Capítulo tres

6.2K 615 488
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

EMMA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

EMMA

Bajé las escaleras hecha una furia, saltando de escalón a escalón con rapidez hasta llegar a la planta baja. Me importó poco lo agitada que mi respiración resultó por el esfuerzo, así como tampoco le presté atención al hecho de que tras bañarme me había quedado casi en pijama con pantaloncitos cortos que con suerte me cubrían el trasero y una camiseta rasgada que había pertenecido a un ex novio en algún momento. No que hubiese tenido muchos de todas maneras.

—Chica, ¿por qué tanta furia? —preguntó Paris al verme llegar—. ¿Se ha atascado el baño?

—No, es mucho peor.

—¿Peor que heces flotando en el inodoro y a punto de caer sobre el piso del baño? —Frunció la nariz—. Lo dudo mucho.

Borré la imagen mental de mi cerebro, recordando la razón por la que estaba allí.

—Mucho peor —repetí—. ¡Me asignaron a un muchacho como compañero!

Abrió los ojos con entendimiento y rió por lo bajo, divertida con la situación. A mí no me parecía para nada gracioso.

—No es divertido.

—Lo lamento, ¿Emily?

—Emma —corregí.

—Lo lamento, Emma. No puedo hacer nada, estoy con las manos atadas. —Se encogió de hombros, restándole importancia—. Fueron los últimos en inscribirse, a menos que consigan que alguien cambie de habitación con ustedes, quedarán juntos para el resto del año.

—¿Qué? —chillé con un hilo de voz.

No podía ser cierto. Debía estar jugándome una broma. Ella, Robert y el tal Taylor debían están jugándome una broma. No podía dormir por un año en la misma habitación que un muchacho. Los muchachos eran sucios, descuidados, desordenados y ruidosos. Yo no quería dormir con alguien del género opuesto, quería a una chica de compañera, incluso si era sucia, descuidada, desordenada y ruidosa.

—Al menos tienes suerte —continuó, sin prestarme atención—. Si tu compañero es el muchacho de pelo blanco que llegó recién, tienes mucha suerte. ¿Le diste un vistazo? Es como ganarse la lotería.

Uno y medioWhere stories live. Discover now