca de un descanso después de tanto corretaje.

-¿Qué ocurre, Eleven?-la ayudó, sacudiendo su mano frente al rostro contrario buscando brindarle algo de aire, aunque dicha acción fuese casi inútil.

-Cherry-gruñó y se reincorporó.

-¿Qué le ocurre a la bruja, ahora?-enarcó una ceja, divertido.

-¿Desde hace cuánto no la ves?

-Desde...-se quedó mirando un punto fijo, buscando la respuesta-. Creo que no la veo desde que la dejaron a cargo de CABALSPOT. En la fiesta de despedida de los Golden Scorpions. Le enviado un par de mensajes, pero casi no los responde ¿Por qué la pregunta?

-Bueno, no eres el único-negó con la cabeza-. Jane prácticamente ha estado viviendo dentro de esa dichosa oficina desde hace casi dos semanas ¡Incluso se llevó una maleta con ropa para no tener que salir de aquí!

Por supuesto, dicho hecho preocupó al apuesto pelinegro.

-Gracias por decírmelo-asintió-. Pero no entiendo para qué tanta prisa en buscarme.

-Tú vas a ir, ahora, a esa oficina, te la vas a follar y la vas a convencer de que descanse al menos un día-ordenó.

JungKook se quedó pasmado en su lugar.

-¿Por qué yo?

-¿Acaso soy yo la que se acuesta con ella?-se burló-. Me parece que ninguna de las dos es lesbiana y nos gustan los penes. Yo ya tengo el mío y a ella le hace falta el tuyo que es el que le gusta, así que ve-volvió a ordenar, sacando del bolsillo trasero de su pantalón una caja de condones, la cual se la extendió al chico.

El pelinegro finalmente rió a causa de las palabras y acciones de Hermione.

-Tan directa como siempre, querida Eleven-murmuró y la susodicha asintió con un orgulloso gesto, a la par que él guardaba la caja en el bolsillo delantero de su pantalón.

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Jane caminaba con prisa por los pasillos que la llevarían de vuelta a su oficina, esa que le habían asignado los Golden Scorpions antes de irse donde se habían encargado de dejarle todo lo que necesitaría para estar al mando.

Había ido al baño por unos segundos pues sus necesidades fisiológicas no podían resistir tanto tiempo sin ser atendidas, pero corría de vuelta a su trabajo pues era mucho y había gastado toda la mañana revisando los progresos de la reparación de algunas áreas de la empresa además de que las áreas destinadas al empaquetado de la droga así como el área de recepción de cargamentos de armas habían vuelto a funcionar y ella también tenía que estar en ello, supervisándolo todo.

Suspiró con pesadez cuando, apenas abrió la puerta de su oficina, notó, a través de los cristales, cómo el cielo se iba tornando oscuro.

Otra noche más sin regresar a casa, pensó para sus adentros, mas sí dejó escapar un largo suspiro.

Con rapidez, volvió a sentarse en la silla frente a su escritorio, dispuesta a continuar con su inmensa labor.

-¿Y ese suspiro a qué se debe?

➴ᏟᎡᏆᎷᎬΝ ᏢᎬᎡҒᎬᏟͲϴ➴ ✵ᎫᎬϴΝ ᎫႮΝᏀ ᏦϴϴᏦ✵✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora