SINNERS || INTENABO +18

T.V

El peso de ambos cuerpos hacían que la cama se hunda lentamente; la televisión reproducía un documental asiático sobre las pasadas guerras y conflictos políticos de los países comunistas. Conway admiraba aquella pantalla atentamente, sus labios estaban ligeramente fruncidos y su mano izquierda generaba ligeras caricias en el antebrazo de su pareja.

Gustabo estaba aburrido, odiaba las noches en las que Conway veía esos programas sin sentido y viejos; odiaba que la atención de su novio recayese en un señor extraño hablando sobre cosas fastidiosas y de poco interés para él.

Conway sólo vestía una truza de licra mientras que Gustabo vestía una de sus camisas que le quedaba grande y holgada, sin ropa cubriendo su intimidad.

Conway gruñó cuando el rubio se removió inquieto y deshizo el toque que tenía en su brazo para ahora tenerlo en su bajo vientre. Fue un truco juguetón de Gustabo para sentir más caricias del mayor. Poco a poco su cuerpo se acercaba al contrario para bañarse de esa calidez, las delgadas y desnudas pierdas del menor se enredaron en las de Jack con la intensión de que su entrepierna tenga un roce que poco a poco lo despertaría y lo haría demandar por más.

Los segundos pasaron y el pelinegro no se percató de lo que su pequeña pareja tramaba, se limitó a acercarlo más a sí y seguir disfrutando de su entretenimiento. Gustabo sonrió y pegó aún más su miembro a la pierna de Conway, su boca se abrió y dejó salir un gemido justo a la vez que su brazo izquierdo rodeó el cuerpo ajeno y su rostro se pegase al pecho desnudo del mayor.

El mayor escuchó aquel sonido erótico que el menor dejó salir de sus labios, pero le restó importancia; no lo miró y esperó para descubrir hasta dónde era capaz de llegar para llamar su atención.

Gustabo se movió y acarició el pecho de su novio para después depositar besos sobre la piel expuesta a su merced. Siguió un camino con su lengua hasta llegar a un pezón que prontamente besó.

Un exhaltado gemido salió de sus labios cuando Conway movió su pierna para hacer presión en su ya erecto miembro. Aquel sonido fue tan agudo y quedito que Jack deseó escuchar más. Le parecía el audio más dulce y sensual que había escuchado en su vida. Gustabo lo miró, y para su sorpresa, Conway lo miraba también.

-Eres muy pesado -el mayor habló roncamente. Fue un tono tan diferente que hasta a Gustabo le asustó. El menor sonrió y lentamente se subió al cuerpo de su novio, tapándole toda la visión a la pantalla que iluminaba aquella silenciosa habitación. -Gustabo...

El recién nombrando de inclinó y comenzó a repartir besos, su culo se movía juguetón sobre el bulto de Conway con el objetivo de excitarlo aún más. Dejó escapar gemidos y lamidas por la piel ajena: deseaba en demasía que Jack lo haga suyo esa jodida noche.

Conway admiró cada movimiento, de la nada la televisión no existía, ahora sólo ese maldito cuerpo frotándose contra sí en un vaivén errático y delicioso que lo volvía loco. Lo tomó de las caderas desnudas con fuerza, mordió sus labios y gruñó para que Gustabo lo mirase, este lo hizo y aprovechó para lamer sus labios incitando a Conway a la lujuria.

El susodicho lo tomó del cuello e hizo estampar ambos labios en un beso desesperado, donde Conway mordía y succionaba los labios del menor con la intensión de hincharlos y hacerlos más apetitosos. El rubio gemía entre besos y volvió a mover su culo sobre el pene de Jack. Sus labios se separaron y aquellos cabellos rubios fueron abrazados por unos dedos ásperos que tiraron de ellos para evitar que su pequeño siguiese aquella guerra de saliva y sonidos eróticos de bocas unidas que resonaban en la habitación.

-Vamos a ver, Gustabín... -Conway habló con ese tono que usaba cuando lo regañaba en el trabajo. Gustabo jadeó y dejó de restregarse contra el otro cuerpo para poder escucharlo atentamente. -Interrumpiste mi programa, y eso está mal...